Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 may 2011

Indignados ELVIRA LINDO

. .¡Como que no iban a faltar los que en tono burlesco se refieren ahora a la protesta en las plazas de España! El Partido Popular hizo su lectura del asunto: son jóvenes que van a castigar al Partido Socialista.
Es una manera torcida de interpretarlo; dentro de esa multitud de indignados estaba gente como yo, que no estuvo físicamente en una plaza, pero comparte en esencia esa indignación.
En mi caso, y en el de algunos otros, sin aspirar a la revolución y conformándonos con algo más modesto: una democracia insulsa en la que no se permita el aprovechamiento del poder público, en la que no se ahogue a la sociedad civil a fuerza de convertir un país en el huerto de uno u otro partido; una democracia en la que se respire decencia.
Decencia, esa es la palabra que resumía el sentir popular, y justicia, para que la crisis no recaiga sobre los hombros de los desfavorecidos.




Con esto vengo a decir que esa indignación ha castigado a Zapatero, por su empecinada falta de reconocimiento de la crisis, por la frívola manera en que tomó algunas medidas populistas, por su temperamento errático, por pasar, en un abrir y cerrar de ojos, de ofrecer sin sentido a quitar sin justicia.
Pero, cuidado, eso no libra al Partido Popular de nuestra indignación.
Las razones están bien claras: basta con leer los nombres que conforman su lista electoral; la burda manera en que ve refrendado sus capítulos de corrupción gracias al voto popular.
Y casi diría que todos los partidos han contribuido a este desencanto.
 Cada uno, a su nivel, ha practicado el sectarismo y lo ha contagiado. La indignación sigue, aunque se desalojen las plazas.



Sería de agradecer que al definir al indignado no se echara mano del grueso estereotipo. Algunos ni tenemos flauta ni perro ni rastas.
A mí, personalmente, me gustan esos tres complementos.
 Eso sí, por separado.

La primera dama del Renacimiento

Uno de los grandes retratos de Leonardo da Vinci llega a España entre excepcionales medidas de seguridad - 'La dama del armiño' raramente abandona Polonia .
Podría ser el arranque de una fenomenal trama de intriga diplomático-artística: el lunes 30 de mayo, a las 16.00, un avión militar procedente de Polonia aterrizará en el aeropuerto de Torrejón.
Desde ese momento, un equipo de unas 12 personas, entre restauradores y políticos, velará por un tesoro pictórico de inconmensurable valor.
El tesoro merecedor de tantas atenciones es La dama del armiño, una de las obras fundamentales de la exigua producción artística de Leonardo da Vinci y, por extensión, una de las grandes joyas del Renacimiento italiano.








Para lograr la visita de la tabla han intervenido el Rey, la ministra y Zapatero


Relucirá como la estrella de la exposición de La edad de oro de Polonia (desde el 3 de junio en el Palacio Real de Madrid) y, a buen seguro, contará como uno de los acontecimientos artísticos de la temporada.
No es común que piezas de este relieve viajen.
Y esta no es precisamente una excepción. Tras recalar en la capital, se aprovechará el abandono del hogar (el Museo Czartoryski de Cracovia) para que visite Berlín y la National Gallery de Londres.
De vuelta en casa, no volverá a dejarla en un plazo mínimo de 15 años.






Pero antes, la dama debe cumplir sus obligaciones en España.
La tabla -de 54,8 por 40,3 centímetros, pintada hacia 1490- se instalará en una sala noble del palacio, especialmente acondicionada para alojar una pieza que revolucionó el arte del retrato por variadas e inmateriales razones que incluyen ese movimiento en espiral que asciende por la cabeza; el estudio anatómico de las manos, el rostro y el cuello; ese aire que se diría tangible (el famoso sfumato) y, sobre todo, su armónica e imperecedera belleza renacentista.






El equipo de especialistas en cristales blindados que crearán una urna-marco para garantizar las condiciones idóneas para la pintura, el panel de 40 centímetros de fondo pensado para no alterar la contemplación del cuadro, los 30.000 euros del viaje, costeados entre los tres países beneficiarios de la visita...
Todo es poco para preservar una tabla que, si bien ha sobrevivido dos guerras mundiales, expolios nazis e intentos de agresión, se mantiene en óptimas condiciones.





¿Un milagro? Nicolás Martínez-Fresno, presidente de Patrimonio Nacional, prefiere reservar esa palabra para definir la llegada a España de la tabla.
 En el proceso de seducción de tan venerable dama han intervenido personalmente desde el presidente Zapatero a la ministra Ángeles González-Sinde o el propio rey Juan Carlos, quien contempló hace años en Washington la obra de Leonardo y conoce personalmente al príncipe Czartoryski, singular propietario de la obra y del resto de una valiosísima colección depositada en el museo de Cracovia.






"La historia de este cuadro", explica Martínez-Fresno, "ha corrido casi paralela a la de la propia Polonia".
La peripecia a la que se refiere el director incluye episodios como el hallazgo en 1939 en las catacumbas de un castillo polaco y su posterior requisición por las fuerzas invasoras nazis, que la enviaron al Museo del Kaiser Friedrich en Berlín.
En 1940, Hans Frank, general del Gobierno de Polonia, exigió la restitución del tesoro a la ciudad de Cracovia, lo que, en la ignominiosa práctica, supuso que esta acabase adornando la villa privada del militar.






La suerte de la pintura previa al muy convulso siglo XX comenzó en realidad en Milán. Leonardo la creó por encargo del duque Ludovico El Moro.
 La dama es Cecilia Gallerani, tan bella como joven amante del duque, retratada con 17 años, cuando Leonardo contaba poco más de 40.
 Las sucesivas restauraciones no han tocado la figura de la mujer, pero sí han afectado a su fondo. Se sabe que el negro actual no es el original. Tampoco, la firma que aparece en la parte superior izquierda.




¿Y el armiño? El animal daba sobrenombre al duque.
La única polémica que arrastra la obra es, precisamente, la naturaleza de la criatura: ¿Es una comadreja? ¿Un hurón? ¿Acaso una garduña?Ajeno a disquisiciones zoológicas, la enigmática mascota descansará hasta septiembre en Madrid junto a 190 obras que testimonian la riqueza cultural de los fondos museísticos de Polonia e incluyen tesoros firmados por artistas como Lucas Cranach o un bellísimo óleo sobre tabla, Niña en un marco, del Rembrandt maduro.

Está bien, nena (por Charles Bukowski)

Está bien, nena (por Charles Bukowski)

sabes: otra vez estoy borracho

aquí

escuchando a Tchaikovsky

en la radio.

por Dios, lo escuché 47 años

atrás

cuando era un escritor muerto de hambre

y aquí está

otra vez

y ahora soy un éxito menor como

escritor

y la muerte se pasea

por todos lados

en esta habitación

fumando mis cigarros

sorbiendo de mi

vino

mientras Tchaik se abre camino

por su Patética,

qué viaje ha sido

y la suerte que he tenido fue

porque lancé los dados

bien:

pasé hambre por mi arte, pasé hambre para

ganar 5 malditos minutos, 5 horas,

5 días

sólo escribir la palabra

justa;

la fama, el dinero, no importaba

quería la palabra impresa

y ellos me querían en una perforadora,

una fábrica de producción

ellos querían que fuera un empleado de una

inmobiliaria.



bueno, dice la muerte, mientras se pasea,

te voy a agarrar de todas formas

no importa lo que hayas sido:

escritor, taxista, cafiche, carnicero,

paracaidista, te voy a

agarrar…



está bien nena, le digo



sorbamos juntos ahora

mientras la 1 a.m. se desliza a las 2

a.m. y

sólo ella conoce el

momento, pero he podido estafar-

la: tuve mis

5 malditos minutos

y mucho

más.

Por último (por César Vallejo)

Por último (por César Vallejo)

Al cabo, al fin, por último,

tomo, volví y acábome y os gimo, dándoos

la llave, mi sombrero, esta cartita para todos.

Al cabo de la llave está el metal en que aprendiéramos

a desdorar el oro, y está, al fin

de mi sombrero, este pobre cerebro mal peinado,

y, último vaso de humo, en su papel dramático,

yace este sueño práctico del alma.



¡Adiós, hermanos san pedros,

heráclitos, erasmos, espinosas!

¡Adiós, tristes obispos bolcheviques!

¡Adiós, gobernadores en desorden!

¡Adiós, vino que está en el agua como vino!

¡Adiós, alcohol que está en la lluvia!



¡Adiós también, me digo a mí mismo,

adiós, vuelo formal de los milígramos!

¡También adiós, de modo idéntico,

frío del frío y frío del calor!

Al cabo, al fin, por último, la lógica,

los linderos del fuego,

la despedida recordando aquel adiós.