Alberto de Mónaco quiere que su boda pase a la historia al menos en lo que al número de invitados se refiere.
Si Guillermo y Catalina de Inglaterra convidaron a 1.900 personas, el príncipe monegasco y Charlene Wittstock han enviado nada menos que 4.000 participaciones.
Así lo anunció ayer la Oficina de Turismo del Principado de Mónaco, que afronta el evento como una gran oportunidad para revitalizar el turismo de la zona.
Todas las casas reales han sido emplazadas, pero de momento no se ha hecho pública la lista de los representantes que acudirán al enlace, que probablemente serán de menor rango que los que asistieron a la boda real de Londres.
Y es que este enlace, que tendrá gran repercusión mediática, no es una boda de alto rango, según las normas protocolarias, ya que Mónaco es un principado y la de los Grimaldi no posee el pedigrí de otras casas reales.
La boda de Mónaco también batirá récord de actos.
Se celebrará los días 1 y 2 de julio. Primero, la pareja se casará por lo civil y a continuación se celebrará la ceremonia católica en el patio de honores del palacio; esta será oficiada por el arzobispo de Mónaco, monseñor Bernard Barsi.
Después la pareja dará una vuelta en un automóvil híbrido por las calles monegascas.
Alberto de Mónaco, de 53 años, y Charlene Wittstock, de 33, harán una parada en la iglesia de Sainte Dévote, donde la novia ofrecerá su ramo de boda y acudirá después al edificio de la ópera, donde se celebrará el banquete nupcial.
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