.El mundo occidental debería dar su claro apoyo al pueblo egipcio y a su lucha legítima por sus derechos.
Se teme que los islamistas radicales se hagan con el poder, pero no hay mejor semilla para el terrorismo islámico que el hambre y la desesperación que provocan los tiranos títeres de Estados Unidos y Europa.
Deberíamos preguntarnos qué queremos realmente, más justicia en el mundo o ahorrarnos unos euros en el barril de petróleo; deberíamos dejarnos ya de hipocresía y posicionarnos claramente.
Pero antes de juzgar hay que informarse, mirar las imágenes que circulan por Internet y las redes sociales.
¿Nos ponemos del lado de los tanques y los antidisturbios o de jóvenes, niños y ancianos que luchan por no morirse de hambre?
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