Clint Eastwood corriendo
La casualidad me ha puesto ante Clint Eastwoo dos días seguidos. El sábado vi en La Palma, a través de Televisión Española, Poder absoluto, una ficción muy instructiva sobre lo que corrompe el poder también en las sociedades democráticas. Y ayer, al volver de mi viaje palmero, estuve viendo el final de aquella memorable película, Dirty Harry.
Luego pusieron, en TCM, Un mundo perfecto, dirigida por él mismo e interpretada por el propio Clint y por Kevin Costner. Me reconcilió con Costner, que hace un papel difícil y entero.
Siempre me había parecido un actor impostado, y ahí lo veías dentro de un personaje dificilísimo, bordándolo. Cómo no, Eastwood sobresale, actuando y dirigiendo, marcando con mano maestra un ritmo que te atenaza y que convierte la pantalla en un imán.
La emisión de Televisión España fue interrumpida machaconamente por una publicidad que rompía el tempo: volvemos en cinco minutos.
Es como si te cortaran la respiración o te ofrecieran la mitad de un libro. Pero Poder absoluto merecía la pena, como las dos películas en las que actúa o dirige el gran actor norteamericano. Y me fijé en algo: en las tres películas hay una persecución o corre, para salvar, para detener, para hacer justicia. Aún en sus años de mayor veteranía, Clint Eastwood sigue corriendo, como si eso formara de su naturaleza de actor, y a lo mejor también tiene que ver con su naturaleza como persona.
Como seguro que en este foro hay mucho cinéfilo, confío en que el asunto Clint les sugerirá reflexiones interesantes. Otra coincidencia: en Poder absoluto, el personaje que encarna salva a su hija; en Dirty Harry salva a un grupo de niños que han sido secuestrados por un francotirador, y en Un mundo perfecto de nuevo corre para salvar a un niño que ha sido sacado a punta de pistola por un presidiario asesino. Coincidencias en la filmografía de un gran actor que sigue corriendo.
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