Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 jun 2010

De libélulas y mariposas




Déjame ser ligeramente poético y completamente estúpido. Aunque supongo que dirías (me gusta tanto imaginar que piensas en mí) que ya está bien de estupideces, que te mire directamente a esos ojos en blanco y negro y con sabor bésame y cállate.

Pero sabes que, aunque las palabras —dizque— me ayuden incluso a comer, siento que me faltan y a veces me sobran para hacerte sentir tantas cosas. La verdad es que casi siempre mi boca pretende morderte los labios sin más, piano piano, como si me besaras verticalmente, como si te ansiara animalmente.

Sé que no es lo mismo amar que entender. Sé que para querer hay que escuchar y me pierde boca, pero no tanto como me pierde la tuya. Sé que tus pezones me persiguen, que tu lunar me vigila mis deseos desde la primera noche, que tus caderas brujas acompasan mis pasos como un solo de jazz.

Sé tantas cosas y sé que ignoro más. Sé que todas las teorías y leyes y fórmulas e hipótesis se desvanecen en el agujero negro, maldito de no poder olerte esta noche y la siguiente.

Ubi sunt, leí una vez. Me lo aprendí de memoria. Fui trágico, latino, medieval, filósofo; lloré la muerte de mi padre, anhelé ser como él y nunca quise tener un hijo. Esta noche tengo casi todo menos a ti, y la peor condena es que sé que mañana tampoco y me pregunto Ubi coño sunt las palabras, los olores, los desayunos y tus lágrimas dulces, tu sexo salado, las noches dulces de sofá, mis amargas, estúpidas palabras.,

Mis palabras sobre las que escupiré mil veces si no me llevan a ti, si no te acercan a mí. Siempre quise decir «Te vojo bene assai», pero sé que se queda corto sobre, justo, entre, hacia, frente a un «creo en ti».

Solo puedo inventar, intentar la poesía sobre, dentro de ti. Sólo puedo ser estúpido cuando no lo hago o si no quisiera hacerlo otra, casi, nunca, siempre.

Insula Negra

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