Pero, ¿por qué grita?
De todas las cosas que vi, viví y escuché en las horas, un día y medio, que pasé en Milán esta semana recuerdo dos que no se me van de la memoria.
Una es la visita a la extraordinaria librería Feltrinelli Expres en la imponente Estación Central que mandó construir Mussolini.
En aquel impresionante trasto que comunica Milán con toda Europa y que es la puerta de Italia hacia adentro y hacia afuera, esa notable familia Feltrinelli, Inge y Carlo, han hecho realidad, una vez más, el sueño del patriarca, el mítico Giangiacomo, de abrir la librería --las librerías-- al público de manera total y libre, quitándoles ese aire de templos silenciosos que tuvieron en tiempos (y sigue teniendo en miles de casos) el aire de las iglesias a las que había que entrar rezando o confesando ignorancia.
Son librerías fantásticas, y esta en concreto, la número 101 de las librerías que ha abierto Feltrinelli en Italia, es la más grande de todas, la más arriesgada también, porque se somete a gente de paso que se supone que no tendría tiempo para andar entre los corredores de los libros.
Pues la gente anda entre los corredores, busca, encuentra, es atendida por un personal delicado y dedicado, y es una delicia encontrarse con lo que uno busca gracias a una destreza que no hace ruido.
Una buena experiencia. Lo otro que quería contar sucedió en la vía Manzoni, cuando me iba del hotel. Llevaban mi maleta a un coche y el señor que se ocupaba de estos trámites reclamó a un taxista gritando.
Entonces, el jefe de recepción le preguntó a uno de sus compañeros: "Ma, per ché urla?" Por qué grita este hombre, es innecesario.
Se me quedó la frase en la memoria, como un ritornello, como un refrán que serviría para la vida común. Gritamos, todos gritamos, en este blog se grita, en la prensa se grita, se grita en la tele y en la radio, se grita en las casas y en las aceras, se grita en las aulas, estamos sumergidos en un enorme grito, están los gritos de la falsa humildad y los gritos de la abierta pedantería; vivimos entre el grito y el susurro chismoso, entre el deseo de gritarle al otro nuestra propia frustración, nuestra animadversión o nuestros malos deseos, le gritamos al otro automovilista, e incluso nos gritamos a nosotros mismos.
Feltrinelli quería librerías llenas de gente que buscara y que encontrara lo que le produjera placer o sosiego (Feltrinelli propugnó que las empresas dieran más días libres para que la gente tuviera más tiempo para leer: no estaría mal que los sindicatos españoles, que ahora discuten con el Gobierno, reclamaran lo mismo); acaso en las librerías y en las bibliotecas no se grita. Juan Carlos Onetti decía que los lectores eran obligatoriamente pacíficos pues mientras se tiene un libro en las manos no se tiene un revólver.
Un revólver es un grito. Y todos nos estamos tiroteando todos los días. En lugar de leer. Ah, alguien aquí se llamaba ayer Miguel de Cervantes.
No sé qué hubiera hecho Miguel de Cervantes con el tiempo en estos años de bloguerías. ¿Gritar, quizá? Nos hubiéramos perdido el Quijote, la historia del sosiego imposible de un loco.
2 comentarios:
Juan Cruz, es grande. Me gusta oírlo a través la radio (cuando tengo tiempo) y en la cadena SER. Escribir, escribe mejor que habla... y lleva toda la razón en cuanto al "grito" se refiere. En él, (en el grito) reflejamos todas nuestras miserias, nuestras penas o animadversión sobre el resto en general. Todo provocado tal vez, por nuestra propia falta de talante, humildad o decoro. Por desgracia, como en el reino animal, también el hombre saca pecho a la hora de decir "aquí estoy yo" y todos os equivocáis salvo yo; al hacerlo gritando, esto parecería darnos la razón ya que tratamos de imponerlo...
Un cordial saludo desde mi retiro vacacional (sigue entrando por mi blog... hay muchas entradas. Tal vez alguna te entretenga)... también a nosotros nos encanta el cine y mi único acercamiento, es hasta el momento, con mi vetusta cámara digital para filmar y montar mis trabajos y luego exponerlos (sin gritar) para tal vez conmover o quién sabe... también es una forma de narcisismo al más puro estilo del sobrevalorado ser humano.
http://utopazzo.blogspot.com/2010/09/el-narcisistacom.html
Gracias Uttopazzo me encanta que pongas tu punto de vista, y eres muy creativo, ayer visité el enlace que me dejastes, y era bello ver a tu hijo.
Me gusta lo que dices sobre la fotografía, es interesante. Saludos afectuosos desde Las Islas Canarias.
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