Termina el mes y arrecian las despedidas.
En Estados Unidos, la gran dama de la televisión, Oprah Winfrey, escenifica su apoteósico adiós a las pantallas.
Las estrellas, desde Aretha Franklin hasta Madonna, acuden manteniendo vivo el espíritu del programa: confesiones personales mezcladas con sorpresas grandilocuentes.
El verdadero sentido del estilo americano: te doy lo que quieras si tú también me das lo que quiero.
Winfrey deja el programa, pero no la televisión: se ha comprado un canal para hacerlo a su medida.
En España, Buenafuente también dice adiós a su programa, pero no a La Sexta, de la que es accionista.
Siempre se dijo que la televisión, como el teatro, te echaba cuando se hartaba de ti. Empezamos a ver que tiene un pequeño corazón, cerca del bolsillo, que siempre encuentra dónde alojarte.
Carme Chacón Piqueras
Chacón eligió traje chaqueta monocolor, el uniforme de las primeras damas
Toda esta conjura de adioses en una misma semana genera inquietud
Más despedidas: el Real Madrid prescinde de Valdano, a través de una concurrida rueda de prensa de su presidente.
Valdano, uno de los hombres de fútbol más fotogénicos, no intervino. Mourinho ha ganado el pulso y el equipo parece el escenario perfecto para un Shakespeare contemporáneo.
En San Sebastián, la calvicie del hasta ahora alcalde Elorza cede ante el ímpetu de los caballeros de abundante cabellera de la Orden de Bildu.
Carme Chacón, ministra de Defensa, anuncia su despedida de las primarias socialistas, en medio de un tenso tira y afloja de informaciones y desinformaciones sobre el futuro de su partido. Toda esta conjura de adioses en una misma semana, genera inquietud. ¿Nos dejan solos?
Alguien dijo que lo único bueno de 2011 era que no sería tan nefasto como 2012, pero a tenor de este aluvión de despedidas, esa profecía maya que amenaza con destruir el mundo el próximo año tenga un algo de veracidad y los que hoy se marchan quizás quieran alertarnos de que el mañana no merece tanto la pena.
Carme Chacón, como todas las mujeres en cargos públicos en España, ha recibido infinidad de críticas sobre su vestuario.
El acudir a despachos en evidente estado de gestación llegó a ser considerado una provocación.
Vistió un esmoquin de David Delfín para un acto militar que la catapultó a las portadas y alejó de las listas de mejor vestidas.
En su aparición para apartarse de la contienda sucesoria, Chacón por fin encontró el atuendo que paradójicamente la hacía más presidenciable.
Pelo corto, bien peinado, traje-pantalón de color oscuro, blusa blanca, un broche vanguardista en forma de espiral. Nada de estampados, gesto tranquilo, tan solo adornado por su persistencia a enumerar con los dedos las razones para su marcha.
En la elección del traje chaqueta monocolor, el uniforme de las primeras damas modernas y también de las encargadas de las tiendas Zara, se le adelantó a Chacón María Dolores de Cospedal.
La vimos así vestida en la rueda de prensa para celebrar la arrolladora victoria de su partido en las últimas elecciones.
Empleó el mismo look en su célebre altercado con Ana Pastor en Los desayunos de TVE, discutiendo por una supuesta parcialidad del ente.
Protegida por la nítida combinación de traje chaqueta blanco y blusa marinera, Cospedal aguantó el indigesto desayuno, quizás repasando mentalmente los invitados a la fiesta de despedida que habrá que organizarle a Pastor cuando empiecen a caer las hojas de los árboles este otoño.
Pareciera que si quieres estar en el top de la política o de la Administración pública, ahora mismo no es momento para estampados, ni flores, ni gaitas.
Mucho menos bisutería folk, como es el caso de Leire Pajín, usando abalorios que hablan demasiado de ella. Cospedal y Chacón, seguramente sin saber que coinciden, llevan relojes masculinos acompañados de pulseritas, un capricho que impuso José María Aznar en los días de la contienda contra Irak.
Conviene recordar que la pionera de esta unión de masculino y femenino fue Fabiola de Bélgica, apropiándose del Rolex de Balduino antes de su despedida.
Queda claro que la elección de atuendo monocolor ofrece una ilusión de estabilidad en un panorama repleto de información y desinformación.
En el mundo saturado que vivimos, la imagen es lo único que permanece un rato.
Este nuevo minimalismo de las políticas las protege de la crítica, a costa de igualarlas.
Como a Lady Gaga, el vestuario al mismo tiempo que las expone, las oculta: un look tapadera, que tiende hacia el uniforme y las hará supervivientes más allá de Rajoy. Empiezan a parecerse en el aspecto, probablemente Europa las obligue a parecerse en gestión, sus partidos terminarán por aceptarlas como las auténticas presidenciables, si superamos el 2012.
Previendo que la audiencia y los propios concursantes no despidan a su hijo, Isabel Pantoja ha intervenido en la gala de Supervivientes.
Emulando el eslogan Garbo Habla, el paso trascendental del cine mudo al sonoro, Pantoja habló como si fuera un oráculo no solo para su hijo, sino para todos nosotros. Sus primeras frases fueron: "Hola, mi vida" y el hijo rompió a llorar.
Pantoja sentó precedente televisivo.
Ofreció y exigió, como se espera de una madre. "Sé fuerte, todo el mundo te admira y estoy orgullosa de mi hijo", le dijo a Kiko, a nosotros y desde luego también a ellas, a María Dolores y a Carme.
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