Los diseñadores rescatan los pantalones extraanchos y las faldas 'midi', prendas aptas para casi todos los cuerpos, gustos y bolsillos .
Los años setenta más sofisticados y románticos, esos que, a su vez, se inspiraron en los sueltos años veinte, toman esta primavera las calles tras haber pasado, eso sí, por el filtro del pragmatismo y la funcionalidad al que se aferra la industria de la moda tras la recesión.
Siluetas en las antípodas del hippismo, amplias y fáciles que buscan sus referentes en Yves Saint Laurent, Bianca Jagger o Halston.
- ¿Qué? Pantalones extraanchos en todos los tejidos -del vaquero a la seda-; vestidos vaporosos y muy sensuales, que juegan con los escotes y las transparencias; y faldas hasta los pies o, en un ejercicio de exhibicionismo, a media pierna.
Un estilo vaporoso, despreocupado, fluido. Y sobre todo, amplio.
- ¿Dónde? Esta primavera, los diseñadores han reinterpretado la falda larga, estandarte de esta tendencia XXL, hasta la saciedad.
Lanvin emplea metros y metros de sinuosa tela en una propuesta romántica pero pragmática. Carolina Herrera las interpreta en clave más controlada y clásica; y Jil Sander busca combinar minimalismo y volumen.
Marc Jacobs se inspira en el icono de los años setenta Bianca Jagger y en el Studio 54 para crear vestidos sexis y relajados, mientras que Haider Ackerman los pasa por la batidora gótica.
El pantalón palazzo, ancho y volátil, se convierte en el rey de las colecciones de Céline, Hermès o Jason Wu.
Y las faldas midi, esas que terminan a medio camino entre la rodilla y el tobillo, resurgen candorosas en Chloé, o herederas de la posguerra más desatada en Yves Saint Laurent.
- ¿Por qué? Como explica el diseñador Juan Duyos, en el movimiento pendular que describe la moda "después de un momento duro y exigente con el cuerpo[pantalones pitillo, shorts o corsés],
llega otro más suave y holgado para la mujer".
Las firmas de moda, aún en guardia contra la recesión, saben, como sabe el creador español, que "las prendas sueltas quedan bien a casi todo el mundo".
Se trata, en definitiva, de una tendencia más rápida de digerir y de aplicar, apta para un público más amplio.
- ¿Cómo? Juan Duyos propone jugar con los volúmenes y contrarrestar los pantalones palazzo y las faldas largas con tops y camisetas entalladas.
Prada y Jil Sander llevan la tendencia al extremo y crean piezas con siluetas semirrígidas que obvian la forma del cuerpo de pies a cabeza.
Los tacones se convierten en compañeros imprescindibles de los pantalones y sobre todo de las faldas midi, que acortarían las piernas a la mismísima Adriana Karembeu (las de esta modelo miden 1,21 centímetros).
- ¿Vale la pena? "Las prendas más neutras y los volúmenes más fluidos aguantan mejor en el armario y en el tiempo", dice Duyos.
Y a juzgar por colecciones como la suya, la de Chanel o Jil Sander para el próximo otoño, los vestidos y pantalones XXL seguirán vigentes, con permiso de unos buenos leotardos.
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