Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 jun 2010

Sin Papeles por José Saramago


Hoy 18 de junio ha fallecido José Saramago a los 87 años de edad. El mundo se despide no sólo de un escritor inigualable, ganador del Nobel de Literatura en 1998. sino de un gran defensor de la humanidad, quien con su mirada inteligente, lúcida, sensible participó activamente en la defensa de los derechos humanos.

Saramago tiene una obra vasta y sus opiniones y artículos sobre las problemáticas que aquejan a la sociedad se han publicado en diversos medios. Cada una de sus opiniones tiene un valor fundamental para entender el mundo en que vivimos.


Sin papeles*
Por: José Saramago

La identidad de una persona no es el nombre que tiene, el lugar donde nació, ni la fecha en que vino al mundo. La identidad de una persona consiste, simplemente, en ser, y el ser no puede ser negado. Presentar un papel que diga cómo nos llamamos y dónde y cuándo nacimos, es tanto una obligación legal como una necesidad social. Nadie, verdaderamente, puede decir quién es, pero todos tenemos derecho de poder decir quiénes somos para los otros. Para eso sirven los papeles de identidad.
Negarle a alguien el derecho de ser reconocido socialmente es lo mismo que retirarlo de la sociedad humana. Tener un papel para mostrar cuando nos pregunten quiénes somos es el menor de los derechos humanos (porque la identidad social es un derecho primario) aunque es también el más importante (porque las leyes exigen que de ese papel dependa la inserción del individuo en la sociedad).

La ley está para servir y no para ser servida. Si alguien pide que su identidad sea reconocida documentalmente, la ley no puede hacer otra cosa que no sea registrar ese hecho y ratificarlo.
La ley abusará de su poder siempre que se comporte como si la persona que tiene delante no existe. Negar un documento es, de alguna forma, negar el derecho a la vida. Ningún ser humano es humanamente ilegal, y si, aún así, hay muchos que de hecho lo son y legalmente deberían serlo, ésos son los que explotan, los que se sirven de sus semejantes para crecer en poder y riqueza. Para los otros, para las víctimas de las persecuciones políticas o religiosas, para los acorralados por el hambre y la miseria, para quien todo le ha sido negado, negarles un papel que les identifique será la última de las humillaciones.

Ya hay demasiada humillación en el mundo, contra ella y a favor de la dignidad, papeles para todos, que ningún hombre o mujer sea excluido de la comunidad humana.


*Texto aparecido el 4 de Diciembre de 1998 en el diario El Mundo y levantado por la página Web no oficial José Saramago.

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