De nada sirve mirar atrás
para dar una explicación,más o menos sensata,a todo cuanto te he escrito.
Lo hice porque fue la pena tanta de saber que volabas por el cielo de esa isla desierta,que perdí, por ti, el juicio
y gané, recitando versos, fuerzas para buscar y alcanzar la tierra en la que, vaya locura, tus sueños deduje que nunca se apagaban.
Y, aún hoy, por esos caminos sigo sintiendo y deambulando,persiguiendo la luz de tu amor
y dándome de bruces con el fracaso insoportable de todo lo contrario.
Así que padezco de mal de versos
porque ni me quedan fuerzas
ni sé Mariposa de donde es tu reino.
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