Hay ciertas cosas en nuestra vida como mujeres que pueden llamar poderosamente la atención.
Es posible nuestra vanidad y nuestra estima se reduzca a una barra de labios, hay miles de colores y tonos, porque el color rosa puede tener un tono colar, un tono anaranjado, un rosa chicle un rosa arcilla, yn rosa palo, y así muchos rosas, rosas apagados rosas brillantes, en gloss o en barra, lo mismo con el rojo, o con el marrón, es una inmensa paleta de colores que transforma la base.
Y cuando una mujer parece andar perdida y pasa por una planta de cosmética las barras de labios la llaman, y se puede probar cientos de ellas, quedando siempre dos o tres que no salen del muestrario, y piensan "Nos toca ahora" al ver a una compañera rechazada se burlan, y vuelven a su lugar porque esa mujer después de querer ver sobre su mano el color decide que no compra nada.
Su tiempo ha terminado y se quedan mustías esperando que alguien las rescate del probador.
Siempre ha sido sexi ir pintada con una barra de labios según color, no todas resistimos las mismas texturas y colores, tienes que encontrar la "tuya", y no es fácil.
Desde la Guerra, la que sea 1ª o 2ª Mundial o la civil, para las mujeres el contrabando más preciado eran unas medias con costura y una barra de labios roja.
Se nota más segura, pisa fuerte aunque su abrigo no sea bonito y sus zapatos sean un nº menos, pero está preparada para salir a bailar con el soldado de permiso que puede ser su novio.
Si que hay que saber con las barras de labios que deben ser de calidad y hay marcas con glamour, aunque la diferencia sea de 3 euros con otra marca, lo importante es el glamour, encerrado en la secillez de un estuche negro y dorado. o en una caja negra, lo negro es sobrio y elegante pero dentro encierra una explosión de color.
Ese color en el que queremos envolver nuestra vida. Colores intensos o suaves, según queramos ser dulces o agresivas, como los perfumes. Encerrados en embases sobrios pero consistentes todo el color toda la escala musical está en cada gota de ese perfume.
Es toda una historia intrigante porque la mujer desde siempre se pintaba los labios con una gotita de sangre que pinchaban sus muslos para hacerla salir y ponerla en la boca, una boca que quiere ser amada, y se pellizcan los cachetes para estar sonrosadas, es una extraña situación, nuestra blancura en el tono de piel lo envolvemos de papel carmesí,
Es que hoy puede aparecer mi hombre diria Jeanne Moureau, mujer de belleza extraña, pero de rojos labios sensuales.
Siempre la boca, como actrices perfectamentes maquilladas, porque quizás queramos demostrar esa fuerza interna a través del color y quizás por ello, estamos más de media hora mirando y probando un color que nos haga ser ese discreto y oculto deseo entre las demás mujeres. Realmente esas barras de labios están hechas para los hombres a los que marcaremos el cuello con unos labios pintados.
Porque nosotras besamos y el rojo es artificial, pero cuando un hombre marca a su presa lo hace con sangre de verdad.
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