El 31 de diciembre cayeron 5.000 pájaros muertos sobre un pueblo del estado de Arkansas, anteayer ocurrió el Lousiana y ayer en el sur de Suecia. Los dos primeros hecho podrían explicarse por su proximidad geográfica, cuya causa fuese la misma, aunque no se sabe cuál. Lo de Suecia es más extraño, porque hay miles de kilómetros de distancia y unas condiciones geográficas totalmente distintas.
Lo fácil aquí es decir aquello de que la ficción va a veces por delante de la realidad y están ocurriendo con las aves fenómenos inexplicables como en la famosa pelicula de Alfred Hitchcock Los pájaros. La verdad es que el fenómeno es raro, porque los pájaros no tienen señales externas de golpes o quemaduras, que pudieran explicar su muerte a causa de los rayos o el granizo. Los medios le han dado un trato basado en la curiosidad, pero no han ido más lejos. Y es que los veterinarios siguen investigando, aunque tal vez no sea cosa de veterinarios solamente, sino que deberían entrar físicos, meteorólogos y otros científicos. Seguramente no nos hemos parado a pensar en la importancia del asunto, pero creo que estamos ante unos hechos que merecen una investigación seria, para poder atribuir esas muertes a causas reales, que estoy seguro que es así, pero hay que conocerlas, porque pudieran ser graves y dañinas para otros seres vivos, incluso los humanos.
Si esto queda así, aparecerán los profetas milagreros, los predicadores que anuncian señales apocalípticas y los agoreros que se confabulan con el esoterismo. El resultado será la utilización del miedo. Y no hay mayor aliado del miedo que la ignorancia. Por eso hay que saber qué ha pasado.
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