Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

31 ago 2011

La nave que viaja a Júpiter fotografía la Tierra y la Luna

La 'Juno' ha recorrido ya 10 millones de kilómetros .
La nave interplanetaria Juno que se dirige a Júpiter ha recorrido ya unos 10 millones de kilómetros (9,6 millones el pasado viernes), según informa la NASA, y ha enviado una foto de la Tierra y la Luna tomada a esa distancia.
 El vehículo fue lanzado al espacio el pasado 5 de agosto y, pese a cubrir en menos de un día la distancia de la Tierra a la Luna (casi 384.000 kilómetros), tiene todavía por delante un viaje muy largo, de cinco años, en los que recorrerá 2.800 millones de kilómetros hasta llegar al planeta gigante.







Ilustración de la nave automática interplanetaria Juno sobre una imagen de fondo del planeta Júpiter.- NASA



Los expertos de la misión dedican las primeras semanas de vuelo a realizar pruebas exhaustivas y calibraciones de todos los instrumentos de a bordo, y la fotografía de la Tierra y la Luna, tomada con la cámara JunoCam el 26 de agosto, forma parte esas pruebas.



En la imagen se distingue dos manchas blanquecinas, una más grande y brillante, el planeta, y otra pequeña y muy tenue, su satélite natural. "Es una visión extraordinaria que la gente ve muy raramente", ha comentado Scott Bolton, investigador principal de la misión Juno.
 "Esta imagen de la Tierra muestra como se ve desde fuera, ilustrando una perspectiva especial de nuestro papel y lugar en el universo.
 Es una humillante pero bella perspectiva de nosotros mismos".

Angelina Jolie dice a todo que no (Que mujer más guapa)

La actriz desmiente los rumores que rodean a su familia: no hay boda ni más hijos a la vista .

Cada vez que Angelina Jolie y Brad Pitt reciben un nuevo miembro en su numerosa familia, los rumores del próximo empiezan a poblar las páginas de los periódicos. Y cuando no es el fantasma de la separación el que los rodea, los medios aseguran que ahora sí que están a punto de contraer matrimonio.




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Cansada de tanta habladuría, Angie, como la llama su pareja, ha dejado claro en una entrevista con la edición estadounidense de Vanity Fair, que aparecerá en el número de octubre, que ni se casa ni está planeando agrandar aún más la familia.






"No estoy embarazada", asegura la actriz. "Y, de momento, tampoco vamos a adoptar". Y añade: "Tampoco hay boda secreta".




Lo que sí hay, según cuenta Angelina, es mucho nerviosismo a la espera del estreno de su ópera prima como autora y directora, In the land of blood and honey, película que creó "por casualidad" cuando estaba recuperándose de una gripe.



"Tuve que estar en cuarentena durante dos días para no contagiar a los niños", cuenta la actriz. "Estaba en el ático de una casa en Francia, totalmente aislada. No veo televisión y en ese momento no estaba leyendo nada, así que me puse a escribir".
De esos manuscritos nació la película que la tuvo a caballo entre Austria, Bosnia Herzegovina, Croacia y Alemania y cuyo estreno se espera para diciembre.






En cuanto a la relación con el padre de sus seis hijos, Jolie deja entrever que sigue reinando el amor, especialmente cuando se refiere a lo mucho que Brad Pitt la ha apoyado en todos sus proyectos y cómo la ayudó a perfeccionar su filme.






"Como cualquier mujer, siempre escucho sus críticas y pocas veces discuto", asegura. "Pero es difícil separar a la persona que te ama del crítico, así que no creo que él sea un jurado justo".

Diana de Gales...y todo esto ha pasado sin ti

A los 14 años de la muerte de la princesa Diana, la familia real británica y el entorno de la princesa han cambiado radicalmente .


Tenía 36 años, dos hijos pequeños, un divorcio reciente a cuestas, un novio nuevo y una familia política, cuanto menos, complicada.
 Pero el 31 de agosto de 1997, hace ahora justamente 14 años, su coche se estrelló en el parisino Pont d'Alma, matando a Diana Spencer, Lady Di, la que fue Diana de Gales y Princesa del Pueblo en mayúsculas; a su acompañante, Dodi Al Fayed, y al chófer que los llevaba, que conducía ebrio y demasiado rápido.
 En estos 14 años de ausencia el mundo de la princesa ha cambiado por completo, aunque su vida sigue siendo objeto de expectación -su muerte ha llenado páginas y páginas, tanto de periódicos como de libros- y sus pertenencias siguen rompiendo récords en las subastas.
Diana y Dodi siguen ocupando titulares: su padre, Mohamed, sigue rindiendo homenaje a la pareja año tras año y luchando en los tribunales y los medios de comunicación para demostrar que, en su opinión, el accidente en el que murió la pareja fue fruto de un complot en el que estaba involucrada hasta la propia familia real.








La reina de Inglaterra hace público el acuerdo de divorcio de Carlos y Diana

Kate: "Lady Di ha sido una gran inspiración para mí"

DIVORCIO PARA CHARLES SPENCER

Muere a los 101 años la reina madre de Inglaterra

Príncipe Harry de Inglaterra: "Diana nos hizo felices e hizo feliz a mucha gente"

El príncipe metepatas se despide

Funeral regio y entierro privado para Diana

La investigación de la muerte de Diana de Gales, en su fase final

Sarah Ferguson vende influencias

Carlos bate el récord de espera al trono británico


El que fue su marido, el príncipe Carlos, se ha casada con Camila, y en febrero batió el récord de espera como sucesor al trono británico



Isabel II ha tratado de modernizar la imagen de la monarquía: tiene web, Twitter y Facebook






Ahora las estrellas son Beatriz y Eugenia, hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, implicados en diversos escándalos



Guillermo y Catalina son el futuro de la casa: su historia de amor es completamente diferente

En este 2011, cuando Diana habría cumplido 50 años, se la ha recordado más que nunca: la boda de su primogénito, Guillermo, la ha devuelto a la memoria colectiva. Pero, ¿cuánto ha girado su mundo en todos estos años?



Camila y Carlos, una pareja reconocida



Diana Spencer se casó en 1981 y se divorció en 1996 del príncipe Carlos de Inglaterra, heredero al trono.
Lo que parecía un cuento de hadas se convirtió en una historia tortuosa con infidelidades de por medio y una siempre presente Camila Parker-Bowles, entonces amante del príncipe.
Ahora, Carlos se ha convertido en un personaje popular y Camila es la duquesa de Cornualles: su segunda esposa, aceptada por la reina Isabel II y por el pueblo.
El príncipe está centrado en su activismo ecologista y en aguardar a que llegue su turno: en febrero batió el récord de espera al trono británico, 59 años, dos meses y 13 días






La modernización de la reina






El papel de la reina Isabel II en estos 14 años ha cambiado en cuanto a sus apariciones públicas y su encuentro con los súbditos.
 La muerte de Diana la obligó a salir a las calles y mostrar su duelo por la fallecida, y tras ello la monarca ha tratado de darle un giro a la institución.
Presume de haber modernizado la imagen de los Windsor: Clarence House tiene página web y perfiles en Twitter y Facebook.
 Y la monarca -que el año que viene cumplirá 60 primaveras en el trono- se enorgullece de hasta jugar a la Wii.






Por su parte, el que fue suegro de Diana, Felipe de Edimburgo, se retiró de la vida pública el pasado noviembre, al cumplir los 90 años, y ya apenas aparece en público. Además, en 2002 falleció la Reina Madre a los 101 años.






Excuñados: entre divorcios, bodas y escándalos






Fue Diana quien presentó a su amiga Sarah Ferguson a su entonces cuñado, el príncipe Andrés. La cosa acabó en boda... y en divorcio.
La pareja se casó en 1986 y se separó en 1992. La relación entre la pareja ha sido cordial a lo largo de los años, quizá demasiado: los escándalos llegaron por los turbios negocios de la pareja.
Él ha sido acusado por estar implicado en supuestos lavados de dinero, y ella fue sorprendida (y grabada) al aceptar un soborno de un periodista disfrazado de empresario para que le pusiera en contacto precisamente con el príncipe Andrés.
Ahora las estrellas de todo evento social son sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia.






Además, Diana tiene ahora una nueva excuñada: el pequeño de los Windsor, el príncipe Eduardo, se casó en 1999 con Sophie Rhys-Jones.
Tienen dos hijos. Otra que ha contraído matrimonio es Zara Phillips, nieta mayor de la reina Isabel, hija de la princesa Ana.
Tenía apenas dos meses cuando Diana y Carlos se casaron.






Los líos de los Spencer






Tras la muerte de Diana, su hermano Charles ha actuado como representante de la familia y de la princesa, que fue enterrada en la finca familiar de Althorp, que él gestiona. A los pocos meses de morir su hermana él se divorció de su primera esposa, al exmodelo Victoria Lockwood, madre de cuatro de sus hijos: lady Kitty, las gemelas lady Eliza y lady Amelia y Louis, su sucesor. El conde Spencer se volvió a casar en 2001 con Caroline Freud, con la que tuvo dos hijos más. Se separó de ella en 2007.






Enrique, príncipe de la fiesta






"Mi madre nos hizo felices e hizo feliz a mucha gente.
Así queremos que sea recordada".
 El príncipe Enrique, que estaba a punto de cumplir 13 años cuando Diana murió, hablaba así de su madre en el décimo aniversario de su muerte.
Ahora se ha convertido en uno de los miembros más polémicos de la familia real británica, con su sucesión de fiestas, borracheras y novias de ida y vuelta.
Estudiante del prestigioso colegio Eton, Enrique realizó parte de su entrenamiento militar en Afganistán, país al que ha asegurado en más de una ocasión que le gustaría volver.






Guillermo y Kate: el futuro






Guillermo, el hijo mayor de Diana de Gales, se ha convertido este año en el estandarte de la familia Windsor.
Se ha casado en Westminster y con una mujer ajena a la realeza, como hicieron sus padres 30 años atrás.
 En todo lo demás, la historia de Guillermo y Catalina es completamente diferente a la de Carlos y Diana.
Este matrimonio es, como han declarado tanto él como su esposa, por amor.
La pareja lleva junta casi una década, se conoció en la Universidad y ha convivido antes de casarse.
 Kate es una mujer preparada y, pese a los intentos de comparación y a que ella misma ha reconocido la influencia de Diana, distinta a la princesa.
"No espero que Kate ocupe los zapatos de mi madre", explicó Guillermo el día de su pedida de boda, "quiero que ella tenga su propio futuro".
 Ya durante su noviazgo Guillermo exigió a la prensa no persiguiera a Kate tanto como hacía con su madre, y Clarence House pidió expresamente que se parara "persecución agresiva y potencialmente peligrosa".
Aun así, su hijo la ha tenido presente durante los preparativos del enlace: para la pedida de mano decidió utilizar el mismo anillo azul que le regaló su padre a su madre, hace 30 años.
 Y es que la historia, evitando repetirse, continúa.

Venecia: se ha cocinado un crimen

Un día entre libros y fogones con Donna Leon, una de las autoras de novela negra más exitosas .
."Muchas cosas han cambiado en Venecia en los últimos 40 años, y pocas para bien". Lo dice, y con conocimiento de causa, Donna Leon (Monclair, Nueva Jersey, 1942), una de las escritoras estadounidenses de género negro más populares del mundo. Vive en Venecia desde 1981 y allí parió a su personaje estrella, el inspector Brunetti, que ha acabado inspirando visitas guiadas por la ciudad tras los pasos del personaje.





La cocina huele a madera, guiso y guerras libradas con el tomate y la cebolla

Pero el último libro de Leon no habla de casos sin resolver, de misterio o de cuerpos que aparecen flotando en un canal.
 En su última incursión literaria ha dejado la soledad de la autora para trabajar a cuatro manos en una faceta que conoce muy bien: la cocina veneciana.
Su cómplice en este trabajo ha sido su amiga Roberta Pianaro, quien acompaña los minirrelatos de Leon con un impecable recetario que huele a pescado, a pasta, a aperitivos elaborados con materias primas de esas que solo se sirven en lugares como el mercado de Rialto.
Un oasis de comida a pocos metros del famoso puente, pero asombrosamente alejado del meollo de las masas.



Allí es, precisamente, donde EL PAÍS se cita con las sospechosas. El volumen en cuestión se llama El sabor de Venecia (editado en España por Seix Barral), con el que miles de fans han saciado su apetito de nuevos casos de Brunetti, a la espera de la próxima entrega de la saga, prevista para principios de 2012. Las páginas de El sabor de Venecia rezuman la "simplicidad" de la comida de las calles estrechas de la ciudad de los canales.



Pianaro, veneciana de pro, cocinera, pintora y joyera, conoce esa otra urbe como la palma de su mano y recorrerla con ella es saludar a troche y moche, un bella por aquí, otro por allí: a la pescadera que lleva 30 años guiándola por los vericuetos de gambas, lubinas y doradas; la verdulera con los tomates más jugosos y la menta más verde... Incluso al tipo que vende los vinos y se enfada cuando le piden permiso para hacer fotos pero que después sonríe y da su consentimiento en uno de esos ademanes inequívocamente venecianos.



Leon firma autógrafos y se hace fotos con al menos media docena de turistas a lo largo de un recorrido que finalizará en una pequeña bodega de cuatro palmos y vinos exquisitos donde dos personas ya ocupan el aforo completo. "Esta es la Venecia que nos gusta, la que amamos. No sé lo que están haciendo con ella, con toda esas tiendas insulsas, quitando bancos donde podías sentarte para poner tenderetes. Cada vez somos menos los que resistimos aquí [censo de Venecia en 2011: 59.000 almas]. Los extranjeros se compran una casa, están una semana aquí y luego se cansan, se dan cuenta de lo difícil que es vivir aquí, sin ascensores, con problemas cada dos por tres, sin aires acondicionados, con la suciedad que dejan los turistas... Así es como están descuidando esta ciudad maravillosa. ¿Crees que hay algo en el mundo como Venecia?", clama Pianaro en flagrante pregunta retórica.



"Mira, yo trabajaba en Arabia Saudí como profesora de literatura inglesa para mujeres y ya no podía más con aquellos aires y aquel machismo. Un día llamé a unos amigos para que me ayudarán a buscar otro sitio donde vivir. Me encontraron una casa y me fui. Estuve yendo y viniendo hasta principios de los ochenta cuando me instalé definitivamente.
No soy veneciana pero me siento como en casa", explica la escritora en lo que parece ser un respetuoso turno de palabra.



Leon es más callada que su amiga, más observadora, más "anglosajona", remarca ella misma, pero las dos parecen formar un binomio indivisible en la que Pianaro marca el tempo y Leon la pausa.
El paseo hasta la casa de la primera, un precioso apartamento pegado al canal pero alejado de las hordas de turistas, es otro rosario de saludos y bendiciones. La cocina de Pianaro, que se ha propuesto demostrar al periodista las bondades de la gastronomía local, es casi tan pequeña como aquel garito visitado al principio y huele a madera, a guiso, a guerras libradas con el tomate y la cebolla, las zanahorias o los calabacines.



Cuando la veneciana se pone el delantal no quiere ayudantes ni curiosos, así que desalojar el campo de batalla es prioritario. "Berta lleva dándome de comer desde hace 40 años, no sé ya cuántas veces me he sentado en esta mesa", cuenta Leon mientras Pianaro trae una botella de Prosecco frío. "La literatura es impredecible", dice Leon, "nunca sabes qué va a funcionar o no.
 Recuerdo cuando me enviaron las galeradas de El código Da Vinci, de Dan Brown. Leí 20 páginas y lo tiré a la basura.
 Al cabo de un año era el autor más vendido del mundo. Quién sabe cómo funciona esto, yo ya he dejado de intentar averiguarlo".



Es la una y media y el aroma que llega de la cocina empieza a ser peligroso.
 Pianaro está en su salsa, peleándose con una avispa, una cacerola, una paella y dos bandejas: "Es una maravilla verla cocinar. Lo mejor es que ella se cocina cada día algo para sí misma". Por fin llegan a la mesa los higos con jamón, las bases de alcachofa al pesto y una bandeja de calamares rellenos en jugosa salsa de tomate con gambas. "¿Ves? Es muy simple.
 Es lo que tiene la cocina veneciana: gran materia prima y simplicidad". Ante la cara de circunstancias del periodista por lo de "simple", la cocinera se ríe con ganas. "Bueno, en Venecia también hay que tener algo de dinero".



Leon anda ahora metida en un proyecto orquestal y habla de batutas y cantantes entre patas de calamar y trozos de pan bañados en salsa. Pianaro anda metida en probar el vino Vermentino que hay en la mesa y en mostrar la traducción de su libro al finlandés mientras reconoce no entender ni papa.
Con la clásica grappa encima de la mesa, toca preguntarle a la cocinera por el mejor cocinero del mundo: "¿Ferran Adrià? ¿Y ese quién es? No había oído hablar de él.
Yo es que nunca voy a restaurantes".