Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 abr 2011

La inolvidable historia de Madame Grès

Pregúntale a cualquier diseñador por los grandes de la moda del siglo XX y encontrarás en su lista a Madame Grès.
 Una exposición en París reivindica el trabajo una creadora injustamente olvidada en las últimas décadas.
Hasta el 24 de julio, el Museo Bourdelle exhibe 80 vestidos, 50 fotografías y cientos de bocetos que permiten devolver a Grès a su lugar en la historia de la moda.


.Madame Grès: la couture à l’œuvre es la primera retrospectiva sobre Grès organizada en Francia, aunque el Museo Metropolitan de Nueva York le dedicó una muestra en 1994. Organizada por el Museo Galliera (cuyas instalaciones están cerradas por obras, de ahí que se vea en el antiguo estudio del escultor Antoine Bourdelle), parte de las 300 piezas de Madame Grès que posee esta institución francesa.
Madame Grès nació en 1903 como Germaine Emilie Krebs y empezó a diseñar en los años 30 con el nombre de Alix. Firmó como Madame Grès a partir de 1942.
 El nombre corresponde al anagrama que utilizaba su marido, el artista ruso Serge Czerefkow.









Inspirada por la Grecia clásica, pero absolutamente original en sus diseños, Grès murió en 1993 (aunque el mundo no lo supo hasta un año después) y dejó un legado del que han bebido a chorro generaciones de diseñadores.
 De Yves Saint Laurent a Yamamoto, pasando por Azzedine Alaïa. Sus vestidos plisados son un prodigio de técnica, sensibilidad y vitalidad.
Tan modernos y relevantes en los años 40 como en 2011.
Sus trajes de día son algunos de los más disciplinados de la era dorada de la alta costura. Purista y rigurosa, gozó de premios, reconocimiento y atenciones hasta los años 70, pero tuvo unos últimos años dramáticos.
 Se negó a entrar en el sistema del prêt-à-porter hasta 1980, luego perdió el control de sus perfumes, sufrió cambios de propietario y penurias económicas. En 1990 se retiró al Sur de Francia y murió "en secreto".






Laurent Cotta, comisario de la muestra junto a Olivier Saillard, explica en la siguiente entrevista este necesario tributo a Madame Grès y a su insobornable visión de lo que debería ser la alta costura.

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