Como cuando los días son de colores aunque no lo sean dejaré mi cansancio aparcado en una esquina rota donde duele a veces vivir. Miraré lejos, y, paso a paso, lenta, sin prisa, iré doblando las sucesivas colinas porque nací para andar.
Como cuando los días son de colores, y la luz es ancha, y el viento es largo, y el cielo transparece de amarillos y azules, y la ciudad es amable, y la gente sonríe, y alguien de pronto llama y pregunta, y cómo estás, y sabes, recordaba yo...
Como cuando los días son de colores y amanezco despacio, y el café aromea, y el sol destila ventanas en las baldosas de la casa, y hay una calle hecha de sueños para habitarla, y nombres que existen y que me recuerdan que existo, y pájaros, claro, siempre los pájaros, y la metáfora de los pájaros...
Como cuando los días son de colores...me miraré las manos en los días grises, cansados, gastados, viejos, sucios, arrugados de noes, macilentos de humo y vaho que enrarece y cansa, y cansa, y cansa...me miraré las manos, sí, en esos días, sin sueño, y entonces...
Otra vez, escribiré palabras para llenarlos de luz, de pájaros, de amarillos y azules, para inventarme ciudades amables, baldosas de ternura, calles hechas de sueño y metáforas.
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