Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 ago 2009

Noche de ensueño de la mano del circo acrobático chino


Se apagan las luces. De repente, un potente foco ilumina a una angelical niña antes de que se abra el telón. Acaba de empezar la función... y el sueño de cientos de personas que han acudido este domingo a disfrutar del estreno de la primera actuación del circo acrobático chino en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.

Las expectativas de 'Dreams' son muy altas. La promesa de presenciar "un mundo de maravillas" ha calado en las casi 1.000 personas que han acudido a ver la destreza y exotismo de este equipo de artistas venidos de Oriente. En tiempos de crisis, el aforo "está a tope", según comentan los acomodadores.

Ésta es la primera función de las cuatro actuaciones que el Circo Acrobático Nacional Chino tiene programadas en la capital madrileña los próximos 27, 28 y 29 de agosto, antes de continuar su gira por Marbella, Valencia, Tarragona y Portugal.

Pericias inverosímiles
Una representación floral da el pistoletazo de salida a la función. Los distintos animales o elementos de la naturaleza actúan de motor y dotan de significado a cada escena. Flores, hormigas, ranas, monos, leones, abejas... El mundo natural, la música y los colores son el 'atrezzo' y el escenario perfectos para que los artistas puedan dar rienda suelta a todo su mundo de fantasía.

Los árboles cobran vida. Al sonido del agua le sigue la energía y la vitalidad de las aves. Se alternan la calma y la tenebrosidad del universo natural. Cada número se desarrolla en un ambiente carnavalesco y el preciosismo visual es un elemento constante durante la representación.

El conjunto de más de 40 acróbatas asiáticos desencadena unos 'shows' con pericias visuales increíbles, a cada cual más inverosímil, al son de músicas tradicionales y melodías, a veces clásicas y otras modernas.

Aplausos constantes
Las majestuosas volteretas, la destreza y capacidad de contorsión de las acróbatas y la sincronización del equipo hacen estallar a los asistentes en aplausos cada dos por tres. Asimismo, sorprende la ocasional utilización de algunas bandas sonoras conocidas.

Los números de acrobacia corales ocupan la mayoría las escenas pero la aparición de solistas es el 'plato fuerte' de la obra.

No obstante, esta representación no sólo se queda en piruetas, malabarismos con aros, raquetas, platos y posturas imposibles, los artistas no pierden ocasión de realizar un guiño a los más pequeños.

Una función destinada para toda la familia que no permite desviar la atención ni despertar de su hipnotismo ni un segundo. El son de una música circense y solemne, acrobacias sin red, el hombre desnudo contra la gravedad... son razones más que suficientes para no perdérselo.

La gente no para de aplaudir. La función se cierra como si hubiera sido una 'noche de ensueño'. El público se levanta enardecido mientras se encienden las luces y termina con una enorme ovación tras dos horas de un espectáculo fascinante.

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