Coto Matamoros lleva en el cuello la soga asesina de la droga
Dice que sigue en sus trece
de marcharse de esta vida.
La expectación crece y crece
ante su actitud suicida.
Dice que está en su derecho
y no voy a discutirlo.
Tampoco voy a aplaudirlo.
Mas su decisión desecho.
Afirma continuamente
que no tiene otra salida,
aunque hay una de valientes:
plantarle cara a la vida.
Siempre ha sido de cobardes
el recurrir a la huída
y hoy de eso Coto hace alarde
con su decisión suicida.
Hace ya tiempo que Coto,
vividor y manirroto,
lleva en el cuello la soga
asesina de la droga,
y nos ha estado engañando
al negar que consumía,
mientras la gente veía
que se venía suicidando.
Por no pagar a sus hijos
lo que a sus hijos debía,
de escondrijo en escondrijo
Coto se escapa y la lía.
Pero hay algo aún más fuerte
que su vergonzosa huída:
el negociar con su muerte
tras negociar con su vida.
Si se va, me daría pena,
y creo que de irse es capaz.
Si no lo hace, ¡enhorabuena!
Y, si no, descanse en paz.
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