Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

30 nov 2012

Las Bibliotecas Ideales

La biblioteca ideal de Patti Smith & co.

Por: | 30 de noviembre de 2012
Patti_Smith
Los volúmenes de la biblioteca ideal de Patti Smith.
La ilustradora Jane Mount comenzó a documentar bibliotecas ajenas en 2007. 
Su propósito, dice, nunca fue inmortalizar cubiertas y lomos, sino retratar a las personas poseedoras de esas bibliotecas a través de sus libros. En 2010 la periodista Thessaly La Force, que por entonces trabajaba en The Paris Review, le hizo una entrevista a propósito de una exposición que iba a inaugurar en San Francisco.
 Fue entonces cuando decidieron aliarse para trabajar en un libro, My Ideal Bookshelf, que reuniera las bibliotecas ideales de distintos personajes del mundo de la literatura, la gastronomía, el cine, etc.
 A todos ellos les preguntaron cúales eran sus libros favoritos, y en sus respuestas no sólo encontramos los títulos en cuestión, también qué significan para ellos esas obras en particular y la literatura en general. 
Patti Smith cantante, poeta, artista
"De pequeña me sentaba a los pies de mi madre y miraba cómo bebía café y fumaba cigarrillos con un libro sobre su regazo
. Su ensimismamiento me intrigaba.
 Aunque todavía no iba a la escuela, me gustaba mirar sus libros, sentir el papel y jugar con las cubiertas.
 Quería saber qué había en ellas para que atrapasen la atención de esa forma tan profunda.
 Cuando mi madre descubrió que había escondido un ejemplar carmesí del Libro de los mártires de Foxe detrás de la almohada con la esperanza de absorber su significado, inició el laborioso proceso de enseñarme a leer. [...] 
Cuando ya no necesité más instrucción, me permitía que me sentase con ella en nuestro abarrotado sofá, ella leyendo Las sandalias del pescador y yo Las zapatillas rojas... Ese libro me fascinó. Ansiaba leer todo lo que pudiera, y todas las cosas que leía me producían nuevos anhelos".
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James Franco actor, director, guionista 
"Mi padre me regaló Mientras agonizo [en inglés, As I lay dying] a los catorce años.
 Me encantó la estructura, el estilo, pero también los personajes. Estoy muy acostumbrado a saber cosas de las personas a través de las conversaciones, y este libro es un gran ejemplo de cómo se puede entender a una persona de forma diferente.
 Mientras agonizo es como un puzzle.
 Al leerlo en la adolescencia me resultó mucho más difícil comprender lo que Faulkner trataba de hacer, así que se convirtió en un misterio y me obsesioné con él, quería desentrañarlo.
 Creo que transformar un libro o un poema en una película es un proceso similar".  
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Daniel Alarcón escritor

"Contar historias siempre ha formado parte de mi familia.
 Si yo hubiera decidido ser abogado mis padres se hubieran extrañado.
 Ser escritor era totalmente aceptable. Teníamos muchísimos libros en casa. Escribí mi primera historia seria a los dieciséis años. Y por 'seria' quiero decir terrible, ilegible y pretenciosa. 
Mis padres dicen que antes de saber escribir o leer, le dictaba historias a mi hermana".
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Jennifer Egan escritora *
"Supe que quería ser escritora cuando ya había leído buena parte de estos libros. Pero en todos los casos me hicieron pensar 'Vaya, puedes hacerlo'.
 Aunque no siento una influencia directa -me gustaría que me hubieran influenciado todos estos libros, pero no soy quien para juzgar si lo han hecho o no-, siempre me inspiran.
 Me recuerdan de lo que es capaz la novela.
 Yo siempre pienso sobre Tristram Shandy y Don Quijote. 
Todas las innovaciones que se han introducido en la novela desde entonces ellos ya las habían visto o incluso superado".  
* La editorial Minúscula publicó el año pasado El tiempo es un canalla (ganador del Premio Pulitzer de Ficción 2011), el único libro de la autora estadounidense que se ha traducido al español.
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David Sedaris escritor
"Yo no leía mucho en el colegio
. Fue necesario que dejase la universidad y me fuese a vivir yo solo a una caravana en un pequeño pueblo de Oregon (tenía mucho tiempo libre y nadie con quien hablar) para hacerme un carné de la biblioteca y empezar a leer. Recuerdo que leí Babbitt porque estaba en la lista de lecturas del instituto. 
Y me di cuenta de que si no había que escribir una redacción a posteriori leer era bastante increíble. [...] A veces charlo con curas y siempre les digo: 'Si tuviera una iglesia, leería una historia de Tobias Wolff cada semana y luego le diría a la gente, 'Iros a casa'. No sería necesario decir nada más. Cada historia es un manual sobre cómo ser una buena persona".
Todas las imágenes son cortesía de la editorial.

Costa-Gavras: “Hoy en día, Europa ya es solo un gran supermercado”

A propósito del estreno de su última película, 'El capital', el director analiza la difícil situación que atraviesa la democracia.

El director Constantin Costa-Gavras, en el Festival de San Sebastián. / JESÚS URIARTE
¿Por qué cada mañana el mundo entero se levanta pendiente de la felicidad o la angustia de los mercados? ¿Hasta cuándo consentiremos que la política esté sometida a los poderes económicos? ¿Por qué la crisis provoca más pobreza a los pobres y más riqueza a los ricos?
¿Es que nadie va a parar la avaricia de los bancos?
 A Costa-Gavras (Loutra-Iraias, 1933) no le gusta dar lecciones.
 Él, dice, se limita a retratar la realidad, en este caso una realidad cruel sobre el poder de la banca, el ansia por el dinero y el desprecio por el ciudadano de la calle: las estafas, los despidos, los apaños financieros, los beneficios indecentes, la especulación..
. El capital, el filme que se estrena hoy en España, narra la ascensión de un lacayo de la banca en el feroz mundo del capital.
No es Constantin Costa-Gavras hombre de andarse por las ramas.
 De mirada valiente y comprometida, el realizador de títulos míticos del cine político como Z, Estado de sitio o Desaparecido, tiene clavada desde hace años una frase que le soltó un alcalde de una población francesa.
 “No se puede hacer nada, la economía lo dirige todo. Bueno, sí, todavía podemos cambiar los nombres de las calles”.
 La amargura le llevó a investigar y estudiar en torno a esta reflexión trágica sobre el totalitarismo de la economía.
Su encuentro con dos libros, Le capitalisme total, un ensayo del banquero Jean Peyrelevade y, sobre todo, con Le capital, la novela de Stéphane Osmont, un profundo conocedor del mundo financiero, le decidió a llevar esta historia feroz al cine
. El capital, que se presentó en el último Festival de Cine de San Sebastián, donde se hizo esta entrevista, está protagonizada por Gad Elmaleh, el cómico francés que se enfrenta por primera vez a un personaje trágico.
No cree Costa-Gavras que los bancos sean los únicos causantes de esta crisis que se ha cebado con Europa.
 “Estamos ante una crisis política, que empezó por la construcción de la Unión Europea.
 Europa no se construyó en el plano político ni social, sino teniendo en cuenta únicamente la economía. Europa es solo un gran supermercado, en el que todo el mundo entra a comprar y vender.
 Y así ha llegado la explosión, como se puede ver en mi país de origen, Grecia, o aquí en España”, asegura. “Es muy emocionante comprobar que el público comparte tus intereses, pero eso es algo totalmente imprevisible. Yo hago cine con historias que me interesan, que me tocan profundamente”.
Pregunta. ¿Qué papel han jugado los políticos en esta crisis?
Respuesta. Los políticos están sometidos completamente a los mercados y a la economía.
 Son los economistas y el mundo financiero quienes dirigen hoy los países y, en concreto, la Unión Europea. Los políticos ya no tienen el poder, se han dejado dirigir por los economistas.
P. ¿Podrán los políticos recuperar ese poder?
Los políticos ya no tienen poder, se han dejado dirigir por los economistas”
R. No lo creo
. Todos los especialistas con los que he hablado para hacer esta película tienen una opinión muy pesimista. Tienen muy claro que la economía se escapa a todo, lo domina todo. Ya no hay lugar para la política. De lo único que se habla en Europa es sobre la subida o bajada de los mercados, de su inquietud. Pero, ¿quién sabe qué es el mercado?
 El mercado es una abstracción.
 Además, la economía está muy dirigida en todo el mundo por los bancos estadounidenses que van por libre, sin ningún tipo de ataduras o regulación.
Hacen lo que quieren con la economía europea.
P. ¿De quién es la culpa de este sometimiento a la banca de Estados Unidos?
R. Por supuesto que de Europa, que se ha dejado someter
. La propia canciller Angela Merkel dijo que la democracia tiene que adaptarse a los mercados. La Europa del Norte está empobreciendo a los países del Sur. Son los pobres quienes están sufriendo las consecuencias de esta situación.
P. Usted fue uno de los firmantes en Bruselas en contra de los recortes en cultura. ¿Qué se puede esperar de una Europa tan empobrecida en este sector?
R. Es lo peor de todo.
 Europa es un continente que ha pasado por todo, lo mejor y lo peor
. Frente a la filosofía, las artes, la democracia están los campos de concentración.
 Lo único que puede salvar a Europa es la cultura y la educación por encima de la economía. Europa es el continente que puede ofrecer al mundo eso, frente a una América que solo está pendiente del éxito y el dinero.
No se puede perder el camino de la cultura y la educación.
Lo contrario sería triste y trágico.
Como griego sabe de tragedias, pero también de la tradición francesa del gran espectáculo. En esa combinación es donde se encuentra a gusto Costa-Gavras.
“Mi único compromiso es una cierta ética, junto con la realización de un espectáculo interesante, en la línea de Sófocles o Molière”.

 

El triunfo poético de la desobediencia

José Manuel Caballero Bonald, poeta, narrador, memorialista y ensayista andaluz, obtiene a los 86 años el reconocimiento más importante de las letras españolas.

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FOTO Y VÍDEO: SAMUEL SÁNCHEZ
“Yo soy un escritor de la estirpe de los desobedientes. De la línea que en España viene de Góngora, que le gusta inventar en contra de la tradición; no soy heredero de la literatura de la posguerra, realista, naturalista. Me siento más unido a esa tradición latinoamericana de autores como Lezama, Rulfo, Carpentier… de la tierra donde he vivido tantos años”.
Son las 61 palabras con las que se autorretrata José Manuel Caballero Bonald, tres horas después de que el ministro de Educación Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, lo llamara para comunicarle que había sido distinguido con el Premio Miguel de Cervantes 2012.
Era la una y media de la tarde y el poeta andaluz de 86 años (Jerez de La Frontera, 1926) estaba en su casa de Madrid, precisamente, revisando un artículo de Cervantes que incluirá en el libro que saldrá en enero titulado Oficio de lector (Seix Barral), donde reúne sus reseñas, conferencias y prólogos que revelan sus predilecciones literarias
. Una noticia con doble efecto inmediato: orgullo y la mejoría de un catarro que arrastra desde hace 10 días.
“Me emociona, y yo soy muy llorón, sobre todo porque es un premio que recompensa y corona una vida entera dedicada a la literatura.
 Era mi turno”, reconoce este poeta, narrador y ensayista que con este premio clausura un año especial porque hace 60 publicó su primer poemario, Las adivinaciones, y hace 50 debutó en la novela con Dos días de septiembre.
  Hechos que destacó el académico Darío Villanueva, miembro del jurado en la lectura del fallo: “Su primera dedicación fue poética y la ha mantenido viva hasta hoy.
 No ha guardado la pluma y sigue presente en nuestro repertorio.
 Fue evolucionando hacia una novela que nunca renunció a la poesía de la palabra, es un fabulador de historias y un maestro en el uso del idioma”.
Pertenece a una estirpe de escritores activos, inquietos y sin miedo a la exploración de las palabras por su significado y sonido en busca de borrar las fronteras de los géneros literarios
. Uno de los sobrevivientes de la llamada “generación de los años cincuenta” de la cual forman parte autores como Juan García Hortelano, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente o Claudio Rodríguez.
Literatura, Latinoamérica, influencias, Cervantes y el discurso que daría y la mirada sobre el presente son los aspectos sobre los que Caballero Bonald habla, sentado en su mecedora, en una esquina del salón, con una voz musgosa por el catarro, pero sin perder su habitual redondez y claridad en la pronunciación.
“Esa generación del cincuenta ha sido valorada de manera intermitente por los críticos.
 No ha tenido un enfoque serio. No creo en los grupos, creo en los nombres propios, y en este caso Barral, Valente, Claudio Rodríguez o Francisco Brines.
Poetas que han dado a la poesía del siglo XX un giro nuevo. Han aprovechado la enseñanza de los del 27 y han hecho cosas tan valiosas como ellos”.
Y brota la evocación con la amistad que los unía hasta topar con su propia poesía:
“No tengo mucho que ver con la tradición del realismo de Galdós o Baroja.
 Me distancio del sencillismo y escritura de vuelo rasante que es una copia de la realidad y le falta interpretación. Me siento más cerca de América Latina: mi padre era cubano, viví en Colombia, recorrí el continente, allí hice mis primeros amigos literarios y descubrí a esos autores que no temen explorar.
 Todo gran escritor es un gran desobediente”.
Mientras sus palabras siguen creando su autorretrato personal y literario, los teléfonos no dejan de sonar, incluido el timbre, pero ahí está Pepa Ramis, su esposa, despejando la vorágine, y a quien dedica el premio; para luego hablar de sus primeras pasiones:
“Los latinos. Desde que era joven leía a Horacio, a Virgilio… Cuando traducía latín me resultaba placentero e inigualable.
 Quizá haya restos de todo eso en mi poesía. ¡Yo soy sobre todo poeta y memorialista! En cambio, soy novelista de producción discreta. La novela me ha interesado a ráfagas.
 De mi obra novelística solo salvo Ágata ojo de gato porque tiene mucho de mi poesía y búsquedas. Las otras son ejercicios literarios discretos”.
No así Entreguerras (Seix Barral), su libro de enero pasado, una suerte de autobiografía de casi 3.000 versos que transmiten el ritmo del flujo torrencial de los recuerdos y la memoria. Ha anunciado que es lo último:
“No me queda tiempo para plantearme un libro a largo plazo
. Pero no podré escapar de dos palabras que busquen juntarse para crear un verso. Las depositaré en la memoria y no podré resistirme a no escribir un poema”.
Hasta que hace una confesión sobre el Premio Cervantes y el discurso que dictará el 23 de abril:
“Es un premio en el que uno piensa intermitentemente.
 Todos los escritores lo hacen. Y yo tengo por ahí un texto sobre Sevilla y Cervantes, donde sus pasos por aquella gran Babilonia del XVI y XVII.
 La poesía de Cervantes ha sido mal entendida y menospreciada. Con Cernuda pensábamos que era un gran poeta. Alguien que escribió El Quijote es un buen poeta”.
Las palabras de Caballero Bonald deambulan por los territorios cervantinos hasta retornar al de sus deudas literarias a través de lo que ha estudiado y sido en sus 86 años:
“¿Náutica? Se hacen ejercicios de cálculo de navegación. Y yo tengo una secreta vocación por las matemáticas. Eso era lo que hubiera querido ser.
 La poesía es música y matemáticas. Para eso me ha servido, para aplicar cierto rigor en la estructura poética. En cambio, la astronomía no me ha servido para nada. Menos aún Filosofía y Letras porque la facultad donde estudié era inservible.
 Lo mío es la vida contemplativa. Es mi vocación.
 Me gusta ver pasar la vida debajo de un árbol…”.
En ese mirar la vida, su descripción del presente en España es como uno de sus últimos versos:
 “Me produce zozobra creciente.
 Estamos en un camino tenebroso. No se sabe qué ocurrirá mañana que no haya pasado ya.
 Son los umbrales de la catástrofe”.

 

Tamara y Moncho - Perfidia