Trastos viejos
Me dicen que no es buena la nostalgia
que todo lo pasado fue peor
que padezco del síndrome de Diógenes
por seguir conservando en mi memoria
tu sonrisa de niña,
el roce de tus pechos incipientes
el paseo descalzos por la playa
la canción en la disco
y tus miradas
Me aconsejan limpieza, zafarrancho
liberarme del fardo del recuerdo
y siento que me elevo sobre el lodo
empujado hacia arriba, tan ligero
tan falto de agarre con los huesos
como un globo de helio ya sin dueño
Por qué perder el tiempo con poemas
en medio de la urgente economía
qué hacer para olvidarte y olvidarme
para vivir de forma homologable
de manera aceptable por la norma…
En el desván de trastos del cerebro
donde acumulo tactos ya deshechos
no caben más suspiros, lagrimones,
ni despedidas, ni aquellos momentos
de tibia tarde, cesped como lecho…
Confieso que el fracaso más rotundo
acompaña mis mil y un intentos…
no puedo desahuciarte
y es inútil
querer solo lo nuevo.
Me quedo con mis trastos,
con tu imagen
Aunque esté solo hace tanto tiempo
Y la mar haya borrado,
siglos o milenios atrás,
tu nombre en las arenas de mis sueños
1 comentario:
Muy ben poema de amor, recuerdos y nostalgia... dile a Pepe de mi parte, que la nostalgia es muy buena, recordar es muy buen alimento para el alma y es un buen ejercicio mental... nunca se ha de olvidar, sobre todo, aquello que nos fue tan grato.
El tema del Adagio de T. Albinoni, me ha traído grandes recuerdos de mi etapa en el conservatorio y cuando la interpretábamos con la Joven Orquesta.
Un abrazo.
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