Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

22 sept 2016

Brad Pitt y Angelina Jolie: el último cuento de hadas............................................... Santiago Roncagliolo

Los actores fascinaban al público porque encarnaban el último romance de la mediana edad.

Angelina Jolie, Brad Pitt y Amber Heard y Johnny Depp. Cordon press
Brad fuma demasiada marihuana.
 Angelina quiere dedicarse a la política. Brad bebe sin parar. Angelina no puede controlar sus celos.
 Brad golpea a los niños.
 Angelina tiene ideas peculiares sobre la educación infantil.
A lo largo de esta semana, hemos descubierto más intimidades de esta pareja que de cualquiera de nuestros amigos.
 Incluso hemos conocido intimidades inexistentes, como el supuesto romance entre Pitt y Marion Cotillard, una teoría que la actriz francesa corrió a desmentir, pero que habría quedado fantástica en el currículum del actor, como una carrera de relevos entre divas que empezó hace más de una década, cuando Jennifer Aniston cedió el testigo.
Nicole Kidman y Tom Cruise, en 1999. cordon press
Es cierto que Brangelina, como los bautizaron los tabloides, ha sabido explotar hasta el último fotograma de su imagen pública. Hemos visto instantáneas de su boda (vendidas a People y a Hello! por 5 millones de dólares o poco más de -4,5 millones de euros-), de su recién nacido Shiloh (4.1 millones de dólares -3,6 millones de euros-) y de sus gemelos (¡14 millones de dólares! -12,4 millones de euros-).
 Jolie nos ha contado su mastectomía.
 Y por si fuera poco, el año pasado protagonizaron juntos la película Frente al mar, escrita y dirigida por Angelina, sobre la crisis matrimonial de dos artistas, él bebedor, ella obsesionada con la maternidad.
 La historia se grabó en los viñedos de Château Miraval, propiedad de la pareja.
 Y aunque recaudó menos que cualquier foto de los niños, el divorcio le ha añadido un plus de morbo: el punto medio perfecto entre cine de autor y prensa del corazón.
 
Nicole Kidman y Tom Cruise, en 1999. cordon press

Sin embargo, el terremoto mediático causado por esta separación tiene razones más profundas. De hecho, más que a ellos se debe a nosotros, pobres espectadores con vidas grises. Ricos y famosos hay muchos. Pero Brad y Angelina fascinaban al público porque encarnaban el último romance de la mediana edad.
Sean Penn y Charlize Theron, en 2015. cordon press

Echemos un vistazo a los guapos de Hollywood nacidos en la primera mitad de los años sesenta, es decir, a los que han crecido con dos generaciones de espectadores.
 Pongo hombres solo porque tienen más tendencia a aglutinar parejas del gremio:
Tom Cruise (1962) tuvo dos divorcios: con Nicole Kidman y con Katie Holmes, incluso después de brincar en un sofá en televisión para proclamar su amor por ella.
Sean Penn (1960) se casó con Madonna y con Robin Wright, y luego salió con Scarlett Johansson y Charlize Theron. 
Su amor más duradero sigue siendo Hugo Chávez.
Johnny Depp (1963) ha pasado por Winona Ryder, Kate Moss, Vanessa Paradis y Amber Heard.
 Posiblemente, nunca ha conocido a nadie que no sea famoso.
Y George Clooney (1961) se mantuvo soltero hasta hace dos años.

Las estrellas no son solo profesionales frente a la cámara. 
Es en la vida real donde encarnan los verdaderos sueños de todas las personas: tener un trabajo mágico y divertido, asistir a fiestas glamurosas con un vestido deslumbrante, tener atención y dinero... Nadie quiere ser un soldado de la Segunda Guerra Mundial. 
Todo el mundo quiere ser el actor que hace de soldado de la Segunda Guerra Mundial.
 Y por eso, todos deseamos que ese actor sea feliz y su vida, perfecta (en un sentido bien clásico de lo perfecto, que incluye estar forrado... Y el amor).
El fin de Brangelina ha creado conmoción, no por ellos, que al fin y al cabo tienen menos problemas que cualquiera de nosotros.
 Sino porque es un nuevo mordisco que la realidad les da a nuestros sueños.

 

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