25/10/10.- A pesar de un comienzo nada prometedor con un 'look' que parecía de mercadillo, pero que probablemente no lo era, la vestimenta de Doña Letizia nos sorprendió agradablemente este fin de semana. Recalco lo de mercadillo ya que, además de la falda estampada y algo veraniega, llevaba una camiseta y un cárdigan nada favorecedores, que nos recordaron sus horrendas toilettes palmesanas del mes de agosto.
Pero los tres 'looks' creados por Felipe Varela para los actos que rodearon la entrega de los Premios Príncipe de Asturias fueron infinitamente más 'royal' y sosegados de lo que nos tienen acostumbrados últimamente Doña Letizia y su 'couturier'.
Vimos un vestido en lana stretch gris con un plisado en abanico rematado por flores que resaltaba la estupenda anatomía de Doña Letizia, otro palabra de honor acompañado por una blusa de gasa, todo ello en azul casi cobalto, y, finalmente, un muy lujoso vestido de cóctel negro, muy años 50, que dará mucho que hablar. Se trata de un asunto de talle alto, casi princesa, elaborado con un entramado de cintas forradas en seda, bordado, rebordado y rematado por encaje antiguo. Como todo lo de Varela, que no se ha dado cuenta aún que lo importante son las imágenes que aparecen luego en prensa, donde no se aprecian los detalles artesanos, gana de cerca. De lejos podría recordarnos a un traje regional de Coros y Danzas o algo realizado para una versión de arte y 'desmayo' de 'La casa de Bernarda Alba'. De todas formas, a Doña Letizia, a la que le van los tonos fuertes, le favorecía mucho y estaba espectacular con su tirante cola de caballo.
Su réplica estará expuesta en breve en el escaparate del emporio de Varela en la calle de Ortega y Gasset, siguiendo el ejemplo del traje de noche rojo de la gran boda sueca, así que los curiosos podrán ir en peregrinaje y juzgar por sí mismos.
Lo que sí dará que hablar es el hecho de que sea negro, tono que los royals solo llevan cuando están de luto, prefiriendo colores claros que resaltan con los del público, que suele ir de tonos pardos.
En los fondos del museo Victoria & Albert de Londres se conserva el primer vestido de cóctel negro que encargase una 'royal', una muy conflictiva e iconoclasta princess Margaret, la hermana de Isabel II. Se lo encargó a principios de los 50 a Norman Hartnell, que lo encontró un poco insólito pero, como la conocía desde pequeña, cuando la había vestido de niña de cortejo, no se inmutó. Es de otomán de seda con detalles en diamante en los hombros y muy elegante.
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