Los editores
No sé qué pasará con los libros, si serán digitales, si se combinarán los digitales con los de papel; el futuro se va escribiendo. Los que no dejarán de existir serán los editores, y los escritores, y los lectores, y los bibliotecarios, por supuesto, y éstos serán los garantes de que, pase lo que pase, la escrirtura sea el espejo de las épocas, el reflejo de la creatividad, de la imaginación o del estudio, el resultado de una convocatoria excepcional en la que intervienen el deseo de saber, el deseo de contar y la necesidad de expresarse. Y una palabra sobre los editores: ayer estuvieron en Madrid, y les vi, estuve con ellos, los promotores de Barril y Barral, Joan Barril y Malcolm Otero Barral.
Nuevos editores que ya han sacado a luz algunos de su proyectos. Y estaban, en este otoño que aun no refresca del todo, visitando Madrid como lo visitaba, hace siglos, el abuelo de Malcolm, visitando autores, buscando materiales entre las tinieblas de lo que aún no ha sido escrito.
Y tuve añoranza de esa época en que yo también hice el mismo ejercicio, visité gente que acaso tenía un libro en la cabeza o ya lo había escrito, y traté de convencer a unos y a otros para que ese libro fuera nuestro, es decir, de la editorial donde trabajé, en la que, con otros, construí ilusiones que ahora ya son parte del pasado, es decir, de las estanterías, que son una reserva del futuro, por cierto. No sé qué pasará con los libros, y ojalá todo lo que pase sea bueno, tan bueno como los libros o mejor que nosotros.
JUAN CRUZ
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