Acaricié tus palabras como si fuesen seda y como un batihoja hace panes de oropensando recubrir con ellos el tesorode tu presencia, los años, la herida más aceda.
Si era cierto el encanto de las sirenas
que nos saludaban desde el mar a coro,¿no será que sus cantos se nos convirtieron en lloros y, en los sueños, la piel se les quedó seca?
Bajo las palabras que me escribieras hace años
escondí con cuidado pasiones no cumplidas,fallidas ilusiones, la expulsión del edén.
Hoy de nuevo se muestran, y me enseñan el daño que con su ocultamiento le hice a mi vida;panes de metal frío con que apresé a tu ser.
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