25 dic 2010
Robin Hood y la actualidad de la Edad Media .Guillermo Altares
"Perdoname príncipe, si soy jodidamente medieval", cantó George Brassens, el último juglar, heredero de François Villon y uno de los grandes reivindicadores de la Edad Media. Durante mucho tiempo, aquel periodo fue identificado con una era oscura, fría y salvaje. Sin embargo, poco a poco, a lo largo del siglo XX la percepción fue cambiando, sobre todo gracias al trabajo de dos magníficos historiadores de la llamada Escuela de los Annales, George Duby y Jacques Le Goff, que continuaron la labor de los fundadores de aquella tendencia , Lucien Febvre y Marc Bloch. Duby, fallecido en 1996, y Le Goff, que a sus 86 años sigue en activo, mezclaron las disciplinas y, sobre todo, se fijaron en aspectos que no se limitaban a los reyes y las batallas, como la vida cotidiana, para construir una nueva imagen del Medievo. El último libro publicado en castellano de Le Goff, Héroes, maravillas y leyendas de la Edad Media (Paidós) es una lectura deliciosa, que refleja muy bien lo cerca que estamos de aquellos años. "Seguimos viviendo en la Edad Media", dijo Le Goff en una entrevista con el diario argentino La Nación. Le Goff, que tiene una prosa estupenda, revisa los grandes mitos de la Edad Media, desde el Cid hasta el mago Merlín pasando por los castillos, las catedrales (sobre las que Duby escribió su obra maestra: La época de las catedrales) o, naturalmente, Robin de los Bosques, el icono medieval más perdurable (el día de la lotería la prensa llamó Robin Hood al dueño del bar que repartió millones y millones en Barcelona).
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