Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 ene 2019

15 cosméticos que funcionan y que puedes encontrar en el supermercado

Buenos, bonitos y baratos. Así son los mejores cosméticos del súper que hemos seleccionado para ti. ¡No te lo pierdas! 

Por Magdalena Fraj |
los mejores cosmeticos del supermercado. Los mejores cosméticos del super

Los mejores cosméticos del super

Ya sabemos que para encontrar productos de calidad no es necesario desembolsar grandes cantidades de dinero. 
De hecho, el maquillaje que más triunfa en Youtube es barato y ¡FUNCIONA! Así que esta vez hemos seleccionado los mejores cosméticos que podrás encontrar en el súper. ¿Ya los has probado todos? 
 

Paleta de maquillaje

Una de las paletas de maquillaje que triunfan en YouTube. Contiene una prebase que prepara el párpado, 4 sombras de ojos, un iluminador con purpurina y un cepillo con dos puntas para que saques la artista que llevas dentro.

Eye Artist Luxury Palette de Astor, 10€

Base de maquillaje

Reduce el aspecto de las imperfecciones y de los poros con esta base de maquillaje que iguala el cutis mientras imita el tono y la textura de la piel.
 No reseca la piel y le proporciona un acabado luminoso y natural. 

Match Perfection Foundation de Rimmel London, 5,75€



Crema anti-edad

Esta crema de día contiene vitaminas, ceramidas, extracto de té verde e ingredientes antioxidantes y nutritivos. Ayudará a reducir el aspecto de líneas de expresión y arrugas para reafirmar tu piel. 

Anti-Edad Firmeza & Efecto Lifting Crema reafirmante de día de Olay, 11,35€


 

Mascarilla facial

Esta mascarilla facial purificará tu piel atrapando impurezas y absorbiendo el exceso de sebo. Perfecta para pieles con brillos e imperfecciones.

Mascarilla con arcillas puras de L'Oréal Paris, 6,95€


Agua micelar

Desmaquillador para rostro, ojos y labios. 
Elimina todos los restos de maquillaje e impurezas y revela una mejor calidad de la piel. 
El producto ideal para pieles sensibles normales a secas.

Agua Micelar de L'Oréal Paris, 4,85€

Limpiador facial

Gel limpiador facial refrescante para pieles normales, secas y mixtas. Elimina la suciedad con suavidad y purifica la piel sin resecarla gracias al extracto de aloe vera y pepino. 

Gel de limpieza facial de Olay, 2,95€

La Ertzaintza detiene a la madre de la niña de nueve años muerta en Bilbao por su implicación en el homicidio

La menor, que falleció intoxicada, fue hallada sobre la cama en brazos de su madre, que pudo ser reanimada y está hospitalizada.

  • Una cámara graba frente a la vivienda. Una joven halla a su hermana de nueve años muerta en brazos de su madre en Bilbao.
    La Ertzaintza ha detenido a la madre de la niña de nueve años que falleció intoxicada por medicamentos el miércoles por la noche en Bilbao por su presunta implicación en el crimen.
     La menor y su progenitora fueron halladas ese día por otra hermana de la pequeña. 
    Estaban juntas y abrazadas en la cama de su domicilio de la calle George Steer, en el barrio de Atxuri. 
    Los servicios de emergencia pudieron reanimar a la madre, pero no a la menor.
     Desde entonces, la mujer ha estado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital bilbaíno de Basurto hasta que el viernes por la noche fue trasladada a planta.
     La Ertzaintza le va a tomar declaración en las próximas horas.
    La policía vasca no ha cerrado ninguna hipótesis. 
    Junto a la cama en la que se encontraban madre e hijo se halló una nota manuscrita en la que daba la impresión de que una tercera persona explicaba los hechos a la hija mayor. 
    Sin embargo, los investigadores creen que todo fue ideado por la mujer, lo que ha motivado su detención a las once y media de la mañana de este sábado.
    La policía vasca está convencida, a falta de los resultados de la autopsia de la niña, de que la menor murió tras la ingestión de alguno de los medicamentos que tomaba su madre para superar los dolores de alguna lesión ósea y para la depresión que sufría tras una intervención para reducir su estómago que le había hecho perder muchos kilos.

    La madre tenía cortes en los brazos, lo que avala la tesis de que después de intoxicar a la niña se intentó suicidar. 
    De hecho, cuando los servicios de emergencia lograron entrar en la vivienda comprobaron que tenía en su mano fármacos, opiáceos y parches de morfina, con los que intentaría superar los dolores.
    Algunos vecinos explicaron tras conocerse los hechos que "daba la impresión" de que la madre de la niña estaba "deprimida" porque los medicamentos que tomaba para alguna dolencia que sufría no le quitaban los dolores.
     "Pero quería muchísimo a sus hijas, jugaba todo el rato con la pequeña, y todos los días la llevaba al colegio", ha dicho una vecina de su mismo portal. 
    Otro vecino apuntó que fue intervenida de obesidad mórbida hace algunos meses y desde entonces sufría altibajos.
    De hecho, esa ha sido la primera y la más sólida de las tesis que manejó la policía vasca.
     "La Ertzaintza investiga la muerte de la niña como un homicidio", aseguraron 12 horas después del homicidio.
     El testimonio de la madre será determinante para esclarecer los hechos.
    La alerta saltó minutos antes de las diez de la noche del pasado miércoles cuando la hermana mayor alertó a la policía.
     Tanto la niña como la madre fueron atendidas por sanitarios de Sos-Deiak.
     Los servicios sanitarios solo pudieron confirmar el fallecimiento de la menor.

 

Mirar un cuadro............................................. Estrella de Diego

Ha cambiado el placer visual y nos aburre ir a un museo o una sala de exposición y encontrar solo obras expuestas, no estaría mal volver a la fisicidad de un cuadro.

Visitantes en la exposición Van Gogh Alive, el pasado noviembre en Alicante. La muestra puede verse en Madrid hasta finales de febrero.
Visitantes en la exposición Van Gogh Alive, el pasado noviembre en Alicante. La muestra puede verse en Madrid hasta finales de febrero.
Me pregunto por qué está mal visto mirar un cuadro sin más y tantos insisten en que el “arte” debe presentarse rodeado de documentos o en formatos inesperados. 
Ha dejado de ser chic mostrar una pintura, un dibujo o un vídeo sin los gadgets que los conviertan en una rocambolesca fórmula de consumo. 
Se diría incluso que la moda de presentar “obras de arte” de maneras insólitas ha llegado a los museos clásicos.
 También allí se rompe el hechizo pretérito con profusión de documentos —a veces, sin venir al caso—, fragmentos de películas —mutilación del cine que se convierte en relleno para un discurso— o cualquier otra estrategia que se pueda imaginar, con el único fin de satisfacer el horror vacui visual al que nos tienen acostumbrados los excesos de Instagram.

Quizás es lo que el público demanda: entretenimiento, tuits que asedian tiempo y silencio sin sustancia; que gobiernan los gustos sin sorpresas; que dirimen la política mundial en 280 caracteres —no en vano un político “verde” ha decidido darse de baja en las redes sociales para escuchar el mundo—. 
No basta con mirar una obra: han cambiado las maneras del placer visual y nos aburre ir a un museo o una sala de exposición y encontrar solo obras expuestas. 
Lo vaticinaba Benjamin en Dirección única, su libro de 1928: 
“La expresión de quienes se pasean en las pinacotecas revela una mal disimulada decepción por el hecho de que en ellas solo haya cuadros colgados”.

Parece que hemos tomado al pie de la letra esta frase irónica y nos hemos puesto la tarea de construir —y vender— un arte supuestamente para todos los públicos que sustituye a las populares exposiciones blockbusterLeonardo, Picasso, Van Gogh, Dalí, Warhol y algunos pocos más …—, caras y difíciles, con el fin de crear una especie de premio de consolación —desde la realidad aumentada a todo lo que se pueda imaginar— que se convierte en sustituto de la obra física.
 Nada en contra, por cierto. 
Lo malo es que estas propuestas sin mucha sustancia se publicitan como la estrategia para hacer el arte accesible, divertido. 
O sea, pura retórica demagógica.
 A veces, hasta sirven para blanquear alguna obra de dudosa autoría.
Decir que el arte es hoy un lugar del consumo por excelencia es decir lo obvio, pero en medio de tanto premio de consolación igual no estaría mal volver a la fisicidad de un cuadro de vez en cuando, pues la divulgación no tiene por qué ser banal.
 Y no digo que no deban hacerse experimentos como el de Van Gogh —allá cada uno—, pero que no se venda como el medio más eficaz de conocer a este artista y su obra sin aburrirse. 
¿Quién dice que es aburrido mirar un cuadro? Qué anticuados, por favor.  
Recuerdo cuando fui al Museo del Prado y vi TODAS las pinturas expuestas, desde La Gioconda porque me llevé un chasco al ver multitud de Japoneses observando y yo me dije:!!! Anda pero que pequeñito es."" No sé, fue un atracón desde Velázquez ,Goya o Murillo y ver a una Mona Lisa pequeñita, sabía que no era la auténtica, así que me dije en el Luvre estará mejor.....pero es otra historia.
Fui, en Milán ,a la restauración de la ültima Cena de Leonardo y tb me pareció muy pequeñita....no es lo mismo la Historia del Arte como ver una representación artística ahora.
Puedes ver el Fusilamiento del 3 de Mayo de Goya, y la Balsa de la Medusa y sentir que en la pintura hay sentimientos que te traspasan.O La Libertad Guiando a un pueblo, pero ver a Sorolla te produce alegria con tanta luz y su buen manejo  o ver cualquier Velázquez que te transmite toda la Historia de aquel momento
.Aunque me guste mucho la Rendición  de Breda ,me maravilla las Hilanderas y no tanto Las Meninas.
pero es una forma muy personal de ver la Historia en el Arte.
Ver las Meninas de Picasso fue un desecanto absoluto, un amigo me decía bajito , Están mejor en las Diapositivas verdad?? y yo muerta de la risa le mandé a callar para que no se notara que no las habíamos visto nunca al natural.
Con los años aprendí que se puede decir que no me gusta el Guernika, y que no creo que Picasso dijera que lo trajeran a España cuando Franco hubiera muerto.

 

18 ene 2019

Jorge Semprún, héroe de ficción televisiva

Agustín Díaz Yanes adaptará la biografía 'Ida y vuelta' sobre el escritor y político español escrita por Soledad Fox Maura.

Jorge Semprún e Yves Montand en Praga en 1990.
Jorge Semprún e Yves Montand en Praga en 1990.

 

Nieto del primer ministro Antonio Maura, creció en una familia de la alta burguesía antes de emprender en la adolescencia el camino al exilio. 
Se unió a la Resistencia francesa contra las fuerzas de ocupación alemanas, acabó detenido en el campo de concentración de Buchenwald hasta abril de 1945, actuó como agente encubierto del Partido Comunista en la España franquista, pegó un sonado portazo en los sesenta a la formación política dirigida con mano de hierro por Santiago Carrillo, y se volcó en la literatura y el cine, aunque regresó a la política española como ministro de Cultura en el Gobierno de Felipe González a finales de los ochenta.
 Tuvo al menos tres nombres (Jorge; Georges como era conocido entre la intelligentsia parisina; y Federico Sánchez, su alias en la clandestinidad), y el magnetismo que rodeó su figura nunca estuvo exento ni de glamur, ni de un aura de misterio.

La intensa vida de Jorge Semprún (Madrid, 1923-París 2011) bien podría parecer una apasionante trama de ficción sobre el siglo XX europeo. 
Él fue el primero en comprenderlo y tiró de su historia en la docena larga de novelas y ensayos que publicó, y en los 15 guiones que escribió, uno de los cuales le valió la nominación a un Oscar.
 Ahora un nuevo capítulo póstumo se añade a esta existencia ficticia del autor de La escritura o la vida, con una miniserie televisiva de entre seis y ocho capítulos.
 Una vez más, el punto de partida es la realidad: en este caso la biografía Ida y vuelta. La vida de Jorge Semprún, de la catedrática de Williams College Soledad Fox Maura. 
“Cuando escribía imaginaba hasta la banda sonora, pero me parecía inconcebible que una biografía de investigación acabara convertida en una serie”, dice la autora que invirtió más de cinco años en la escritura del libro, en el que recoge cerca de 50 entrevistas con amigos y colaboradores del intelectual español.

No será esta la primera incursión televisiva, las apariciones de Semprún en el legendario programa literario Apostrophe de Bernard Pivot le colocaron en la sala de estar de millones de hogares en Francia. 
Su nueva reencarnación le convertira en héroe de ficción.
 
Nieto del primer ministro Antonio Maura, creció en una familia de la alta burguesía antes de emprender en la adolescencia el camino al exilio. 
Se unió a la Resistencia francesa contra las fuerzas de ocupación alemanas, acabó detenido en el campo de concentración de Buchenwald hasta abril de 1945, actuó como agente encubierto del Partido Comunista en la España franquista, pegó un sonado portazo en los sesenta a la formación política dirigida con mano de hierro por Santiago Carrillo, y se volcó en la literatura y el cine, aunque regresó a la política española como ministro de Cultura en el Gobierno de Felipe González a finales de los ochenta. 

Tuvo al menos tres nombres (Jorge; Georges como era conocido entre la intelligentsia parisina; y Federico Sánchez, su alias en la clandestinidad), y el magnetismo que rodeó su figura nunca estuvo exento ni de glamur, ni de un aura de misterio.
La intensa vida de Jorge Semprún (Madrid, 1923-París 2011) bien podría parecer una apasionante trama de ficción sobre el siglo XX europeo.
 Él fue el primero en comprenderlo y tiró de su historia en la docena larga de novelas y ensayos que publicó, y en los 15 guiones que escribió, uno de los cuales le valió la nominación a un Oscar.
 Ahora un nuevo capítulo póstumo se añade a esta existencia ficticia del autor de La escritura o la vida, con una miniserie televisiva de entre seis y ocho capítulos.
 Una vez más, el punto de partida es la realidad: en este caso la biografía Ida y vuelta. La vida de Jorge Semprún, de la catedrática de Williams College Soledad Fox Maura.
 “Cuando escribía imaginaba hasta la banda sonora, pero me parecía inconcebible que una biografía de investigación acabara convertida en una serie”, dice la autora que invirtió más de cinco años en la escritura del libro, en el que recoge cerca de 50 entrevistas con amigos y colaboradores del intelectual español.
No será esta la primera incursión televisiva, las apariciones de Semprún en el legendario programa literario Apostrophe de Bernard Pivot le colocaron en la sala de estar de millones de hogares en Francia.
 Su nueva reencarnación le convertira en héroe de ficción.
La productora Telespan del grupo Vértigo 360 anunció el miércoles el proyecto, que aún está en fase embrionaria. 
“Con esto abrimos una línea de trabajo nueva, con series de alto presupuesto que sean coproducciones internacionales. Estamos en conversaciones con posibles socios en Francia.
 La dimensión de Semprún fuera de España y el momento tan convulso que vivimos en Europa, hacen que sea particularmente apropiado recuperar su historia”, apuntaba el productor Alberto Rull.
 “No será una hagiografía, pero tampoco un documental, como el que hizo RTVE. 
 Usaremos sus películas y escritos para reconstruir la época”. En 2019 seleccionarán el casting internacional, en el que habrá que buscar a actores que interpreten desde a Yves Montand hasta a Javier Pradera.
 El guion, la producción ejecutiva y, posiblemente, también la dirección de la serie correrán a cargo de Agustín Díaz Yanes.
“Si trataras de inventar un personaje como Semprún no te saldría”, explica el director y guionista. 
“En España siempre ha estado rodeado de polémica, porque somos muy raros. Fue recibido como un afrancesado, aunque él se definía como un rojo español”, comenta Díaz Yanes, y enmarca en este contexto la dura batalla que tuvo como ministro de Cultura con la ley del cine. 
Lo primero que el director español leyó de él, cuando aún era un veinteañero y estaba afiliado al PC, fue también el primer libro que el intelectual publicó, ese que empezó a escribir en la clandestinidad, El largo viaje
Años después coincidieron en el jurado de un premio literario, pero fue a través de las historias que le contaron dos buenos amigos comunes, Domingo Dominguín y Javier Pradera, como conoció mejor a Semprún.
 En la biografía de Fox Maura donde dice haber descubierto multitud de historias desconocidas sobre su infancia, juventud y vida parisina.
Intelectual y hombre de acción, “lo excepcional de la vida de Semprún no es que coincidiera en el tiempo con las convulsiones políticas que marcaron su tiempo, sino que él se involucrara tan a menudo en tantas de ellas”, escribe Fox Maura.
 Sostiene que en los informes diarios que escribió para el PC como agente clandestino se encuentra el germen de su pulsión novelística:
 "Ahí encontró la disciplina de escribir cada día, como en un diario personal que presenta al público. 
Esto fue lo que hizo con sus libros más adelante. Jorge era consciente de su propio personaje.
 También estaba obsesionado con dejar un archivo visual.
 Pudo haber ido a Hollywood, pero decidió seguir adelante con su compromiso personal y político. 
Su influencia en Costa Gavras o Alain Resnais es evidente; y en Yves Montand encontró a su álter ego de ficción".
 A pesar de la fama y reconocimiento que Semprún tuvo en vida, "hay una generación que apenas le conoce y la nueva serie permitirá cambiar esto, será una forma de difundir su figura y educar". 
Las fascinación que acusaba Semprún perdura.