6 jul 2010
ABANDONO
EL ABANDONO
La tarde estaba hecha de manchas,
largas sombras paradas:
-Se me han ido los ojos a otros ojos.
-Piedad, si te vas muero.
En torno al ocaso lloraban
la hiedra,
los estambres secos
y la luna que asomaba apenas
como hostia pálida:
-Se me han ido los labios a otra boca.
-Piedad, si te vas muero.
Caía la derrota por los rumbos
despeñados del amor y así, las voces
gemían:
-Se me ha ido el alma en otro cuerpo.
-Piedad, si te vas muero.
Para los confidentes de la noche
la suerte ya estaba echada:
El uno cortó por la vereda de enfrente,
el otro derecho a la nada.
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