Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 ene 2013

La banalidad del mal, 50 años después

Una película sobre Hannah Arendt reconstruye una polémica de hace medio siglo

Su crónica del juicio en Jerusalén contra el jerarca nazi Adolf Eichmann provocó controversias.

 

El nazi Adolf Eichmann, en la prisión de Teggart (Israel), en un descanso de su proceso. 1961. / AFP
Una de las grandes polémicas intelectuales del siglo XX cumplirá pronto 50 años. El 16 de febrero de 1963 la revista The New Yorker dedicó 73 páginas a una crónica del juicio que había condenado a muerte en Jerusalén al teniente coronel de las SS Adolf Eichmann, encargado del transporte a los campos de concentración y exterminio. El texto era la primera de cinco entregas y lo firmaba Hannah Arendt, la pensadora alemana de origen judío que en 1951 había entrado en la historia de la filosofía con Los orígenes del totalitarismo.
La aparición del reportaje desencadenó una tempestad de acusaciones ancladas en dos puntos. Por un lado, el papel que los líderes judíos habrían jugado en la elaboración de las listas de deportados. Por otro, la idea de que Eichmann no era un ser demoniaco sino un diligente funcionario, lector de Kant, alérgico a la violencia y empeñado en cumplir las órdenes, un ser banal al que la irreflexión “le predispuso a convertirse en el mayor criminal de su tiempo”. Informe sobre la banalidad del mal fue precisamente el subtítulo que la politóloga puso a su crónica cuando, meses después, se convirtió en el libro Eichmann en Jerusalén. Existe Traducción española de Carlos Ribalta en Lumen y Debolsillo y Taurus ha publicado una versión reducida en su colección Great Ideas. Es todo un síntoma que Hannah Arendt (Hannover, 1906-Nueva York, 1975) sea la única mujer estudiada individualmente por Nigel Warburton en Una pequeña historia de la filosofía, recién publicada por Galaxia Gutenberg en traducción de Aleix Montoto. También lo es que el capítulo que le dedica esté centrado en el libro de 1963.
Casi medio siglo después, la polémica en torno a aquella obra sirve también de columna vertebral a la película de Margarethe von Trotta Hannah Arendt, que no tiene prevista fecha de estreno en España, pese a haber obtenido la Espiga de Plata en la última Seminci (Semana de Cine de Valladolid). Si Von Trotta fue musa de Fassbinder, la musa de Von Trotta es Barbara Sukova, impecable en el papel de la filósofa. La Hannah Arendt de Von Trotta arranca con el secuestro de Eichmann a cargo de los servicios secretos israelíes en Argentina, donde vivía de incógnito, y recurre a imágenes de archivo para reconstruir el juicio y al flashback para apuntar la relación de Arendt con Martin Heidegger, su maestro y amante antes de que este mostrara su apoyo al partido nazi y ella tuviera que huir a Francia para asentarse definitivamente en Nueva York. “Fuimos expulsados de Alemania porque éramos judíos. Pero apenas cruzamos la frontera francesa, nos convirtieron en boches”, escribió. “Aparentemente nadie quiere saber que la historia contemporánea ha creado una nueva clase de seres humanos: la clase de los que son confinados en campos de concentración por sus enemigos y en campos de internamiento por sus amigos”.
Hannah Arendt, en los años 60. / Bettmann / CORBIS
En el número 370 de Riverside Drive transcurre la mayor parte del metraje de una película de ideas en la que el trabajo de los actores matiza lo abstracto de algunas discusiones.
 Junto a la propia Sukova-Arendt, brillan los encargados de interpretar a su segundo marido —Heinrich Blücher (Axel Milberg)—, a su gran amiga y defensora —la novelista Mary McCarthy (Janet McTeer)— o a su gran amigo y luego detractor Hans Jonas (Ulrich Noethen), condiscípulo de la pensadora en los cursos de Heidegger.
“No diga mi nombre en la misma frase que el de ese nazi”, dice él en el filme.
“La imagen que habían creado era la de un ‘mal libro’; ahora han de probar que fue escrito por una ‘mala persona”
, escribió Hannah Arendt al recordar las acusaciones que recibió
. Algunos insinuaron que su informe nacía del odio a su propia condición de judía.
No todos fueron tan sutiles:
 “¿Es nazi Hannah Arendt?”, se titulaba una carta colectiva publicada por Le Nouvel Observateur.
 La polémica es ya historia.
 No en vano, Von Trotta ha contado con la colaboración de los archivos sobre el Holocausto de Steven Spielberg, la Universidad de Jerusalén y la Organización Sionista Mundial.
Fuera del cine, el interés por la obra de Hannah Arendt no ha parado de crecer
. Amén de sus obras filosóficas, solo en España hay disponibles tres biografías suyas y parte de su correspondencia
. A ellas acaba de sumarse La batalla de las cerezas. Mi historia de amor con Hannah Arendt (Paidós. Traducción de Alicia Valero), que recoge los apuntes que su primer marido, Günther Anders, tomó cuando eran una pareja de recién casados que discutía a Leibniz en una habitación subalquilada de Drewitz.
 Siempre pegada a un cigarrillo, “profunda, insolente, alegre, mandona, melancólica, danzarina”, así retrata Anders a la mujer con la que se casó en 1929 y de la que se divorció en 1937.
 En 1940 ella se casó con Blücher
. Ese año fue recluida en el campo de internamiento de Gurs, en el sur de Francia.
 Allí vivió sus mayores crisis, pero mantuvo la lucidez suficiente para desobedecer la orden que obligaba a los judíos a registrarse en una prefectura.
Había aprendido a desconfiar de la policía francesa, decía, leyendo novelas de Simenon. Hannah Arendt se convirtió en apátrida, pero salvó la vida.
Aquel registro se convirtió para muchos en el pasaporte hacia los campos de exterminio.
 A ellos fueron deportados, entre otros, parte de los 6.000 judíos que habían sido transitoriamente enviados a Gurs por un puntilloso funcionario llamado Adolf Eichmann.

El Cervantes se aprieta el cinturón

El Instituto presenta su programación cultural en un esfuerzo de austeridad

Víctor García de la Concha, director de la institución, asegura que no habrá un ERE ni se cerrarán centros.¿y Por qué? si a todos les mandan apretar el Cinturón, que tiene el Instituto Cervantes para que a ellos no?

El director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha. / Gorka Lejarcegi

El Instituto Cervantes, como la mayoría de instituciones culturales dependientes de la administración, también ha sufrido una buena trasquilada este año. Unas transferencias, o el descenso de ellas, que afectan directamente a su capacidad de realizar propuestas culturales por el mundo.
 Pero hoy, su director, Víctor García de la Concha, y la directora de Cultura del ente, Montserrat Iglesias, han presentado el programa para 2013 al son del mantra de que la institución no es solo una gran academia de español en el mundo.
Y que pese a los recortes, "a los malos tiempos", se mantendrá la excelencia y una programación parecida a la del año anterior
. Pero la realidad es que ha habido que ajustar y buscar nuevas fórmulas de financiación
. El programa, ha recalcado de la Concha, no será “tan amplio como en años anteriores”.
El presupuesto total disminuirá de 86 a 83 millones de euros
El presupuesto total disminuirá de 86 a 83 millones de euros.
 Y eso es en parte una buena noticia.
 Porque pese a que el recorte en las transferencias ha sido del 37%, se ha logrado que el tajo quedase en el 13,9% reduciendo gastos (se han suprimido iniciativas como la televisión del Cervantes) y aumentando los ingresos propios, especialmente en las matrículas y cuotas en las clases de idioma.
 Uno de los resultados del ajuste es que los centros se autofinancian ya actualmente en un 53% (antes solo lo hacían en un 33%).
García de la Concha, ha asegurado a este periódico que “no hay ninguna previsión de cerrar ningún centro ni hacer un ERE sobre parte de la plantilla”.
 Además, se centralizará gran parte de la programación para tener un mayor control y eficiencia del gasto. Los centros que se encuentren en Latinoamérica contarán también con una mayor colaboración de las instituciones locales para la programación cultural.
Se centralizará gran parte de la programación para tener un mayor control y eficiencia del gasto
Pese a todo, el Cervantes pretende seguir con su expansión en Asia y en EEUU.
 Pero se han acabado las inversiones en inmuebles que alberguen al Instituto.
 Más allá del nuevo centro que se prevé abrir en Miami (aprovechando el final de un contrato de un Centro Cultural Español en esa ciudad), a partir de ahora se buscará penetrar en las nuevas ciudades a través de universidades, según el propio director de la institución.
Algo que ya hacen el Goethe Institute o el British Council.
 El mecenazgo, como no, es otra baza que pretende jugar el Cervantes.
 En países como EEUU ya se están obteniendo recursos por esa vía. En España, “será mejor cuando se apruebe una ley”, ha señalado de la Concha.
Las actividades programadas para este ejercicio centran su atención, al igual que en años anteriores, en la literatura, el cine, la música, el teatro, la danza, el arte, la historia o la divulgación científica.
 Sin embargo, se ampliará la colaboración con eventos ya existentes como PhotoEspaña, el Festival Ñ o el Getafe Negro para optimizar más los recursos.
 Al final, el acto de esta mañana, en el que la pianista Rosa Torres-Pardo y la cantaora Rocío Márzquez han ofrecido un recital, ha sido, según Montserrat Iglesias, una mirada optimista al futuro
. Un llamamiento a hacer más con menos.
 Como en el resto del país.

 

El cine español festeja una de sus cosechas más brillantes Rocío García Los premios del cine español llegan a su 27ª edición en medio de la polémica por los recortes a la Cultura y la subida del IVA. Pese a ello, en 2012 las películas españolas consiguieron un 17.9% de la recaudación total y la gran fiesta del 17 de febrero se celebrará con la cifra recaudatoria más alta desde que se entregan estos galardones. Los premios Goya 2012 se concederán en un hotel a 11 kilómetros del centro de Madrid

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    Blancanieves

    18 candidaturas
    Película
    Blancanieves
    Director
    Pablo Berger
    Guion original
    Pablo Berger
    Música original
    Alfonso de Vilallonga
    Actor protagonista
    Daniel Giménez Cacho
    Actor de reparto
    José María Pou
    Actor revelación
    Emilio Gavira
    Dirección de producción
    Josep Amorós
    Dirección de producción
    Josep Amorós
    Montaje
    Fernando Franco
    Diseño de vestuario
    Paco Delgado
    Canción original
    No te puedo encontrar
    Actriz protagonista
    Maribel Verdú
    Actriz de reparto
    Ángela Molina
    Actriz revelación
    Macarena García
    Dirección de fotografía
    Alain Bainée
    Maquillaje y/o peluquería
    Sylvie Imbert, Fermín Galán
    Efectos especiales
    Reyes Abades, Ferrán Pique 
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    Pablo Berger
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    Daniel Giménez Cacho
    Actor de reparto
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    Actor revelación
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    Dirección de producción
    Josep Amorós
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    Maribel Verdú
    Actriz de reparto
    Ángela Molina
    Actriz revelación
    Macarena García
    Dirección de fotografía
    Alain Bainée
    Maquillaje y/o peluquería
    Sylvie Imbert, Fermín Galán
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    Reyes Abades, Ferrán Piquer
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    Grupo 7

    16 candidaturas
    Película
    Grupo 7
    Director
    Alberto Rodríguez Librero
    Guion original
    Rafael Cobos López y Alberto Rodríguez Librero
    Música original
    Julio de la Rosa
    Actor protagonista
    Antonio de la Torre
    Actor de reparto
    Julián Villagrán
    Actor revelación
    Joaquín Núñez
    Dirección de producción
    Manuela Ocón
    Montaje
    José M. G. Moyano
    Diseño de vestuario
    Fernando García
    Sonido
    Daniel de Zayas Ramírez, Nacho Royo-Villanova, Pelayo Gutiérrez
    Actriz revelación
    Estefanía de los Santos
    Dirección de fotografía
    Álex Catalán
    Dirección artística
    Pepe Domínguez del Olmo
    Maquillaje y/o peluquería
    Yolanda Piña
    Efectos especiales
    Pedro Moreno, Juan Ventura

Abdicar, un verbo difícil de conjugar


De derecha a izquierda la reina Beatriz, el príncipe heredero Guillermo y su esposa, Máxima Zorreguieta, saludan desde el palacio Noordeinde de La Haya (Holanda). / JASPER JUINEN (EFE)

Beatriz de Holanda ha abdicado con la sobriedad y eficacia que ha mostrado durante sus 33 años de reinado. Su alocución a la patria fue concisa y con dos mensajes claros: ha llegado el momento del relevo y su heredero, el futuro rey Guillermo, de 45 años, está preparado.
Concluido su discurso televisado, sonó el himno nacional.
 Nada más
. Ni aplausos del Parlamento, ni reverencias del Consejo de Estado.
 Tampoco abrazos de sus allegados o escenas familiares. La soberana estaba sola y segura del paso que había dado.
Casi siete millones de sus compatriotas la vieron despedirse.
 Luego corrieron a llenar las redes sociales de alabanzas: “Ha hecho un trabajo impecable”, y “es el momento adecuado para saludar a la nueva generación”, fueron los mensajes más repetidos.
 Respetada a título personal, Beatriz deja la corona en un momento álgido de popularidad.
Ha cumplido asimismo con el rito de sus antepasadas, las reinas Juliana, Guillermina y Emma, que abdicaron (Emma fue regente hasta la mayoría de edad de Guillermina) sin problemas.
No es que la monarquía holandesa tome a la ligera el servicio que presta.
 Al contrario
. Lo ejerce a fondo para asegurar la sucesión, y se marcha con la soltura —y melancolía— propia de las jubilaciones.
 Pero no todos los reyes consideran apropiado jubilarse.
 También es cierto que Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Noruega, las grandes coronas europeas junto con España, afrontan retos diversos.
 El Gran Ducado de Luxemburgo y el Principado de Liechtenstein, pequeños, estables y muy ricos, han hecho ya su recambio. El gran duque Enrique, en 2000, y el príncipe Hans Adam, en 2004, respectivamente.
 Este último permanece como jefe de Estado, pero delegó en 2004 sus poderes en su hijo Alois.
 Los demás reyes y reinas, coetáneos de la holandesa Beatriz, siguen en activo.
Algunos, como Isabel II de Inglaterra y Juan Carlos I de España, ya han dicho que piensan seguir hasta el final, “con la misma dedicación e ilusión de siempre”.
 Ambos comparten una llegada al trono accidentada por las circunstancias políticas de ambos países.
 En el caso de la reina inglesa, su vida pertenece a la Historia y al celuloide, donde ha sido trasladada con gran éxito.
La película más reciente y premiada es El discurso del rey (2010), del británico Tom Hooper, que narra las dificultades de Alberto, futuro rey Jorge VI, tartamudo, para hablar en público. Jorge era el padre de Isabel y tuvo que suceder a su hermano, Eduardo VIII, que abdicó para casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson
. La crisis constitucional que ello generó se vio agravada por el delicado momento de la Europa de 1936. Para complicar aún más las cosas, tras la abdicación
, Eduardo de Inglaterra fue nombrado duque de Windsor y visitó Alemania en pleno ascenso nazi.
 La torpeza, y sus supuestas simpatías hacia Hitler, le valieron ser enviado a las Bahamas como gobernador
. El resto de su vida fue un retiro más parecido al exilio.
Isabel era entonces una niña de 10 años convertida en princesa heredera por un azar del destino. Su fidelidad al protocolo no le impedido admitir que su posterior coronación, en 1953, fue uno de los días más alegres y duros de su vida.
 Su padre, al que estaba muy unida y reinó durante 16 años, falleció de un cáncer de pulmón y ella tomo las riendas de la monarquía antes de cumplir los treinta.
 “Celebrar la coronación y recordar también al padre fallecido son sentimientos encontrados”, explican círculos reales cuando se aproximan los aniversarios.
A los 87 años, Isabel II lleva seis décadas en el trono de Inglaterra y los fastos del reciente jubileo no han dejado lugar a dudas: no abandonará.
 Su país es una democracia estable capaz de asumir una sucesión en vida, pero recuerda las turbulencias de su infancia. Superado el terrible bache de popularidad sufrido por su lenta reacción ante la muerte de Diana de Gales, su reciedumbre ha convertido a Carlos de Inglaterra, príncipe de Gales, en el heredero más longevo de Europa.
Tiene 64 años, dos hijos varones, Guillermo y Enrique, y lleva 44 a la espera. Su segundo matrimonio fue con Camilla Parker-Bowles, una novia de juventud y posterior amante, actual duquesa de Cornualles. Eso sí, la monarquía inglesa sigue generando enorme interés y es uno de los mayores reclamos turísticos del país.
 Los Windsor llevan tanto tiempo en el londinense palacio de Buckingham, que sus rostros son reconocibles para generaciones enteras de europeos.
Aún es pronto para saber si cundirá el ejemplo de Beatriz de Holanda
Juan Carlos I de España tiene la misma fortaleza moral que Isabel de Inglaterra
. Comparte asimismo un duro acceso al trono agravado, en su caso, por las imposiciones de la dictadura franquista para reinstaurar la monarquía. Nieto de Alfonso XIII, que abdicó y se marchó al exilio tras la proclamación de la II República, “Juanito” —su apelativo familiar— nació en Roma en 1938.
Su padre, Juan de Borbón, fue el jefe de la Casa Real de España entre 1941 y 1977, cuando renunció a sus derechos dinásticos en su favor.
El hecho, relevante desde el punto de vista histórico, fue también singular. Juan Carlos I había sido proclamado rey dos años antes, el 27 de noviembre de 1975, a la muerte de Franco. Viendo que no reinaría, Don Juan de Borbón facilitó la continuidad de la dinastía.
La travesía del rey español, gran aficionado al mar, fue larga, penosa y cargada de simbolismo.
 Superada con éxito la transición política, su momento estelar, asentada la democracia, y a los 75 años, sus convicciones le han llevado a asegurar que seguirá en su puesto. Felipe de Borbón, príncipe de Asturias y futuro rey, tiene 45 años, dos hijas, las infantas Leonor y Sofía, y una esposa entregada, Letizia.
Sus regios tocayos europeos comparten generación y aguardan también el momento del cambio. El caso de Felipe de Bélgica, de 52 años, tal vez sea el más delicado.
 A la muerte de su tío, el respetado rey Balduino, ocurrida en Playa Granada, Motril, en 1993, no pareció oportuno coronar todavía a un sobrino treintañero. La reforma federalista del país y las tensiones entre Flandes y Valonia, en plena ebullición en la décadas de los 90, inclinaron la balanza hacia su padre, Alberto II.
 De 78 años, para sorpresa de sus compatriotas es una figura popular que sirve de nexo entre las enfrentadas comunidades nacionales.
 De su abdicación no se habla, por ahora. Entretanto, su hijo Felipe, duque de Brabante y todavía un enigma para muchos, espera junto a su esposa, la princesa Matilde, y sus cuatro hijos.
Margarita de Dinamarca, de 72 años, heredó el trono a la muerte de su padre, el rey Federico IX, cuyo rechazo a la ocupación nazi del país le valieron la gratitud general. Como en Holanda, la realeza danesa va en bicicleta, y Margarita acompañaba a su progenitor por las calles de Copenhague. De gran formación humanista y excelente pintora, en 1953 fue abolida la ley sálica en su país para que las mujeres pudieran reinar. Lleva 41 en el trono, y en estos momentos, es una de las soberanas más populares de Europa.
 Como en el Reino Unido, el tirón popular de la Casa Real danesa genera divisas para su país. El año pasado, los fastos del 40 aniversario de su coronación congregaron al resto de la realeza europea.
El príncipe Federico, de 44 años, casado con la abogada australiana Mary Donaldson, con la que tiene dos niños y dos niñas, aguarda asimismo la llamada del trono.
Todos los herederos han recibido una educación esmerada y han elegido libremente a sus parejas
La casa real Noruega, otra monarquía constitucional, tiene en el trono a Harald V desde 1991. A sus 75 años, el rey estuvo a punto de renunciar si no le dejaban casarse con Sonia Haraldsen, una joven burguesa que se convirtió en la reina consorte.
 Las leyes noruegas son contundentes en el recambio real.
 Se produce tras la muerte del rey en cuestión. Harald sucedió a su padre, el rey Olaf, el 17 de enero de 1991.
 Dada la claridad de la normativa, su hijo, Haakon Magnus, de 39 años, es el joven heredero con el futuro más claro
. Casado con Mette Marit Tjessem Hoiby, una madre soltera, ella protagonizó el acto de contrición más sonado de las casas reales.
 Antes del matrimonio, apareció en la televisión noruega reconociendo los errores de un pasado turbulento, drogas incluidas, y ha trabajado duro para ganarse el respeto de sus compatriotas.
Tienen dos hijos propios.
Suecia es la otra monarquía constitucional europea y aquí el polémico no es el heredero, sino el propio rey. A sus 66 años, Carlos Gustavo XVI ha reconocido relaciones extramaritales, juergas y visitas a clubes de dudosa reputación. Su padre, Gustavo Adolfo Bernadotte, murió en un accidente de aviación cuando él tenía un año. Fue coronado en 1973.
 Como en Noruega y Dinamarca, pasada la tragedia de la II Guerra Mundial, el país ha logrado una gran estabilidad económica y social.
Las atribuciones del rey sueco son protocolarias y simbólicas, mucho más que en el resto del continente, y no muestra intención de abdicar.
 A Victoria, la princesa heredera, de 35 años, le franqueó el camino la abolición de la ley sálica en 1977
. En 2010 contrajo matrimonio con el plebeyo Daniel Westling
. Tienen una hija, Estela, de un año.
Todavía es pronto para saber si cundirá el ejemplo de la retirada de la reina Beatriz de Holanda, pero dos características igualan a los diversos herederos.
 Todos han elegido libremente a sus parejas y han recibido una educación esmerada
. Sus edades rozan la cincuentena. Un momento decisivo.