. Lesbiana, disidente y árabe. Mala combinación la de Amina Arraf, bloguera de 35 años, cuyo caso ha dado la vuelta al mundo tras ser secuestrada por tres agentes del régimen sirio.
A Amina se la llevaron el lunes de madrugada mientras se dirigía con un amigo a un encuentro en Damasco.
La noticia fue difundida por su prima utilizando el blog,
A Gay Girl in Damascus, en el que Amina contó al mundo con franqueza y originalidad lo que implica ser lesbiana y disidente en Siria, país árabe que vive sometido a una cruenta represión por parte del régimen de Bashar el Asad y que ha provocado más de 1000 muertos en apenas tres meses.
“Amina fue apresada por tres hombres de unos 20 años. Según el testigo (que no quiere ser identificado), los hombres estaban armados.
Amina golpeó a uno de ellos y le pidió a su amigo que encontrara a su padre”, relata la prima de la secuestrada en una de las últimas entradas del blog de Amina.
El caso, no obstante, ha suscitado cierto escepticismo que pone en duda su veracidad. Al parecer ningún medio ha podido contactar con ella personalmente y verificar quién hay detrás del blog. Además, una publicista inglesa ha denunciado que la imagen de Amina que circula por Internet y los diarios es suya, no de la bloguera desaparecida.
La voz de Amina cobró relevancia a mediados de marzo con el inicio de las revueltas en Siria.
Las entradas de su blog, belicosas unas, intimistas otras, fueron reuniendo a miles de seguidores ávidos de revelaciones sin complejos.
Lo que empezó como un desahogo en un país tomado por unos Servicios de Seguridad omnipresentes fue cobrando fuerza y convirtiéndose en una suerte de tribuna en la que sexualidad, política y religión eran despachados con lucidez y compromiso.
Varias páginas de Facebook, que cuentan ya con cientos de seguidores, se han puesto en funcionamiento desde que trascendió la noticia de su secuestro. Amina, que preparaba un libro autobiográfico, se ha erigido símbolo de las más de 10.000 personas detenidas desde el inicio de las revueltas, según los balances de los grupos de Derechos Humanos.
En una de sus entradas más incendiarias, recogida el pasado domingo, publicada tan solo unas horas antes de su desaparición, Amina se dirigía beligerante a Bashar el Asad y sus acólitos: “Se deben marchar. Se deben marchar pronto.
Eso es lo único que hay que decir”.
Quién sabe si fue la gota que colmó el vaso del régimen sirio.
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