Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

12 jun 2010

Solo hay que verlo con los Ojos cerrados




En el sueño que será digno de tu recuerdo siempre hay una casa solariega que reconoces, y sin embargo, de manera fortuita, surge con los pasos la habitación inimaginada, la cámara escondida, el espacio repentino. Por eso será maravilloso. Por eso el sueño dejará en ti un sabor de extrañeza y de reconocimiento, una estancia que ya será tuya, si bien no la buscaste, y cuyo aire habrá de repetir en tu memoria una de las formas más felices del encantamiento.

A veces son los desarraigados quienes reciben esta clase de sueños. No hay más que verlos con los ojos cerrados y los labios respirando una suerte de embriaguez extática. Como si la bondad de los dioses y el azar les hubiera devuelto por un momento el origen que un día habitaron y en el cual han encontrado la porción nunca hollada, ni deseada ni presentida por ellos mismos; la parte de la que no existía noticia alguna.

No podremos apenas hablar de la cámara escondida. Es una imagen tan nuestra como el cristalino del ojo. Sólo podemos ofrecerla de la forma en que miramos las cosas.

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