Lees mi vida
en esta especie de diario
que van siendo mis versos,
en los que echa de menos la vida,
y que ves repletos de miedos
que fueron creciendo conmigo
llenándome de dulce tristeza.
La lees en largas tardes
como un libro perdido, hallado,
en el rincón más secreto
en el que descubres ensueños,
y mi soledad poblada
de amables sombras
que llenaba mi lejano mar,
con tus ojos de aguas claras
como ojos de princesa
que descubren un tesoro oculto,
desiertos perfumados de canela,
mi paraíso perdido.
Tardes que dan paso
a noches estériles y frías,
distintas a aquellas
en que te reflejaba la luna
y en las que tuve tu cielo
encerrado en la palma de mi mano.
en esta especie de diario
que van siendo mis versos,
en los que echa de menos la vida,
y que ves repletos de miedos
que fueron creciendo conmigo
llenándome de dulce tristeza.
La lees en largas tardes
como un libro perdido, hallado,
en el rincón más secreto
en el que descubres ensueños,
y mi soledad poblada
de amables sombras
que llenaba mi lejano mar,
con tus ojos de aguas claras
como ojos de princesa
que descubren un tesoro oculto,
desiertos perfumados de canela,
mi paraíso perdido.
Tardes que dan paso
a noches estériles y frías,
distintas a aquellas
en que te reflejaba la luna
y en las que tuve tu cielo
encerrado en la palma de mi mano.
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