El ciego con el que tropezó Julio César cuando entraba en el Senado le había dicho muchas semanas antes que tuviera cuidado con los idus de marzo. La fecha venía a ser el 15 de ese mes, y cuando llegó ese día, César volvió al Senado; al entrar, le dijo al ciego que ya habían llegado los idus de marzo y nada había ocurrido; el ciego le contestó: "pero aún no han acabado". Minutos después Julio César era acuchillado por los senadores. Esta historia, mil veces contada y que seguramente es más leyenda que realidad, debía funcionar en los tiempos en que los actos de los políticos tenían consecuencias, aunque no sé si en el vasto territorio de Roma la provincia de Hispania se movía con parámetros distintos. Y es para creerlo, porque aquí los políticos pueden hacer lo que sea, y todo se resuelve con unas declaraciones que básicamente se resumen en tres palabras: "Y tú más".
En un país democrático (incluso en la Roma antigua), Camps no podría ser candidato mientras estuviese encausado, un ministro como José Blanco tendría que haber dimitido por no haber resuelto de un vez la conflictividad del transporte aéreo, alcaldes imputados, concejales caciquiles y políticos inanes en general perderían la posibilidad, no ya de ser elegidos, sino de que sus partidos los presentaran como candidatos.
Hay ayuntamientos endeudados por procesos judiciales ocasionados por la ineptitud (a veces por malas praxis deliberadas) de personas que, aunque ya no estén en esos cargos, siguen en la política a veces en escalones superiores.
Está claro, los Idus de marzo no funcionan en la provincia romana de Hispania.
Sacado de Bardinia de Emilio González Déniz
2 comentarios:
Emilo tiene bastante razón... aunque tal vez, los idus todavía no han terminado.
Sentimos vergüenza ajena por lo que sucede en este patio político donde parece que todo vale y si no, "denuncia"... ya se encargarán mis abogados de paralizar los procesos hasta que el "supuesto delito" prescriba...
Recuerdo ¡en cierta ocasión, como al Sr. Gil (alcalde por entonces de Marbella) le preguntaba un periodista por qué se construía en zonas protegidas, si estaba prohibido; el Sr. Gil no dudó un instante al responder: yo, primero construyo y si luego es ilegal, que denuncien!
Así nos va! Y lo peor de todo está en la calle, con la gente de a pie, que no sabe o no quiere condenar esos "atracos" políticos, o si no, no se entiende como lejos de castigar en las urnas, se les sube a lo más alto con las papeletas.
Un cordial saludo Utopazziano desde Hibernia (deshelando)
Las Idus de Marzo no le sirvieron a Julio Cesar menos nos sirven a nosotros, con lo de Japón se esta viendo.
No son buenos tiempos, esperemos eso de año de nieves años de bienes. Saludos Canarios. ;)
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