Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

22 feb 2011

Carmelo Artiles hacia el Sur

Carmelo Artiles hacia el Sur




Como tantos otros grancanarios nacidos en las medianías que reciben al alisio del nordeste, respiraste desde niño la sequedad del Sur, ese aire filtrado por los encañados de los tomateros, esa brisa mezclada del salitre del mar cercano, ese viento oliendo a azufre, potasa y caparrosa sobre el que planean los alcaravanes a contraluz del atardecer.
Y quien respira ese aire siempre será del Sur, que es mirar a los demás de frente, sin arrastrarse ante los que parecen más altos ni envanecerse sobre los que se ven desde arriba.



Todos los hombres son iguales, leerías más tarde en Thomas Jefferson, pero entonces el cura de El Pajar, don Efraín, ¿te acuerdas? repetía aquella cita evangélica: "El que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado".
El mensaje caló en ti, pero seguiste leyendo aquel libro y de él aprendiste que hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
 Cuando estuviste arriba seguías mirando de frente, como el hombre bueno machadiano que fuiste.
 Querido Carmelo, cuando hablamos hace unos meses en la calle Canalejas, seguías siendo el muchacho de piel cobriza y pelo ensortijado que siempre miraba hacia el Sur. Hoy vuelves a ese Sur infinito desde el que parte la barca sin retorno.
No hay Sur más grande que Arguineguín. Ojalá a la vuelta del horizonte encuentres al Dios que te mostró don Efraín.
 Buen viaje, amigo.
Sacado de Bardinia de Emilio González Déniz.
No lo diría mejor que tú, Emilio y pongo tus palabras que hago mias, me entristeció la noticia ayer, no sabía que estaba en coma, que todo el mundo se ponga de acuerdo para resaltar tus virtudes de bueno, sencillo, trabajador por la Isla por la Universidad que al fín podemos tener en la Isla, por tantas cosas buenas, no es porque nos dejad sino porque sabemos que en ti era todo eso verdad, cuando dejaste la presidencia volviste a tu trabajo y jamás hicistes ruido, ni cuando como Presidente del Cabildo ibas a votar, solo, dando un paseo, siempre lejos de ampulosidad que jamás hiciste gala.
Mi recuerdo de tu esposa Carmen Moraleda que trabajamos juntas, mujer sencilla como tú, jamás hizo ostentación de "Mujer de" al contrario, siento por ella también tristeza por lo que está pasando.
Leerlo y escribirlo me dan sentimiento y contengo las lágrimas porque a parte de todo eso tu estuviste cerca de mi familia.
Y como dice Emilio , hoy desde Argueneguín te digo Adios.

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