23 sept 2010
El arte de Hopper tiene precio
Dennis Hopper, fallecido en mayo a los 74 años, no solo era un reconocido actor. Era también un consumado y meticuloso coleccionista de arte.
La galería neoyorquina de la casa Christie's ha anunciado que pondrá a la venta buena parte de la colección que atesoraba en dos subastas públicas, programadas para noviembre y enero, y con las que espera recaudar unos 10 millones de euros.
Se subastarán obras de Andy Warhol, Basquiat, Schnabel y fotos de Leibovitz
No compraba grandes nombres, sino grandes promesas.
Así, Hopper acudió a la primera exposición de un relativamente desconocido Andy Warhol en Los Ángeles y adquirió una de las primeras serigrafías sobre lienzo de las latas de sopa Campbell, de 1962, por 75 dólares de la época.
Ambos artistas desarrollaron una amistad que se consumó con la creación de otro icono artístico de la cultura pop: el retrato de un joven Hopper con sombrero vaquero, de 1971, que se venderá, espera Christie's, por 900.000 euros.
Y es que su faz y su espíritu rebelde se encuentran en muchas de las 250 obras que salen a la venta.
Estaba especialmente orgulloso de un mosaico de 1999 del director y artista Julian Schnabel (Antes que anochezca, La escafandra y la mariposa) hecho con fragmentos de platos rotos.
El domingo, por cierto, cierra sus puertas la exposición Dennis Hopper Double Standard en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, de la que el propio Schnabel es comisario y que aúna fotografías, lienzos y esculturas hechos por el actor fallecido.
En su subasta de enero Christie's venderá una fotografía que Annie Leibovitz tomó de Hopper y su amigo Christopher Walken en 1995, por un precio estimado de 3.000 euros. La instantánea muestra a ambos sentados en una habitación del Chateau Marmont, mirando a la cámara de forma siniestra.
Hopper luce solo un pantalón negro, la cabeza rapada.
La fotografía era la pasión central de ese actor, quien también tomó miles de instantáneas a lo largo de su vida, sobre todo a compañeros de profesión como Paul Newman y a personalidades como Tina Turner, Martin Luther King o el propio Warhol.
En las paredes de su casa de Los Ángeles colgaban lienzos de nombres a los que él auguró fama, como Jean-Michel Basquiat o Keith Haring. Apostó por ellos y ayudó a hacer que su nombre resonara en las galerías de arte del mundo.
Christie's calcula que un lienzo sin título de Basquiat de 1987, un collage con figuras humanas, rostros negros y texto extraído del escritor de la generación beat William Burroughs se venderá por 5,5 millones de euros.
Hopper lo compró en 1988 por 12.000.
A Hopper le fascinaba el arte. Vivía en una casa diseñada por Frank Gehry en Venice Beach. En su estudio ocupaba un lugar central una tumbona diseñada también por Gehry en 1987 y hecha de cartón, parte de una serie de 50, cada una de las cuales se vende por unos 15.000 euros.
En la ingente cantidad de entrevistas que concedió a lo largo de su vida, a Hopper le gustaba recordar que comenzó a interesarse por el arte en los años cincuenta y a causa de la insistencia de su compañero de reparto en el largometraje Rebelde sin causa, James Dean. Tras aquel rodaje comenzó a tomar fotos y a visitar galerías de arte, algo con lo que siguió toda su vida.
"Uno debe asegurarse que cuida bien sus obras de arte", dijo en una entrevista.
"Porque el coleccionista es solo un guardián y esas obras le sobrevivirán y uno debe guardarlas para el disfrute de los demás y para los museos".
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