Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

26 jul 2015

Cosas que pasan.......................................................... Xavi Sancho

Aunque el mundo insista en negarlo, padecer cansa mucho

más que hacer.

Espalda quemada de una mujer con la marca de los tirantes / CORDON PRESS

Algunos humanos, por mucho que intentemos pasar por la vida como quien no quiere la cosa, somos incapaces de lograrlo.
 No es que tengamos un gran carisma ni una belleza simpar ni un talento amortizable ni un intelecto sobrenatural.
 Simplemente, lo que sucede es que las cosas no nos dejan en paz.
Y las cosas se manifiestan siempre, como decía el sabio Bono y el casi tan sabio Dios, en formas misteriosas
. Estás en la playa, saludando al sol, a la última novela de Nick Hornby y a alguna bella dama, y llegas a casa al cabo de unas horas ardiendo en el Averno
. Piensas que tienes una insolación, pero como tú eres de los que sufren la vida, no la viven, lo que tienes son unas quemaduras de primer grado que te van a dejar encerrado el resto de tu última semana de vacaciones.
 Y entonces, con todo el tiempo del mundo para pensar en el cosmos, o incluso en algo más entretenido, como, pongamos, tú mismo, te das cuenta de que no te soportas, y lo peor es que, hagas lo que hagas, te vas a pasar en tu compañía 24 horas al día el resto de tu vida.
Sería práctico poder echarle la culpa a los demás.
A otros les funciona. Pero tú, a la hora de desactivar la bomba, siempre cortas el cable rojo cuando el bueno era el azul, mendrugo.
 Solo puedes culparte a ti mismo, el insensato que dijo "no necesito protector solar".
 Y entonces lees que James Franco, ser polifacético, está escribiendo un libro sobre Lana del Rey. ¿Por qué? ¿Para qué? Pues porque no puede parar de crear y para recordarle al mundo exactamente eso.
En cambio, a ti te da palo escribir hasta la lista de la compra.
 Si tú perteneces al clan al que le pasan cosas, él es miembro de la casa que hace cosas.
No importa que lo que haga sea casi siempre una basura, porque lo que se valora es la actividad. Muchos la confunden con el talento.
 Aunque el mundo insista en negarlo, padecer cansa mucho más que hacer.

 

Zumbada perdida............................................................................... Luz Sánchez-Mellado

Siguiendo la hoja de ruta independentista de la divorciada del tercer milenio, me he apuntado a un gimnasio con el fin de reducir pandero y ampliar el círculo.
El de contactos, aclaro, porque el de Ahora Separadas Sí Podemos, del que soy miembro fundadora, crece desaforadamente y estoy sopesando presentarme a las primarias a presidenta antes de que salga una nueva a disputarme el liderazgo, aquí la que no corre, trepa.
 El caso es que, por fin, estoy yendo.
 Al gym, que dicen los poligoneros, perdón políglotas: he ahí la primicia.
 Había perdido la cuenta de las cuotas de los mataderos de personas que he pagado para luego no aparecer ni siquiera a darme de baja por no tener que soportar la mirada de superioridad muscular de la jaca de la puerta.
Esta vez, sin embargo, era cuestión de vida perra o muerte por aislamiento social agudo.
Hasta contraté a un entrenador personal para tener que ir por ovarios.
 No tanto por el Congo que me costó la pijada, sino por no darle plantón a ese pedazo de torso con ojos.
 El tipo se gana el sueldo con el sudor de sus partes.
 Y de las tuyas.
 Dime, si no, qué tipo te coge de las caderas y te pone mirando a Chueca con el solo objetivo de que no te lesiones.
Quién te jalea cuando te pones a hacer fondos a cuatro patas como si estuvieras subiendo el Everest a la ídem coja, sin sherpa y en apnea.
 Quién te pone en cuclillas a piernas abiertas diez eternos segundos en esa tortura llamada sentadilla —¡oh Santa Beyoncé de los Muslos Prietos!— mientras te susurra que lo estás haciendo muy bien, que venga, que dale, que nos vamos.
 En fin, que los glúteos aún no me consta, pero la autoestima te la eleva a pulso.
 Ahora, para subidón, la clase de zumba.
No me extraña que hasta doña Letizia quede con sus íntimas en palacio a perrear por Pitbul.
 La cosa consiste, básicamente, en contonearte cual posesa en el momento de la posesión propiamente dicho, y en agitar la pelvis como si fuera a acabarse el mundo y tuvieras la misión de repoblarlo a destajo
. Te desfogas, sudas por poros que no sabías que existían y sales pensando que eres una diosa del sexo.
Lo de los contactos es otra cosa.
 El único varón, aparte del monitor, que no tiene pluma, sino vuela, es un abuelo dándole vidilla a la prótesis de cadera.
El resto, una horda de tías pidiendo guerra.
 Total, que estoy esperando a que salga la lista Ashley Madison para hacer casting.
 Sabiendo que Sean Penn se los ha puesto corniveletos a ese espectáculo de la genética llamado Charlize Theron, concluyo que la infidelidad masculina es solo cuestión de tiempo
. Mejor pillarlos ya pillados, y que se los pongan a otra antes que a ti misma.

EL CONDE NEGRO..............................................................................Tom Reiss

El verdadero Montecristo


"Entre las más memorables figuras de nuestro pasado que no fueron condenadas al olvido gracias al poder de tales ficciones está, sin duda, el Conde de Montecristo, cuya larga venganza deleitó (y ojalá deleite aún) a generación tras generación de lectores
. Lo que no sabíamos sus admiradores (o no sabía yo) era que Alejandro Dumas escribió su novela para contar, de la manera más fiel posible a esa verdad imaginativa, la vida de su padre, Alex Dumas, conocido como el Conde Negro
. En sus espléndidas novelas, Alejandro Dumas narró episodios de la singular vida de ese hombre que tanto admiraba y que, como hijo, pintó en su imaginación como un leyenda viva.
El Conde Negro murió cuando Alejandro tenía apenas cuatro años, pero su desaparición física no lo sustrajo a la presencia de su hijo.
 A lo largo de toda su vida, Alejandro Dumas rendiría un homenaje literario al padre cuyas rasgos y cuya voz apenas hubiera podido recordar". Por ALBERTO MANGUEL

La piscina de Don DeLillo................................................................... Iván Thays

El pasado martes 14 de julio se puso punto final a la trama más novelesca del 2015: la publicación de un nuevo viejo libro de Harper Lee, Go Set a Watchman.

Gregory Peck como Atticus Finch (potagonista de 'Matar a un ruiseñor' y 'Go set a Watchman') en la adaptación de la primera.

El pasado martes 14 de julio se puso punto final a la trama más novelesca del 2015: la publicación de un nuevo viejo libro de Harper Lee, Go Set a Watchman (“Ve y pon un centinela” en castellano), luego de muchas especulaciones sobre su hallazgo.
 Pero no todo termina ahí. Tonja Carter, abogada de Harper Lee, ha anunciado que entre los manuscritos se habría encontrado una tercera novela póstuma, probablemente anterior a las dos novelas de Atticus Finch, aunque podría servir como puente para entender ambas novelas.
 No dio muchos más datos, pero parece que todo esto continuará mientras Harper Lee vive en un asilo aparentemente alejada de las idas y venidas de sus manuscritos.
La gran expectativa que generó Pola Oloixarac con la publicación de su segunda novela, luego del éxito de Las teorías salvajes, ha sido recompensada con creces
. La publicación de Las constelaciones oscuras (Random House) ha tenido excelentes reseñas, incluyendo una del habitualmente duro de convencer Quintín en su columna en la revista “Perfil” donde escribe: “hay rasgos de visión y de genialidad, incluso de cierta locura”.
 Obviamente, tratándose de Quintin, el elogio nunca viene sin dardo.
 Al hablar del epígrafe –una frase de Stendhal en latín- de la novela de Oloixarac dice: “la pedantería no es un pecado grave para los jóvenes escritores”.
No hagas que todos tus personajes sean Tom Hanks (Donna Tartt).
 No mojes tu escritura echándole Sprite (Toni Morrison).
 Cada vez que escribas pregúntate si esa escena puede transcurrir en un globo aerostático (Haruki Murakami).
 Cada vez que introduzcas a un personaje no digas necesariamente que lleva pantalones (Zadie Smith).
 Cuando hagas un personaje realmente vivo, mátalo antes de que intente escapar (Jonathan Frazen). Algunos de los ocho absurdos consejos para jóvenes escritores recopilados por Clickhole.
El mejor de todos es el que George Saunders recibió del fóbico social Don DeLillo: “Si vuelves a entrar a mi casa y usar mi piscina llamaré a la policía”. Anotado.
En el 2005 se creó el bienal Man Booker Price para autores de todas las lenguas, una suerte de pequeño Nobel.
El último ganador fue el escritor húngaro László Krasznahorkai, quien se unió a otros ganadores como Ismail Kadaré, Chinua Achebe, Alice Munro, Philip Roth y Lydia Davis.
 Sin embargo, se ha anunciado un pequeño cambio (ellos llaman “evolución”) en las reglas de juego de este premio: ya no se otorgará a cualquier autor, sino solo a aquellos que han sido traducidos al inglés.
 El premio se repartirá entre el autor y el traductor.
Además, será anual.
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