Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

19 ago 2019

Quentin Tarantino y la fórmula secreta de sus bandas sonoras

La música de ‘Érase una vez en... Hollywood’ revela los planteamientos estéticos del cineasta más pop y ha generado un disco que ningún algoritmo podría inventar.

 
Margot Robbie baila en un fotograma de 'Érase una vez en... Hollywood', la última película de Quentin Tarantino. En vídeo, tráiler de la película.
Cuenta Quentin Tarantino que, cuando termina un guion, acude a su sala de música.
 Allí, rodeado por su considerable colección de discos, escrupulosamente ordenados por estilos, busca chispas, el elemento catalizador: las canciones, las piezas instrumentales que acompañarán a las secuencias.
 Resulta esencial, desde luego, la música del inicio, que determinará el talante, el pulso de la película.
Acompañado por Mary Ramos, la asesora musical de sus producciones, Quentin va detallando sus selecciones.
 Atención: no se trata de sugerencias, grabaciones que se colocan de forma temporal hasta que un compositor profesional haga su trabajo o aparezca algún tema accesible (y barato). 
Tarantino quiere esos títulos y se llevará un disgusto si no se consiguen los derechos (aunque, naturalmente, cuenta con alternativas). 
Musicalmente, es omnívoro, así que no tiene inconveniente en utilizar scores de películas ajenas, como muestra en Érase una vez en... Hollywood: una melodía de Maurice Jarre sacada de El juez de la horca, de John Huston, o artistas identificados con otros territorios del cine: aquí recupera a I Cantori Moderni di Alessandroni, octeto vocal que colaboró con Ennio Morricone.
En su nueva obra, el principal hilo conductor de la música es la emisora KHJ, muy popular en el periodo de tiempo en el que se desarrolla la acción.
 La llamada “Boss Radio” pinchaba los éxitos del momento, con la particularidad de sumar al Top 100 de Billboard discos únicamente apreciados en la zona de Los Ángeles y algunos caprichos de los locutores.
 Pensada para gente que se movía en coche, Tarantino coloca así mucho rock con impulso: Bob Seger, los Box Tops, Mitch Ryder, los primeros Deep Purple.
El equipo de Tarantino también indagó entre círculos de fanáticos de la Onda Media y localizó 17 horas de grabaciones de KHJ hechas entre 1968 y 1969: oyentes que registraron programas completos, con las presentaciones de sus locutores, la publicidad, el tiempo. 
El director decidió que eso también entraría en la película: recordaba el impacto del doble elepé con las canciones de American graffiti, que incorporaba la voz del muy legendario Wolfman Jack, que incluso aparecía en aquella película de George Lucas.
Animan la película bastantes éxitos de grandes figuras (Joe Cocker, Simon & Garfunkel, los Rolling Stones, Aretha Franklin) que no han sido repescados en el disco oficial, editado por Sony. 
Por el contrario, Tarantino se deleita en destacar temas de Paul Revere & the Raiders, grupo más identificado con el agreste sonido garajero del Noroeste de Estados Unidos que con el refinado pop de Los Ángeles.
 Es un guiño para enterados: los Raiders fueron producidos por Terry Melcher, hijo de Doris Day, amigo de Charles Manson y anterior inquilino de la casa de 10050 Cielo Drive donde Sharon Tate y sus amigos serían masacrados.
El secreto de Tarantino como selector musical es que domina el canon del pop pero insiste en buscar fuera de lo comúnmente aceptado
. Para la fiesta en la Mansión Playboy, recurre a un olvidado grupo comercial, los Buchanan Brothers, alardeando de donjuanismo en Son of a Lovin’ Man.
 Redime a Los Bravos de la injusta etiqueta de grupo-de-un-solo-éxito al utilizar su lúbrico Bring a Little Lovin’.
 Hasta referencia el marginado movimiento chicano de Los Ángeles con The Village Callers y su irresistible Héctor.

Tarantino quería ser estricto con la cronología: no suenan canciones posteriores a 1969, aunque Lana del Rey y otras estrellas actuales estaban dispuestas a grabar música exclusiva para la película. También esquiva clásicas obvias: California Dreamin’, himno inmortalizado por The Mamas & The Papas, está presente pero en la ralentizada lectura del puertorriqueño José Feliciano.
 Igual ocurre con The Circle Game, seguramente el primer tema firmado por Joni Mitchell que se difundió fuera del mundillo del folk, aquí en la orquestada versión de Buffy Sainte-Marie.

Tarantino, en la tienda Amoeba, en Los Ángeles, en 2009.
Tarantino, en la tienda Amoeba, en Los Ángeles, en 2009.
Con su prestigio y su presupuesto, podría pensarse que Tarantino tiene acceso a toda la música que le apetezca. 
Y no. Tras el uso de Stuck in the Middle With You, de Stealers Wheel, en una escena repugnante de Reservoir dogs, algunos autores —o sus editoriales— quieren evitar esas manchas indelebles. 
 Quentin ha reconocido que, para Érase una vez en... Hollywood, no pudo conseguir composiciones firmadas por Jimmy Webb o Laura Nyro.
Otros no tienen inconvenientes en verse asociados con momentos de violencia.
 Es el caso del grupo Vanilla Fudge, que habitualmente torturaba canciones ajenas.
 Incluso se aceptó que Tarantino hiciera un remontaje de su You Keep Me Hangin’ On, al servicio de las necesidades cinematográficas.
Confiesa Quentin que esa fue una de las labores más gratas de la posproducción.
 
 

 

Así es como Isabel Preysler se mantiene espectacular a sus 68 años

¡HOLA! publica en exclusiva sus fotos en bañador en un yate junto a Mario Vargas Llosa.

Es el titular del día: Isabel Preysler, impresionante en bañador en la portada de ¡HOLA!. La revista publica esta semana unas imágenes exclusivas de sus vacaciones en las islas griegas con Mario Vargas Llosa.

 Junto a un grupo de amigos, la pareja disfruta de unos días en un yate donde Isabel ha lucido prendas informales, como vaqueros, tops blancos y un caftán

Pero han sido sus instantáneas con un traje de baño bicolor en amarillo y naranja las que más fascinación han causado.

 Y es que, si el pasado verano, la socialité demostró su buena forma física cuando fue fotografiada en bikini en Maldivas, casi doce meses después vuelve a generar la misma admiración. Con 68 años cumplidos el pasado febrero, la pregunta general es la misma: ¿cómo mantiene esa espectacular figura?

 

Para Isabel, la constancia es fundamental: en su última entrevista para ¡HOLA!, publicada hace menos de un mes, explicaba que "es muy importante tener rituales de belleza que sigamos diariamente". Aunque hablaba del caso concreto del sol y los efectos perjudiciales que puede tener para la piel si no se toman medidas, ser constante es una máxima que también aplica en otras 
 Su entrenador, Iván Perujo, revelaba que la socialité está muy comprometida con sus dos sesiones semanales de ejercicios funcionales y electroestimulación, una rutina que completa con otros ejercicios de bajo impacto como pilates o estiramientos
También la alimentación saludable es un pilar fundamental en el estilo de vida de Isabel Preysler.
 Comenzar el día con un vaso de agua templada con limón es uno de los hábitos desintoxicantes que comparte con modelos como Gisele Bündchen. Además, es una buena forma de mantener una dieta equilibrada durante toda la jornada ya que, según han demostrado distintos estudios, resulta más fácil cuidar toda tu alimentación diaria si lo haces desde la primera comida.
 Isabel completa su dieta con magnesio y Omega 3, entre otros micronutrientes importantes para mantenerse sana y joven.
Sin embargo, no parece obsesionada con seguir una dieta restrictiva, ni mucho menos, ya que, en la mencionada entrevista, Isabel Preysler revelaba un curioso dato: en su bolso nunca falta el chocolate
Su predilección por este dulce es conocida, además de muy beneficiosa para la piel ya que el chocolate negro aporta antioxidantes, combatiendo así el envejecimiento, igual que hacen otros de sus otros rituales diarios como son desmaquillarse y protegerse siempre del sol.

18 ago 2019

De ‘Reservoir Dogs’ a ‘Érase una vez en... Hollywood’: las películas de Quentin Tarantino, de la peor a la mejor

El director de cine afirma que se encuentra a una película de retirarse, pero, antes de que llegue ese momento, valoramos las nueve cintas que han encumbrado al estadounidense.

quentin tarantino
Quentin Tarantino, que acaba de estrenar su novena película 'Érase una vez en... Hollywood', durante un evento celebrado en agosto de 2017 en Los Ángeles. Foto: Getty

Frases lapidarias, una sarta de homenajes, canciones inolvidables e imágenes indelebles.
 Con Érase una vez en... Hollywood (en cines desde el 15 de agosto), su novena y penúltima película -el realizador lleva tiempo afirmando que tras la décima se retirará de la dirección-, Quentin Tarantino (EE UU, 1963) promete no defraudar a aquellos fans que devoran su filmografía desde 1992.
 Pero, ¿la convierte esto en el mejor trabajo de su carrera?
En ICON hemos valorado sus nueve películas de la peor a la mejor y el resultado es el siguiente:

La peor: 'Los odiosos ocho' (2015)

Veredicto. Con la que de momento es su penúltima película, Tarantino intentó recuperar el espíritu de sus inicios en una especie de vuelta de tuerca que situaba su debut, Reservoir Dogs, en el nevado salvaje Oeste
. Es decir, volvió a encerrar a una panda de indeseables en un espacio mínimo. ¿Lo peor? Este filme se cierra con un giro inesperado algo tramposillo.
 Sería una película excelente para cualquier otro director, pero de Tarantino uno siempre espera más… y nos supo a poco.
Frase por la que la recordamos. “Vamos a morir, blanquito. No tenemos control sobre eso. Pero hay una cosa en la que tenemos control. Y es cómo mataremos a esta perra”.
La canción que sobresale. Apple Blossom, de The White Stripes. Pese a que la banda sonora es de Ennio Morricone, Tarantino no pudo resistirse a incluir un tema contemporáneo.
 Lo hizo de la mano de otro apasionado del pasado como Jack White, que puso este hilo musical a la escena de la diligencia.

8. 'Kill Bill (Vol I y II)' (2003 y 2004)

Veredicto. El director las considera una misma película, y nosotros no seremos los que le llevemos la contraria.
 Kill Bill es, por glosar uno de sus títulos, un Tarantino desencadenado: todo lo hiperbólico, iconoclasta y heterodoxo concentrado en la venganza descarnada de La Novia, una Uma Thurman reconvertida en Bruce Lee.
 El empacho de referencias es considerable y el espectador tiene problemas para asimilar tanta información. Eso sí, escenas como las de los 88 maníacos son magistrales.
Frase por la que la recordamos. “Cuando la fortuna te sonríe al llevar a cabo algo tan violento y terrible como una venganza, es una prueba irrefutable no solo de que Dios existe, sino de que estás cumpliendo su voluntad”.
La canción que sobresale. El rapero RZA estaba a los mandos, pero todos recordaremos la suave elegancia de Nancy Sinatra interpretando su célebre canción My Baby Shot Me Down.


7. 'Malditos bastardos' (2009)

Veredicto. Con ella, Tarantino recuperó el pulso… y el favor de la taquilla.
 Se trataba aquí de homenajear a un género llamado macaroni combat, que básicamente es la serie z del cine bélico. 
Con Malditos bastardos, Tarantino descubrió que uniéndose con una gran estrella como Brad Pitt se vendían más entradas. 
También que la historia solo es un cuento más, y que parte de la magia del cine está en reescribirla.
 Un valioso aprendizaje que ha aplicado de nuevo en su recién estrenada Érase una vez en... Hollywood. De paso, descubrió al mundo el talento de Christoph Waltz, Oscar al mejor cctor de reparto por su brillante interpretación del coronel Hans Landa.
Frase por la que la recordamos. “En el infierno hay una planta reservada para quien desperdicia el whisky”.
La canción que sobresale. Cat People (Putting Out Fire), de David Bowie. 
Extraña elección para un director que suele preferir a cantantes más minoritarios. Pero lo cierto es que su apología pirómana encajaba a la perfección con el clímax del filme.


Frases lapidarias, una sarta de homenajes, canciones inolvidables e imágenes indelebles. Con Érase una vez en... Hollywood (en cines desde el 15 de agosto), su novena y penúltima película -el realizador lleva tiempo afirmando que tras la décima se retirará de la dirección-, Quentin Tarantino (EE UU, 1963) promete no defraudar a aquellos fans que devoran su filmografía desde 1992. Pero, ¿la convierte esto en el mejor trabajo de su carrera?
En ICON hemos valorado sus nueve películas de la peor a la mejor y el resultado es el siguiente:

La peor: 'Los odiosos ocho' (2015)

Veredicto. Con la que de momento es su penúltima película, Tarantino intentó recuperar el espíritu de sus inicios en una especie de vuelta de tuerca que situaba su debut, Reservoir Dogs, en el nevado salvaje Oeste. Es decir, volvió a encerrar a una panda de indeseables en un espacio mínimo. ¿Lo peor? Este filme se cierra con un giro inesperado algo tramposillo. Sería una película excelente para cualquier otro director, pero de Tarantino uno siempre espera más… y nos supo a poco.
Frase por la que la recordamos. “Vamos a morir, blanquito. No tenemos control sobre eso. Pero hay una cosa en la que tenemos control. Y es cómo mataremos a esta perra”.
La canción que sobresale. Apple Blossom, de The White Stripes. Pese a que la banda sonora es de Ennio Morricone, Tarantino no pudo resistirse a incluir un tema contemporáneo. Lo hizo de la mano de otro apasionado del pasado como Jack White, que puso este hilo musical a la escena de la diligencia.
Tráiler de 'Los odiosos ocho'.

8. 'Kill Bill (Vol I y II)' (2003 y 2004)

Veredicto. El director las considera una misma película, y nosotros no seremos los que le llevemos la contraria. Kill Bill es, por glosar uno de sus títulos, un Tarantino desencadenado: todo lo hiperbólico, iconoclasta y heterodoxo concentrado en la venganza descarnada de La Novia, una Uma Thurman reconvertida en Bruce Lee. El empacho de referencias es considerable y el espectador tiene problemas para asimilar tanta información. Eso sí, escenas como las de los 88 maníacos son magistrales.
Frase por la que la recordamos. “Cuando la fortuna te sonríe al llevar a cabo algo tan violento y terrible como una venganza, es una prueba irrefutable no solo de que Dios existe, sino de que estás cumpliendo su voluntad”.
La canción que sobresale. El rapero RZA estaba a los mandos, pero todos recordaremos la suave elegancia de Nancy Sinatra interpretando su célebre canción My Baby Shot Me Down.
Tráiler de 'Kill Bill: Vol. 1'.

7. 'Malditos bastardos' (2009)

Veredicto. Con ella, Tarantino recuperó el pulso… y el favor de la taquilla. Se trataba aquí de homenajear a un género llamado macaroni combat, que básicamente es la serie z del cine bélico. Con Malditos bastardos, Tarantino descubrió que uniéndose con una gran estrella como Brad Pitt se vendían más entradas. También que la historia solo es un cuento más, y que parte de la magia del cine está en reescribirla. Un valioso aprendizaje que ha aplicado de nuevo en su recién estrenada Érase una vez en... Hollywood. De paso, descubrió al mundo el talento de Christoph Waltz, Oscar al mejor cctor de reparto por su brillante interpretación del coronel Hans Landa.
Frase por la que la recordamos. “En el infierno hay una planta reservada para quien desperdicia el whisky”.
La canción que sobresale. Cat People (Putting Out Fire), de David Bowie. Extraña elección para un director que suele preferir a cantantes más minoritarios. Pero lo cierto es que su apología pirómana encajaba a la perfección con el clímax del filme.

6. 'Django desencadenado' (2012)

Veredicto. Tras el éxito de Malditos bastardos, Tarantino regresó con su película más política y en la que es más evidente la omnipresente influencia del spaghetti western. También es su encuentro con un Leonardo DiCaprio al que convierte en un superlativo psicópata.
Frase por la que la recordamos. “Están escapando. Los cobardes siempre hacen eso”.
La canción que sobresale. Todo en este filme es un homenaje al compositor Ennio Morricone, incluida la mitad de la banda sonora que compuso en 1970 para la película Dos mulas y una mujer, cuyos temas son reutilizados en esta película.


5. 'Death Proof' (2007)

Veredicto. Cuando Harvey Weinstein todavía era el sheriff de Hollywood, Robert Rodríguez y Quentin Tarantino fueron capaces de sacarle el dinero para un proyecto completamente majareta: resucitar las sesiones dobles con Grindhouse
Rodríguez dirigió una fantasía de ciencia ficción llamada Planet Terror y Tarantino la road movie titulada Death Proof
Estrenar las dos películas simultáneamente y en pack fue un fracaso, claro, pero el largometraje de Tarantino, Death Proof, debería ser de visión obligada para aquellos que ahora mismo lo están lapidando por misógino.
 Una vendetta femenina contra el psicópata Stuntman Mike que apesta a cuero, Jack Daniel’s, keroseno y Sam Peckinpah.
Frase por la que la recordamos. “El alcohol solo es el lubricante para todos los encuentros individuales que un bar ofrece”.
La canción que sobresale. Chick Habit, de April March, versión anglosajona del Laisse tomber les filles que Serge Gainsbourg escribió para France Gall.

4. 'Érase una vez en... Hollywood' (2019)

Veredicto. Con ella parece que el chico rebelde acaba por hacer las paces con Hollywood.
 La novena película de Tarantino, en cines desde el 15 de agosto, es un homenaje del director a esa industria de la que tan alejado se sintió en sus inicios. 
De paso, nos ofrece a dos estrellas como Brad Pitt y Leonardo DiCaprio reflexionando sobre envejecer en un negocio que los quiere cada vez más jóvenes, con menos arrugas y más depilados.
Frase por la que la recordamos. “¿Alguien pidió chucrut frito?”, pasará a la antología culinario cinéfila de Tarantino. Al tiempo.
La canción que sobresale. Pese a la omnipresencia de Paul Revere and the Raiders y la sorprendente inclusión de Los Bravos y su Bring a Little Lovin, tal vez la canción que mejor capte el ambiente entre pesadilla y sueño del filme sea California Dreamin’, en versión de José Feliciano, por supuesto.

3. 'Reservoir Dogs' (1992)

Veredicto. Con cuatro duros, mucha imaginación y una buena dosis de ideas robadas del cine oriental (de Ringo Lam a Seijun Suzuki), Quentin Tarantino -un desconocido empleado de videoclub por aquel entonces- irrumpió como un ciclón en el panorama cinematográfico dirigiendo su primera película. Eran los maravillosos noventa, una década en la que todo parecía posible y todo estaba por hacer, y allí estaba Quentin para demostrarlo.
Frase por la que la recordamos. “Like a Virgin es una metáfora sobre las pollas grandes”.
La canción que sobresale. Stuck in the Middle With You, de Stealers Wheel, también conocida como el himno oficial de los rebanadores de orejas.


2. 'Pulp Fiction' (1994)

Veredicto. El segundo filme de Tarantino es, probablemente, el que figurará en todos los libros de la historia del cine. 
Tras el impacto de Reservoir Dogs, el director se encerró en un hotelucho de Ámsterdam a escribir una película en la que todo, desde las interpretaciones a los personajes, es sobresaliente. 
Construyó icono tras icono: del señor Lobo a Mia Wallace, y recuperó a John Travolta para el séptimo arte.
 Ganó el Oscar al mejor guion y la Palma de Oro en Cannes.
 Genio y figura, al subir a recoger la Palma de Oro,Tarantino respondió con una peineta a un miembro del público que le gritó: “Scandal! Fasciste!”.

Frase por la que la recordamos. “¿Sabes cómo llaman al cuarto de libra con queso en París?”, con accésit para la mítica: “Tranquilícense caballeros, no empecemos a chuparnos las pollas todavía”.
La canción que sobresale. You Never Can Tell, de Chuck Berry.
 Difícil elegir entre todas las canciones que aparecen en una de las mejores bandas sonoras de la historia.
 Pero si a eso le sumamos una de las mejores escenas de baile de los noventa, con Mia Wallace (interpretada por Uma Thurman) y Vincent Vega (encarnado por John Travolta) dándolo todo, nos quedamos con Berry.
 


Y la mejor: 'Jackie Brown' (1997)

Veredicto. Incomprendida en su momento, tal vez por tratarse de una adaptación del escritor estadounidense Elmore Leonard y no de una idea original, es la más atípica de las películas de Tarantino. Mucho más que un homenaje al blaxploitation (movimiento cinematográfico formado por películas con intérpretes, directores y artistas afroamericanos), frente al director furiosamente cínico que maltrata a sus personajes, Jackie Brown despliega una inusual ternura reflejada en la historia de amor tardía entre Pam Grier y Robert Foster.

Frase por la que la recordamos. “Este es el AK-47, si quieres matar a todos los hijos de puta de una habitación, no aceptes imitaciones”.
La canción que sobresale. Didn’t I (Blow You Mind This Time), de The Deftonics. 
Porque nunca nadie en albornoz ha sido tan cool como Pam Grier escuchando su música.



 

La vida es difícil para todos................................Juan José Millás...

La vida es difícil para todos
Juan José Millás 

"¡QUÉ SOLOS SE quedan los muertos!”, decía Bécquer en un poema memorable.
 El animal acababa de ser sacrificado en una matanza celebrada en un pueblo de Toledo, según rezaba el pie de foto.
 Tal vez agonizó sobre el mismo banco de madera sobre el que ahora descansa, desprovisto al fin de las tensiones propias de la vida.
 Sorprende que no haya nadie alrededor del cadáver, como si hubieran ido todos a cambiarse de ropa, pues tenemos entendido que los cochinos, además de gritar como cerdos, sangran mucho cuando se les corta la yugular, y lo ponen todo perdido con la agitación y los estertores que preceden al óbito.
 En ocasiones, cuatro o cinco hombres no bastan para mantenerlos quietos.
 Quizá los ejecutores estén, pues, recuperando el resuello o echando un cigarrillo mientras comentan las incidencias del holocausto.
 La ventana de la derecha tiene el párpado echado, como si fuera la hora de la siesta. 
Combinan bien la siesta y la muerte, sobre todo en los días de calor durante los que conviene mantener la casa oscura. 
También los colores de la pared, con sus manchas de humedad y la textura del suelo, algo grosera, colaboran a crear esa atmósfera de soledad a la que nos referíamos más arriba.
Nada que decir, pues, de la composición, del diseño, ni del punto de vista elegido para obtener la imagen. 
De hecho, el día que tropezamos con ella en una página del periódico dedicada a la triquinosis, nos detuvimos un rato en su contemplación, en parte conmovidos por el sentido artístico del fotógrafo y en parte identificados con el abandono del puerco.
 La vida es difícil para todos