Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 jun 2010

las Travesías Dominicales de la Melancolía



Si yo tuviera espíritu de empresa, alma mercantil, impulsaría las Travesías Dominicales de la Melancolía.
Qué de rutas... Las empleadas de hogar que regresan a la servidumbre un poco antes que los amos, los zapatos todavía bruñidos; las alcohólicas solitarias y enjutas que se atreven a salir dos horas antes de que anochezca; las adelfas en un rincón urbano, las yucas, los cirros que nadie mira; el sol que ilumina las barandillas de las altas oficinas; las palas mecánicas con crisis de ansiedad en el tramo cortado al tráfico; las caravanas que vuelven, las caravanas que se marchan, los del asiento de atrás, los sombreros de paja con vitola y lema; las señoras mayores con el pelo ralo y sin embargo humedecido con colonia; los adolescentes roñosos; las adolescentes montando caballos imaginarios; el abuelo con tirantes y babuchas; las señoritas alt standing; las también señoritas de barriada con las telas a reventar; los grifotas a pie de calle; los turistas con sus alelamientos comprensibles; el silencio de las nubes.
Llenaría mis arcas en paraísos fiscales. No tendría que escribirle a mamá que me mande un manual de armas para traficar en Harare. No moriría de gangrena. Supuraría oro, y la vida me sonreiría siempre con cara de ningún día. No miraría más las estelas ni los mapas. Mamá también estaría en la vida, y yo tendría los ojos cerrados.





Jose Carlos Cataño

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