Un baile inspirado en los cuentos de hadas, en el castillo de Valentino cerca de París, cierra de forma no oficial la semana de la moda de la alta costura .
. ."Pero, Natalia, ¿es que no sabías que había que venir de blanco y plata?", le preguntaba con una falsa sorpresa Mario Testino a la modelo Natalia Vodianova, vestida de color escarlata.
Era, obviamente, una entrada que el fotógrafo tenía preparada.
Todo el mundo sabía que Natalia, la estrella de la noche, acudiría vestida de Caperucita Roja a la gala que la rusa organizaba en el castillo de Valentino a las afueras de París. Una larga trenza y una tiara de perlas completaban su principesco atuendo.
Pureza y perversión, todo en uno
Gaultier, con plumas y a lo loco
El arte del ballet.
El diseñador francés estrena socios, ya que desde el mes de abril Puig posee una porción mayoritaria de la compañía. El grupo catalán le compró su participación a Hermès en un movimiento que consolida la apuesta por la moda.
Jean Paul Gaultier es la única firma de las que controla (Carolina Herrera, Paco Rabanne y Nina Ricci) que sigue haciendo alta costura.
El terreno en el que la fantasía de Gaultier sigue dando mejores resultados. Esta colección estaba muy libremente inspirada por el ballet.
Los zapatos de tacón invisible, por ejemplo, simulaban una bailarina de punta.- PATRICK KOVARIK (AFP)
Le siguieron otras dos piezas con cierto valor morboso: un Balmain firmado por Christophe Decarnin (55.000) y un Dior de John Galliano (45.000). Ambos diseñadores han sido despedidos en los últimos meses de las casas.
Notas de melancolía en las que seguramente pocos pensaban cuando Brian Ferry empezó su actuación y las modelos tomaron al asalto la pista de espejo.
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