Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

13 ene 2011

Haití un año después

Haití un año después




Hay pueblos que parece que sobre ellos ha caído una maldición. Haití es uno de ellos, un lugar en el que se mezcla la extrema pobreza con los sistemas políticos corruptos y la ignorancia que es manipulada por creencias esotéricas como el vudú o el convencimiento de que los muertos vuelven físicamente del más allá (zombis). Con estos ingredientes no hay manera de que u pueblo avance, sobre todo cuando sus dirigentes se aprovechan de todo eso para amasar fortunas inmorales a costa del sufrimiento ajeno.



Así era Haití hace un año. Pero encima la tierra se movió, con una intensidad que en países como Japón significaría un contratiempo (6,5), pero que en lugares de construcciones endebles es la destrucción total. También parece que a los pueblos más pobres les ha tocado habitar en los lugares más peligrosos del planeta.
Luego ha llegado el cólera, y la comunidad internacional no ha cumplido lo que prometió en la conferencia de donantes, pero sí que ha habido dinero para misiles, portaaviones y tanques.
La verdadera maldición de Haití es la crueldad del ser humano, lo mismo que sucede en Darfour, en el Congo, en Somalia, en Liberia o en Birmania (o como se llame ahora). Lo único que saben hacer las grandes potencias es venderles armas y expoliar sus recursos.

Emilio Gonzáles Deniz, de Bardinia

1 comentario:

Utopazzo dijo...

Lo de Haití, por desgracia, puede volver a repetirse, incluso en otros países con idéntica físico... ya verás como el mal llamado primer mundo (nosotros) lo vemos calentitos o frequitos (según la estación) y pronto nos pondremos las manos a la cabeza, no dejaremos de mirar las imágenes mientras comemos o tomamos algo e inmediatamente, los países más ricos, se pone manos a la obra para ver quién sale primero en los noticiarios para prestar ayuda. Esto estaría bien, si no fuese porque luego pasa lo que pasa: transcurrido un tiempo (no definido y según el patrón de cada mandatario) abandonarán a su suerte al más desprotegido, instalarán un falso dispositivo de control donde el "poli" de turno, aprovechará para mangonear, imponer su autoridad (concedida en salvoconducto por su país) para incluso, violar los derechos humanos y también violar físicamente a quién se ponga por delante... y no lo he dicho yo; ésto se ha visto una y mil veces en la misma pantalla que presenciamos el Katrina, el terremoto de Haití o las guerras del Congo, Uganda y más situaciones que se me escapan.
Una pena, pero así lo quiere el primer mundo donde además de prestar ayuda humana, también lo hace con el tráfico (o venta legal , que es lo mismo) de armas y otras cosas menos visibles: también compran su libertad ...
Gracias por tu pequeña aportación a remover conciencias.