Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

22 may 2017

El futuro es el polvo lunar............................. Manuel Vicent

Las obras del arquitecto son un combate entre la luz y la materia

El banco de Hong Kong & Shangái produjo un impacto estético y moral.

Elena y Norman Foster.
Elena y Norman Foster.
Edificante es un adjetivo atribuido a cualquier persona o acto que sirve de ejemplo moral.
 Norman Foster es un arquitecto edificante en el doble sentido de la palabra, ya que levantar edificios estelares ha sido la forma más noble de construirse también a sí mismo.
 La arquitectura es entre las bellas artes la única que el ciudadano habita, penetra en su espacio y la adapta a su vida. 
Por eso en el fondo un buen arquitecto, como Foster, es siempre un moralista.

A finales de los ochenta en Hong Kong una de las citas turísticas obligadas era el edificio de 41 plantas del banco de Hong Kong & Shanghái, que Foster había realizado en el corazón financiero de la ciudad.
 Fue el primero que le dio fama internacional.
Tenía una apariencia de tecnología industrial, que en ese momento pasaba por revolucionaria, pero su impacto estético consistía en que todo su interior era transparente como si el aire fuera el material más consistente del que el arquitecto se había servido. La nítida luz del cristal subía por ascensores y escaleras mecánicas, penetraba en todos los despachos, del primero al último, de modo que uno podía ver a los empleados trabajando, a los clientes sentados frente a las mesas de los apoderados y directores. No había ningún cubículo que sirviera de refugio opaco a los peces gordos. Era como si Foster hubiera tratado de transmitir la idea de que en ese banco todos los negocios deberían ser claros y que los trapos sucios del capitalismo, en caso de producirse, serían visibles para todo el mundo.
Desde el gran impacto estético y moral que produjo este edificio han pasado 30 años, un tiempo en que el prestigio de Foster no ha hecho sino crecer hasta convertirse en una figura mundial. 
A cualquier ciudad donde vayas siempre habrá un dedo que te señale un edificio sobresaliente, un puente, un museo, un aeropuerto que se debe a Foster; en ese caso siempre será la semilla de una ingrávida pasión de acero y cristal de la que podría germinar la ciudad del futuro, un alarde entre lo firme y lo liviano, lo más alejado posible de la vanidad personal. 
¿Cuánto pesa uno de sus edificios, señor Foster? Exactamente lo mismo que la materia en que se han construido los sueños.(BOGART DIXIT EN LA PELI EL HALCÖN MALTËS)

Nació en Manchester, en 1935, en el lugar equivocado de la ciudad, más allá de las vías del tren, que lo separaban de las calles más nobles del centro, hijo de una camarera y del dueño de una tienda de empeños.
 Desde muy pequeño sabía demasiado como para no poder jugar con otros niños del barrio, pero no tanto como para convivir con los chicos del otro lado, que iban a la universidad. 
Traspasar esa barrera del tren fue su primer desafío y lo hizo con papel y lápiz siguiendo su afición a dibujar y hacerlo como un superdotado a mano alzada, lo que le valió una beca para Yale.
 Así comenzó la escalada y aquel hogar humilde, donde creció al amparo de unos padres amorosos, se ha transformado hoy en su castillo suizo de Vincy que en el siglo XVIII también hospedó a Voltaire.
 Si sus obras han sido siempre un combate entre la luz y la materia, no ha sido menos ardua la forma en que este arquitecto se ha construido sólidamente por dentro en su lucha contra la adversidad.
Norman Foster ha salido invicto de un cáncer cuyo pronóstico, según los médicos, le concedía solo tres meses de vida.
 Luego venció también a un infarto. 
Lo aceptó como unas curvas peligrosas en su camino, otro problema de materiales que había que resolver, puesto que el cuerpo solo puede ser salvado de la ruina, como un edificio, reconstruyéndolo desde el fundamento mediante el peso específico del espíritu.
 Puede que lo descubras pilotando un avión, practicando esquí de fondo en una estación de moda de St Moritz o subido a una bicicleta de carreras machacándose dos horas diarias.
 Volar es aprender del aire. Resistir es su ascética.
En la foto aparece el arquitecto con las manos apoyadas en los hombros de su mujer como si tratara de retenerla para sentirse seguro.
 Elena Foster lleva dentro todavía a aquella joven inquieta, entusiasta, llena de energía, que a los 16 años abandonó el hogar para adentrarse en el laberinto freudiano de la psicología.
 Luego su inquietud la ha llevado a navegar la seducción del mundo del arte y de la edición, pero si está ahora aquí es porque a su empeño de gallega obstinada se debe que Norman Foster haya optado por crear en Madrid su fundación en un palacete de la calle de Monte Esquinza donde se alberga toda su experiencia, el archivo, cientos de maquetas y dibujos, un centro de investigación y grandes obras de arte como un regalo impagable puesto a disposición de becados, postgraduados y jóvenes arquitectos, mientras Foster se dedica a soñar en el polvo lunar para erigir nuevas construcciones en el espacio.
 El futuro es ahora.

 

Clint Eastwood: “Las películas deben ser emocionantes, no intelectuales”

Primarias PSOE Ocho razones para una victoria categórica

Tu Partido te lo debía, demostrar que lo que la gente quería era a ti, y no donde te metieron los sociatas  por no hacer caso de la caduca y rancia "Disciplina de Partido" Ahora a ver que dice el dueño y señor Felipe González, que pena más grande....y esa Susanita que no me hace caso, quitate ese flequillo de andar por casa y viste , como la reina, en Zara con un Kimono o esos trajes tan monos y 
nada caros.El Look de Carme Chacón siempre fue elegante.

El mensaje, el victimismo, la corrupción del PP y la estrategia fallida de Susana Díaz han proporcionado a Sánchez una impresionante remontada.

Pedro Sánchez celebra su victoria en las primarias. EFE
Pedro Sánchez se ha convertido en un caso insólito de resurrección política. De la nada con que partía en enero ha pasado a reunir el 50% del voto de los militantes. Una remontada que ha prendido en un escenario emocional y que ha cuestionado la estrategia de Susana Díaz.
El mensaje. El lema del "no es no" como argumento de rechazo a la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy se ha demostrado enormemente eficaz. 
Pedro Sánchez lo encarnó literalmente con la entrega de su acta de diputado.
 Y el sacrificio de la dimisión ha funcionado en su valor de cohesión y de credibilidad entre la militancia, por mucho que la abstención del PSOE no fuera sino la manera de asumir la derrota en las "segundas" generales consecutivas. 

La corrupción del PP. Que el PSOE contribuyera a la investidura de Rajoy se hizo intolerable a medida que se amontonaban los escándalos de corrupción. 
La propia Susana Díaz definía a los populares como un partido tóxico e infame, pero era Sánchez quien había hecho suyo el sujeto de la aversión hacia el PP, hasta el extremo de pedir la dimisión de Rajoy en el debate televisado. 
 Los escándalos de Génova le han proporcionado un arsenal político.
El victimismo. Pedro Sánchez ha logrado consolidar en estos últimos meses la idea de que había sido derrocado. 
 Que había sido descabezado en un complot. Y que era la víctima de una operación golpista. 
En realidad fue depuesto en la legitimidad del Comité Federal del 1 de octubre, pero la frustración de aquella experiencia ha sabido convertirla Sánchez en la energía de la gran revancha, convenciendo a los militantes de que el "aparato" había desautorizado el voto de las bases.
De abajo a arriba. El martirio de Sánchez facultaba el antagonismo perfecto entre la militancia y la jerarquía. 
Un punto de apoyo para recrear o improvisar la idea de un Espartaco rebelde a Roma. 
Un espacio dialéctico que oponía la abstracción de la "gente" al anatema de la "casta". Sánchez se convertía en el portavoz de los desheredados frente al confort del establishment.
La izquierda genuina. Sánchez también ha colocado en la campaña el mensaje de acuerdo con el cual representaba a la verdadera izquierda, respecto al modelo conservador o tradicional de Susana Díaz.
 Era el contexto en el que se produjo un acercamiento a Podemos, aunque llama la atención que el propio Sánchez corrigiera in extremis la política de alianzas en su propio programa. Allí donde dijo que pactaría con las "nuevas fuerzas de la izquierda", reescribió que lo haría con "las fuerzas de la sociedad española".
La amnesia. Sánchez ha entendido mejor que Susana Díaz el terreno de juego. 
No ya apelando a los sentimientos y a los instintos, sino inoculando entre los militantes una terapia de amnesia.
 Se ha presentado como el hombre nuevo, el líder del "nuevo PSOE". Y ha logrado sustraerse a su responsabilidad como el candidato que ha encadenado los peores resultados del PSOE en su historia contemporánea: 90 diputados primero, 85 después.
 De semejante precariedad proviene realmente la abstención que hizo presidente a Rajoy.
 Se trataba de evitar las terceras elecciones.
La fe. Pedro Sánchez ha creído en sí mismo cuando nadie creía en él.
 La desautorización del 1 de octubre y la entrevista a Jordi Évole parecían haberlo sepultado.
 Dudó en presentarse a las primarias, pero le estimuló para hacerlo la candidatura de Patxi López, no por adhesión, sino por despecho, toda vez que el exlehendakari había reunido a su propia guardia pretoriana (Óscar López, César Luena). 
Sánchez se ha sobrepuesto a un escenario político-mediático que parecía imposible de remontarse. 
No se le tomó en serio hasta que empezaron a abarrotarse sus mítines. Incluido el bautismal de Dos Hermanas en enero.
La adversaria. Pedro Sánchez ha ganado de la manera y con el margen a los que aspiraba Susana Díaz.
 Es la prueba de una mala campaña y de una estrategia fallida. La militancia ha desautorizado a la presidenta andaluza. 
Y la presidenta andaluza no ha sido capaz de desenmascarar a su adversario ni en su pasado, ni en sus contradicciones, ni en las connotaciones emocionales de la campaña.


 

21 may 2017

Primarias en el PSOE 2017: Pedro Sánchez gana con el 85% escrutado

El recuento arroja una ventaja de más de nueve puntos del exsecretario general sobre Susana Díaz.

Los militantes del PSOE han elegido este domingo a Pedro Sánchez como secretario general, en unas elecciones primarias en las que se decidía el futuro del centro izquierda español y la estabilidad del Gobierno en minoría de Mariano Rajoy. 

Con el 85,05% de los votos escrutados, Sánchez obtiene el 49,61% de los votos, frente al 40,32% de Susana Díaz y el 10,07% de Patxi López. 

 La diferencia entre el primero y el segundo es de más de 12.000 votos. La primera consecuencia de la victoria de Sánchez: Antonio Hernando ha dimitido como portavoz del PSOE en el Congreso.

  Sigue la última hora del recuento de votos y nuestro programa especial en directo. 

 

Antonio Hernando ha llamado hace unos minutos al presidente de la gestora, Javier Fernández, para comunicarle su "dimisión inmediata", tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias, han informado fuentes de su entorno. Sánchez avanzó hace unos días en una entrevista en Onda Cero que, si él era reelegido secretario general, Hernando "seguro" que no continuaría en su cargo. (EFE/Chema Moya)