El pulpo ha hablado. O, más bien, ha comido. España estará en la final del Mundial de Sudáfrica. El habitante más famoso del acuario Sea Life de Oberhausen ha llevado a cabo esta mañana su particular predicción, que consiste en elegir entre la comida de dos contenedores, uno adornado con la bandera alemana y otro con la del rival de turno. Y, por lo que parece, en esta ocasión le ha tirado más La Roja.
Paul lleva un inmaculado historial de predicciones, si pueden llamarse así, en lo que va de Mundial. Anticipó, incluso, la sorprendente derrota de los germanos ante Serbia en la fase de grupos. El vaticinio, que fue emitido en directo por varias televisiones del país, fue puesto en duda rápidamente por los comentaristas. Los seguidores alemanes se aferran a un significativo fallo de cálculo que el célebre cefalópodo tuvo en la final de la pasada Eurocopa. Paul no valoró suficientemente el factor Torres y se decantó por la victoria de Alemania.
El equipo dirigido por Joachim Low aún se aferra a una superstición más. El técnico germano y su segundo en el banquillo, Hans-Dieter Flick, se pusieron dos jerseys idénticos durante el partido de octavos contra Inglaterra (4-1), y están seguros de que les trajeron buena suerte. Contra Argentina repitieron la misma indumentaria, y volvieron a ganar con facilidad (4-0). Low, que bromea diciendo que ni siquiera pueden lavar el jersey para que no desaparezca la buena fortuna, ha asegurado que contra España lo llevarán nuevamente.
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