Alicia Giménez Bartlett recupera el ambiguo personaje de la guerrillera La Pastora. -La creadora de Petra Delicado consolida su vertiente más literaria .
.Alicia Giménez Bartlett arrastraba una tristeza: era más reconocida como escritora fuera (Italia, sobre todo) que aquí y su famosísima saga de la detective Petra Delicado ha enmascarado en parte su producción novelística literaria, tan numerosa como la policíaca. Eso terminó ayer por la noche en Barcelona, porque los Reyes Magos la obsequiaron con la 67ª edición del premio Nadal, el más veterano de las letras españolas, que obtuvo con la novela Donde nadie te encuentre, basada parcialmente en la vida real de Teresa Pla Meseguer, que llegó a conocerse como "la maquis hermafrodita".
Doble personalidad narrativa
Los claroscuros del personaje protagonista no fueron las únicas emociones que, en el que fuera histórico Ritz (hoy Palace), deparó la velada, porque entre los 460 invitados debutaba en un acto sociocultural el flamante presidente de la Generalitat, Artur Mas, que se vio con dos de sus predecesores: el inmediato, José Montilla, y su maestro, Jordi Pujol.
Y se dio otro duelo, el del alcalde Jordi Hereu con el que se preparaba como candidato socialista alternativo, Ferran Mascarell, que al final ha acabado como consejero de Cultura fichado por Mas.
La tercera sacudida, más tácita, la proporcionó la obra ganadora del 43º premio Pla en lengua catalana, de nuevo una apuesta como el año pasado: El cau del conill (La madriguera del conejo), del joven periodista debutante Cristian Segura (Barcelona, 1978) o de cómo una tercera generación de los Conill se carga todo el patrimonio familiar, en una espiral de pérdida de valores idiosincrásicos que hoy preocupa a una parte de la sociedad catalana.
La elección del personaje de Teresa Pla por parte de Giménez Bartlett (Almansa, Albacete, 1951) no debe sorprender demasiado viendo su trayectoria. Donde nadie te encuentre narra las peripecias de un psiquiatra francés que, a través de un artículo de un periodista barcelonés, se interesa por el personaje de Teresa Pla Meseguer, alias La Pastora, quizá el maquis más misterioso que generó la inmediata posguerra española. Nacida en 1917 en Vallibona (Castellón) con serias dudas sobre su sexualidad (quizá con seudohermafroditismo masculino), sus rasgos más hombrunos que femeninos fueron objetos de múltiples chanzas que culminaron desgraciadamente en una nunca bien o aclarada violación en 1949 en la que habrían participado o estado presentes miembros de la Guardia Civil. Fue entonces cuando, según la historia o quizá ya mezclada con la leyenda, cambió sus ropas femeninas por las masculinas y pasó de ser la Teresot a Florencio, actuando como maquis con el nombre de Durruti o La Pastora por las montañas del Maestrazgo hasta que fue capturada en 1960. Conmutada la pena de muerte, pasó 17 años en prisión y falleció en 2004.
Una mujer de carácter fuerte, el sexo como elemento al que agarrarse (o no) para huir de la sociedad, un cierto individualismo y otro cierto pesimismo sobre las relaciones sociales son temas que rodean esa figura pero también son en realidad algunos de los leit motiv que marcan la trayectoria como escritora y también la de ensayista de Giménez Bartlett, una doctora en filología extranjera (inglesa) que apareció en 1981, hace exactamente 30 años, con un estudio sobre Torrente Ballester. Solo un año después debutaba en la ficción con Éxit, a la que siguieron, entre otras, Pájaros de oro (1987, su particular Thelma y Louise), La última copa del verano (1995), Secreta Penélope (2003) y Días de amor y engaños (2006). Pero sobre todo está Una habitación ajena (1997), recreación de las tensiones entre Virginia Woolf y su criada Nelly y que le proporcionó el primer premio de su carrera: el Femenino Singular, de Lumen.
Un año antes de esa implícita reflexión sobre las mujeres y la condición de intelectual había probado con la novela policiaca.
La culpa fue de Patricia Cornwell y de su libro La jota de corazones. "Si eso es lo último en novela negra yo también puedo", recuerda que se dijo y así lanzó en 1996 Ritos de muerte, que dio pie a las hasta ahora ocho obras de la saga de la detective Petra Delicado, cuya fama la llevó a una serie de TVE en 1999 con el rostro de Ana Belén.
Fue un éxito notable en España pero espectacular fuera (le ha reportado diversos galardones; el mejor, el Raymond Chandler en 2008, como a John le Carré y John Grisham) que corrieron un velo sobre su producción más seria y sobre sus ensayos (El misterio de los sexos y La deuda de Eva).
Pero eso fue hasta ayer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario