Caminé tan lejos
que me perdí.
Sentado sobre una roca
engullí mis lágrimas
y mi pasado.
A nadie importa quien fui
y me dejé un día olvidado.
Vaya gusto, andar en vano,
dar vueltas y vueltas
sin llegar a ningún lado.
En tu mano había destino,
encuentro, abrigo,
presencia, ilusión.
Se acaban las fuerzas,
el paso es torpe,
el pulso lento,
jadeante la respiración.
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