Zoco era el marido de Maria Ostiz y mientras ella cantaba aquellas canciones casi religiosas Zoco era un gran jugador.
Un pueblo es un pueblo es....repetido como un mantra esa canción.
En 1976 gana el Festival OTI de la canción con el tema Canta cigarra, constituyendo la primera victoria de España en el festival.
Casada con el futbolista del Real Madrid Ignacio Zoco, se retiraría finalmente del mundo de la canción.
28 sept 2015
Muere Zoco, histórico del Real Madrid
Jugó 434 partidos con el club blanco y ganó la sexta Copa de Europa en 1966.
Ignacio Zoco, un histórico del Real Madrid en la década de los
sesenta y setenta, ha fallecido este lunes a los 76 años de edad, según ha informado el club blanco.
Zoco fue integrante del centro del campo del equipo que dominó el
fútbol español en aquella época, el llamado Madrid yeyé, y conquistó la
sexta Copa de Europa para el Madrid en 1966, ganada en la final al
Partizán por 2-1. Aquel triunfo fue especialmente significativo porque
el cuadro merengue estaba formado por jóvenes como Velázquez, Amancio y
Grosso, que capitaneados por el veterano Gento devolvieron el máximo
título continental al club en un momento delicado, ya que Di Stéfano
había abandonado el Bernabéu dos años antes y Puskas apenas jugaba ya.
Siete Ligas y dos Copas completan su palmarés. Una vez retirado trabajó en el club, siendo delegado entre 1994 y 1998. Actualmente era el presidente de la Asociación de Exjugadores de Fútbol del Real Madrid.
Zoco, nacido en Garde (Navarra) en 1939, jugó 12 temporadas en el Santiago Bernabéu, disputando 434 partidos oficiales y anotando 17 goles. Con la selección española disputó 25 encuentros y se proclamó campeón de Europa en 1964.
Siete Ligas y dos Copas completan su palmarés. Una vez retirado trabajó en el club, siendo delegado entre 1994 y 1998. Actualmente era el presidente de la Asociación de Exjugadores de Fútbol del Real Madrid.
Zoco, nacido en Garde (Navarra) en 1939, jugó 12 temporadas en el Santiago Bernabéu, disputando 434 partidos oficiales y anotando 17 goles. Con la selección española disputó 25 encuentros y se proclamó campeón de Europa en 1964.
ASTRONOMÍA La sombra del Teide acarició la superluna justo antes del eclipse..................................... Javier Salas.
Varios fenómenos astronómicos coincidieron ante el ojo humano en la cumbre del volcán.
Solo 356.878 kilómetros separaban a la Luna de la Tierra cuando el
planeta se iba a interponer entre su satélite y el Sol, provocando el
último eclipse lunar que se verá en Europa hasta 2018.
Tan cerca estaban que el satélite parecía —casi a simple vista— más grande de lo normal, provocando la llamada superluna.
Pero hubo un punto del planeta en el que ocurrieron más cosas: el volcán tinerfeño del Teide, donde se pudo asistir a otro alineamiento singular, junto al de la Luna, la Tierra y el Sol.
Allí, la sombra del volcán se estiró hacia el cielo, coincidiendo con la luna llena y el ocaso solar, en uno de los fenómenos más espectaculares que pueden observarse, al rozar con su pico la luna llena a punto de eclipsarse
.
Este fenómeno, descubierto en 2001, sucede cuando el Sol se pone y el Teide comienza a proyectar su sombra sobre el Parque Nacional, después a lo largo de toda la isla de Tenerife, hacia el mar, y más adelante cubriendo la isla de Gran Canaria hasta que su silueta se dispara hacia el cielo, proyectándose sobre la atmósfera.
Si en ese momento, como muestra el vídeo (cortesía de Teleférico del Teide), el ocaso coincide con la luna llena, se produce esa caricia del Teide a la Luna.
La sombra del volcán se convierte en un triángulo perfecto que se estira hacia el cielo: una forma que no se debe a la silueta real del volcán, sino a la conjunción de los rayos solares al proyectar su sombra, formando un punto de fuga sobre la atmósfera como el de un camino que se pierde en el horizonte.
La ventaja del Teide para observar el eclipse no se debe solo a sus 3.718 metros: desde el archipiélago canario, la Luna estará muy alta, 60º sobre el horizonte, 25º por encima de la media europea.
Esto supone una observación más directa, con "menos atmósfera" que se interponga en su contemplación.
Por eso, fue un lugar privilegiado para ver esta notable superluna, que asomó por el horizonte a las 19.34 hora local canaria y que saludó a la sombra del Teide casi exactamente en el este, al estar tan cerca del equinoccio de otoño, según explicó Miquel Serra-Ricart, responsable del observatorio astronómico ubicado en las faldas del volcán tinerfeño.
"En esta ocasión, la luna es algo así como un 25% más luminosa de lo normal y entre un 9% y un 10% mayor en su diámetro", apunta el astrofísico, que recuerda que no se volverá a ver el eclipse con estas mismas condiciones —de una "super-superluna" como esta— hasta 2033.
Tan cerca estaban que el satélite parecía —casi a simple vista— más grande de lo normal, provocando la llamada superluna.
Pero hubo un punto del planeta en el que ocurrieron más cosas: el volcán tinerfeño del Teide, donde se pudo asistir a otro alineamiento singular, junto al de la Luna, la Tierra y el Sol.
Allí, la sombra del volcán se estiró hacia el cielo, coincidiendo con la luna llena y el ocaso solar, en uno de los fenómenos más espectaculares que pueden observarse, al rozar con su pico la luna llena a punto de eclipsarse
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Este fenómeno, descubierto en 2001, sucede cuando el Sol se pone y el Teide comienza a proyectar su sombra sobre el Parque Nacional, después a lo largo de toda la isla de Tenerife, hacia el mar, y más adelante cubriendo la isla de Gran Canaria hasta que su silueta se dispara hacia el cielo, proyectándose sobre la atmósfera.
Si en ese momento, como muestra el vídeo (cortesía de Teleférico del Teide), el ocaso coincide con la luna llena, se produce esa caricia del Teide a la Luna.
La sombra del volcán se convierte en un triángulo perfecto que se estira hacia el cielo: una forma que no se debe a la silueta real del volcán, sino a la conjunción de los rayos solares al proyectar su sombra, formando un punto de fuga sobre la atmósfera como el de un camino que se pierde en el horizonte.
La ventaja del Teide para observar el eclipse no se debe solo a sus 3.718 metros: desde el archipiélago canario, la Luna estará muy alta, 60º sobre el horizonte, 25º por encima de la media europea.
Esto supone una observación más directa, con "menos atmósfera" que se interponga en su contemplación.
Por eso, fue un lugar privilegiado para ver esta notable superluna, que asomó por el horizonte a las 19.34 hora local canaria y que saludó a la sombra del Teide casi exactamente en el este, al estar tan cerca del equinoccio de otoño, según explicó Miquel Serra-Ricart, responsable del observatorio astronómico ubicado en las faldas del volcán tinerfeño.
"En esta ocasión, la luna es algo así como un 25% más luminosa de lo normal y entre un 9% y un 10% mayor en su diámetro", apunta el astrofísico, que recuerda que no se volverá a ver el eclipse con estas mismas condiciones —de una "super-superluna" como esta— hasta 2033.
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