Mis días van siendo como un súbito trance
entre el nacimiento y casi la muerte.
Mi vida apenas un suspriro
que apenas dura
lo que se tarda en exhalarlo.
El espejo de mañana
me mira como a un recién nacido
y las sábanas salobres de sudor
de las noches oscuras
como a un muerto
que se precipita en el más allá
de los sueños sin retorno.
Soy como un niño lleno de llanto,
soy apenas un retazo de memoria,
fuí una luz
que hoy se apaga en el atardecer.
Soy, lo que quieras que sea.
Un recuerdo.
Un camino sin salida.
Una nostalgia.
Un beso sin dar.
Un verso sin terminar.
Soy memoria de mí mismo
y de todo lo que se irá conmigo
con un rumor de sordas piedras,
distante y huidizo.
La verdad es que no nací para esto,
pero sin esto, hoy, no me imagino.
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