10 sept 2010
Me Fui de la Isla...
Me fui de la Isla imperfectamente a solas y volveré a ella -si lo cumplo, como es mi intención-, a solas también imperfectamente.
Yo no sé si alguien se marcha por mucho tiempo de un lugar con voluntad completa de hacerlo y si consigue regresar con el mismo pulso.
A lo mejor seguimos en el idealismo; y qué poco me ha servido el desarraigo: nada sé de quedarme; nada de tomar una determinación; tampoco conozco el color del tiempo a la espera.
Nada sé y sólo el tiempo para mí es material cuando es de noche.
Seguimos, a lo mejor, idealizando la decisión de partir y la decisión imaginada de volver, como dos actos soberanos, redondos, ejecutados con la precisión y el despeje de quien da un tajo en el agua.
Tal vez uno se va poco a poco y sin pensarlo, y vuelve cuando menos se lo imagina. Quizá uno no se ha ido por completo nunca, y pretende volver a lo que nunca fue ni paisaje ni existencia.
Uno es brizna de nube en altocielo y altamar, sombra entre claridades sobre lomas de interior. O esa gaviota diminuta que se aleja de la orilla y rastrea, confundida con el mar picado, las sobras en la estela.
Publicado por JOSÉ CARLOS CATAÑO
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1 comentario:
La realidad es que los isleños vamos y venimos , y siempre a solas, no hay que esperar mucho tiempo para volver, a solas y tb podemos marcharnos, pero el mar te arrulla mimoso para que te quedes entre el salitre y la espuma.
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