Hubo un momento en que la tormenta tomó aliento, descorrió sus nubes, y en un ángulo en alto parecido al del año pasado, nadaban las primeras golondrinas.
Son como las flores del ciruelo rojo. Brotan, llega el viento, la lluvia de marzo, desaparecen las pequeñas flores de sus ramas antiguas.
Publicado por José Carlos Cataño

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