Las niñas dormidas en los estanques de Basho
en los que camino como un ungido por encima de las aguas
a los peces se les tiene que imaginar
lo dorado
un Goldfish o una moneda distraída
los dedos caen
son gotas blanquísimas
y una luz va deslizándose hasta el agua
el suspiro de algún sueño
arropa a la más joven
ellas sustituyen la ausencia de los lotos
se las puede tocar y oler como si lo fueran
los estanques de Basho sueñan a las niñas
están solos esperándolas
si uno se desconcentra
desaparecen
y la luna
es así siempre
lo que ha de esperarse de un estanque japonés
aparecerá en la quietud del agua
moviéndose
como una sombra blanca.
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