Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 may 2011

Las Mujeres Afganas

Dear Zari (Querida Zari) es Zarghuna Kargar (Kabul, 1982), una joven periodista afgana que entre 2005 y 2010 presentó y produjo el programa del servicio mundial de la BBC Afghan Woman’s Hour (La Hora de la Mujer Afgana), de emisión semanal.





De ese programa ha nacido un libro que se acaba de publicar: Dear Zari: Hidden Stories from Women of Afghanistan (Querida Zari: historias ocultas de mujeres de Afganistán), una colección de 13 desgarradoras historias de mujeres afganas.
Kargar no se limita a escribir sobre las vivencias que esas mujeres anónimas contaron en su programa, sino que se alía con ellas y se atreve a narrar su propia experiencia personal como niña refugiada que, a pesar de haber nacido en el seno de una familia liberal, fue obligada a casarse a los 16 años, matrimonio que aceptó humildemente porque quería “ser una buena hija afgana”.



Durante sus cinco años de emisión, ese programa radiofónico fue un salvavidas para las mujeres de Afganistán. La parte más popular de la emisión era la dedicada a las historias de esas mujeres normales que hablaban en la radio de su lucha por la vida, sus tragedias y sus esperanzas. Millones de mujeres y hombres afganos conocían la voz de Zari e, incluso, algunos podían reconocer el rostro de la popular periodista. Su objetivo era llegar a las mujeres que vivían en áreas remotas, muchas de ellas analfabetas, con un lenguaje sencillo (en dari y en pashto, lenguas afganas). El programa no era simplemente un foro donde se proporcionaba a las mujeres información sobre sus derechos. También se hablaba de cosas cotidianas y se celebraban sus logros y se compartían sus experiencias.

.Kargar y su equipo cubrieron temas controvertidos como la venta o el intercambio de niñas esposas, la violación, el honor, la virginidad, la violencia y las presiones a las que son sometidas muchas mujeres para tener un hijo varón. Algunas de las historias más terribles fueron las de las mujeres viudas y divorciadas, repudiadas por sus propias familias: “Convertirse en viuda en una sociedad tan tradicional como Afganistán supone la pérdida del derecho a hablar libremente, el derecho a vestirse como una quiera”, declaró la periodista en una entrevista de 2006, cuando se cumplió el primer año de emisión del programa. Zari cuenta que, durante ese primer año, cada vez que escuchaba las historias que estas mujeres contaban, lloraba de tristeza, de impotencia. Recuerda como un chico escribió al programa de parte de su abuela: “Mi abuela me ha pedido que escriba al programa para decirte que ella adora estas historias de mujeres porque sus vidas son como la de ella y le gusta escucharlas”.






El libro recoge 13 de estas vidas golpeadas: la de Samira, tejedora de alfombras, que tenía que drogar a sus hijos con opio para poder concentrarse en su trabajo; la de Wazma, mujer felizmente casada que, tras perder una pierna durante un bombardeo, se vio repudiada por su marido y privada del derecho de ver a su hija; o la de Anesa, obligada a casarse con un hombre homosexual (por supuesto, no reconocido) que instaló a su amante en la casa familiar. Ella nunca se atrevió a pedir el divorcio por temor a perder a sus hijos.






La situación para las mujeres en Afganistán, desde la caída de los talibanes, ha mejorado considerablemente.
 Aunque las mujeres ahora tienen voz, hay más de 60 parlamentarias, se sigue valorando más a los hombres, los padres todavía obligan a sus hijas a casarse en matrimonios concertados y la mayoría de las mujeres siguen dependiendo de los hombres.
Zarghuna Kargar y la BBC dieron la oportunidad a estas mujeres de “escapar”, una vez por semana, de los muros de sus casas, de contar unas vidas demasiado difíciles de vivir.





FUERTEVENTURA

Arenal de Unamuno Beach -






Publicado por José Carlos Cataño

Cuanto más alejado, más dentro.

Cuanto más alejado, más dentro.



*



Vuelvo a ti, mar. La vida

Ha descendido tantas veces.

Tantas he subido a un horizonte

Por volver al latido que una vez

Allá dispuse. Fragor de las olas,

Siempre recomenzado.

Mar el mismo, los ojos

Dentro de nada

Un solo espacio.

Publicado por José Carlos Cataño

Sí. Por buena y por mujer

O de como a nadie le avergüenza enarbolar el argumento geográfico para seleccionar al jefe del FMI, pero a casi todos incomoda el factor de género.







Hemos leído incontables argumentos geográficos para defender o atacar la candidatura de Christine Lagarde al frente del FMI.
Desde que se fundó este organismo y el Banco Mundial, EEUU y las potencias europeas sellaron el pacto tácito de repartirse ambos cargos: un europeo al frente del Fondo, un americano al frente del banco.
La emergencia de países latinoamericanos y asiáticos hace justo revisar ese criterio añejo y de poner patas arriba el reparto de poder en todos los organismos internacionales.






Pero mientras unos y otros gastan ríos de tinta con razones a favor y en contra del criterio geográfico, hay un factor que sólo la propia Lagarde y Elena Salgado parecen defender sin compejos: el hecho de que es una mujer. El hecho de que da vergüenza contemplar las fotografías de los órganos de poder de todo el mundo. ¿Se imaginan si esas fotos fueran mayoritariamente de mujeres la que nos habría caído por llevar al mundo al desastre económico que aún vivimos? Por ello Salgado fue explícita cuando defendió la candidatura de Lagarde: "Tiene méritos, tiene capacidad, y además es una mujer. Y la ley nos obliga en España a defender la paridad hasta que se corrija la ausencia de mujeres en los cargos". Nos obliga la ley.






Ayer, Lagarde recogió el guante con contundencia: "Aportaré toda mi experiencia como abogada, como directora de empresa, como ministra y como mujer". No olvida Christine Lagarde su exilio en Estados Unidos cuando, al iniciar sus entrevistas de trabajo en Francia en busca de un puesto en un bufete, un jefe le advirtió de que su condición de mujer significaba que nunca iba a llegar a ser socia. Adiós a Europa, se dijo entonces Lagarde. Tuvieron que pasar 25 años valiosos para que ella regresara y pudiera hacer valer sus méritos. Esa era la igualdad de oportunidades en la vieja Europa.


.Y quiero recordar esto hoy porque el debate de las cuotas y de la defensa de las mujeres al frente de cargos en política o empresa cae aún muy mal en España, es incómodo. La defensa de la paridad desató contra Zapatero las críticas más rancias en la prensa de derechas en España, hasta el punto de que el presidente ofreció a las fieras la cabeza de Bibiana Aído para aplacar una voracidad nunca aplacable. Y cerró ese frente. Cuántas tonterías publicó La Razón y otros parecidos sobre ¡escandalosos cursos de sexualidad en colegios públicos españoles, incluida masturbación! Parecíamos haber vuelto al franquismo, si es que alguna vez nos habíamos ido.


En la reciente campaña, Mariano Rajoy defendió a la mujer que vale frente a las mujeres cuotas, añadiendo gasolina a la hoguera de este país nuestro, facilitándonos un poco más la vida a todas las que tenemos que afrontar la sospecha de ser mujeres cuota o de ser mujeres que no llegamos no vayan a pensar que somos mujeres cuota. Veneno puro.






Y el PSOE estaba tan perdido que ni para este asunto ha añadido argumentos esta vez. El hecho de que Bruselas, Francia, los nórdicos y hasta la propia Italia nos empiecen a superar en el debate de cuotas ha pasado aquí casi desapercibido.






La defensa del factor mujer en el caso de Lagarde no debe darnos vergüenza: es buena, tiene méritos, y es mujer. Eso es en sí mismo un avance para el mundo. ¿O no lo fue que un negro llegara a la Casa Blanca? Y eso no quiere decir que llegara por negro, sino por su capacidad de conquista.






Hay un momento en la historia en que la negritud te puede ayudar en lugar de frenar si se dan todas las demás condiciones. Y debe llegar ese momento en la historia en que el factor mujer también ayude en lugar de frenar si se dan todas las demás condiciones. Y se dan.






No nos dé vergüenza.






Y no hay que ser mujer para defender el factor mujer.