12 jun 2009
IDEAS QUE VUELAN...
Lanzar ideas conlleva riesgos.
Las ideas se pueden transmitir de forma oral o escrita.
Cada uno de nosotros podemos lanzar ideas como perdigones con el afán de dar en el blanco y destruir o herir, o podemos lanzarlas como semillas en la esperanza de que germinen y den buenos frutos en un futuro.
Una reciente sentencia del Tribunal Supremo fundamenta un recurso de una periodista señalando que:
La libertad de expresión no es sólo la manifestación de ideas sino que comprende la crítica de la conducta de otro, “aún cuando sea desabrida y pueda molestar, inquietar o disgustar a aquel contra quien se dirige”.
Esto, según el Supremo, “lo requieren el pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin los cuales no existe una sociedad democrática”, pero “fuera de este ámbito de protección se sitúan las frases y expresiones ultrajantes y ofensivas”.
Deberíamos percatarnos todos de esto y aplicarlo en la red. Aprender que, discrepar de las ideas de otro no da derecho a ofender, injuriar, calumniar, o descalificar.
Por el contrario cuando lanzamos nuestras ideas como semillas corremos el riesgo de que otro se apropie de ellas y nunca se nos reconozca la autoria de su creación.
Personalmente prefiero lanzar mis ideas como semillas y considero que el que necesita lanzar ideas como perdigones tiene muy pocos argumentos para defender las suyas.
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