10 ago 2011
SE cree que no la veo...
Como estoy repasando pruebas, a mi derecha la cortina echada, la calle maravillada de silencio, el cielo mudo de nubes... Pasó una torcaz empinando las alas, como acostumbran a hacer de cara al aire, y en ese momento la vi.
Después se deslizó un poco y de puntillas, toda encaje o espuma de mar, ha subido dos, tres peldaños. Ahora se redondea, pero no plena aún, sobre el sursureste, como ayer a esta hora. Cómo no iba a observarte, de reojo.
Sin ti no habría azul en el mundo.
Publicado por José Carlos Cataño
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